El libro de relatos del autor nacido en La Gomera se acerca a lo cotidiano desde la
ironía, la ternura o la poesía gestando historias que no dejarán indiferentes a ningún
lector
ATTK Editores sigue consolidando su proyecto literario con la publicación del libro de
relatos de Eduardo González Ascanio, “Desajustes de cuentas”, que ya está disponible
en formato electrónico a través de Amazon en el siguiente enlace: https://goo.gl/FQFT7A
En esta nueva apuesta editorial de ATTK se presentan historias que el autor denomina
“escenas” que se nutren de lo cotidiano y de lo que solo logran ver aquellos que buscan
mucho más allá de su mirada.
Hay escenas militares, escenas escolares y otras que, partiendo de la ironía, la ternura o
la poesía, logran que la ficción sea tan real que nos parecerá mentira que no la estemos
viviendo. Nuevamente, la portada de ATTK Editores es obra del pintor Augusto Vives.
Eduardo González Ascanio (Valle Gran Rey, La Gomera, 1956), afincado en Gran
Canaria, es un narrador y articulista de estilo muy personal. Es autor de los libros de
relatos Para después de colgar (Premio de Cuentos Ateneo de La Laguna 1999),
Cuentos del Bárbara Bar (Domibari Editores), Qué haría yo sin la música (Ediciones
Idea), Historias de amor y crueldad (Puente palo). Calenturas, poemario erótico
publicado por Al-Harafish, es una muestra de sus asaltos esporádicos a la poesía.
Ha sido colaborador de publicaciones literarias, como La Plazuela de las Letras, y de
libros colectivos como El ojo narrativo, Doble o nada o Escritos a Padrón.
Con esta nueva apuesta, ATTK Editores continúa consolidando un proyecto editorial en
el que ya se incluyen los siguientes libros: En la ciudad sin puertas, de María Dolores de
la Fe y Teresa Iturriaga, Bajo el sol de los muertos, de Roberto A. Cabrera; El
Tanatorio, de José Luis Correa; La Virgen de Sola, de Juan Ramón Tramunt; El interior
del párpado, de Rafael-José Díaz, Rumbo al sur, de Borja Iglesias; El tren delantero, de
Emilio González Déniz, así como El destino de las palabras y Villa Melpómene, de
Santiago Gil.
