El artículo 155 de la Constitución debió aplicarse tiempo atrás


Una mesa redonda en el Club Inglés de Las Palmas reveló una fuerte inquietud ante la consulta popular de la Generalitat

Oscar Bergasa
«Hay que poner una vela a San Antonio hoy para que no suceda lo peor»
«Va a ser imposible evitar un choque violento con los Mossos de Escuadra»

Eligio Hernández
«El referéndum no se consumará ya que faltan los instrumentos para hacerlo»
«No descarto un conflicto cruento entre gente de la CUP y agentes policiales»

Diego Cambreleng
«Confío en la prudencia de actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional»
«El bloque independentista puede romperse si hay nuevas elecciones»

Miguel Curbelo Navarro
«No creo que haya violencia, ni víctimas. No estamos 70 años atrás»
«Debe haber libertad para votar. Lo contrario incentiva la independencia»

Antonio Marrero Bosch
«Con una sociedad rota, los catalanes lo van a pasar muy mal en el futuro»
«La independencia tiene una nula viabilidad económica»

Margarita Curbelo Araña
«Los referéndums los carga el diablo. Vimos un ejemplo con el Brexit»
«Produce cansancio escuchar cada año lo mismo, su deseo de independencia»

Amado Moreno

Un encuentro-mesa redonda con sobrio almuerzo en el Club Inglés de Las Palmas de Gran Canaria por iniciativa de su presidente, Diego Cambreleng, reunió a un grupo de políticos y profesionales locales inquietos con la cuestión catalana y con el referéndum convocado para hoy. Llegó a la conclusión de que el Gobierno español tenía que haber utilizado tiempo atrás el artículo 155 de la Constitución con el respaldo de la mayoría absoluta de la que dispone en el Senado, recuperando todas las competencias transferidas a la Generalitat.

Eligio Hernández y Oscar Bergasa fueron rotundos y coincidentes al respecto. No difirieron de la misma apreciación los otros participantes en esta cita: Antonio Marrero Bosch, Margarita Curbelo Araña, Miguel Curbelo Navarro, y Diego Cambreleng.

En cuanto a las alternativas de futuro para intentar superar el contencioso entre el Gobierno central y la Generalitat hay casi unanimidad en la necesidad de reformar la Carta Magna. Y entre sus prioridades, reconocer plenamente las peculiaridades de los territorios de acuerdo con una objetividad rigurosa, que no sería, a diferencia del pasado, la que determinó el «café para todos».

Algunos de los presentes, en particular Eligio Hernández y Oscar Bergasa, apuestan por emprender el camino hacia un Estado Federal, aunque también podría reflexionarse sobre la posible extrapolación del modelo Confederal Helvético.

«Espero con profunda preocupación el 1-O», reconoce Oscar Bergasa con semblante de gravedad, ante la jornada de hoy. «Los fachas ya están instalados en Cataluña. Va a ser imposible evitar un enfrentamiento violento entre catalanes, entre las fuerzas de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policía Nacional) con los Mossos de Escuadra, si éstos se colocan de parte de la población», pronostica.

El economista, profesor universitario y ex diputado socialista entiende que esta situación se ha buscado a propósito: «No se aplicó tiempo atrás el artículo 155 de la Constitución que hubiera resuelto el embrollo, asumiendo entonces el Gobierno del Estado todas las competencias autonómica de Cataluña».

Está convencido de que «se persiguió la confrontación abierta e innecesaria de la sociedad española con la catalana». Esta -a su juicio- no quería inicialmente plantear la cuestión de la independencia, sino lograr sus derechos históricos, culturales, etc., «y ese reconocimiento no se ha producido. Están hartos de negociar con cabestros. Tampoco es casualidad que la máxima tensión actual se registre con un gobierno de derecha en La Moncloa».

Es tal la zozobra ciudadana y política de Oscar Bergasa, nada sospechoso de creencias religiosas, que, sin aparente ironía, no duda en invitar a todos «a poner hoy una vela a San Antonio para que no suceda lo peor. Ojalá los catalanes conserven su sentido del seny, y el país pueda recuperar el aliento. Los costes de la independencia serían terribles para la ciudadanía».

Por su parte, Eligio Hernández, ex Fiscal General del Estado y ex juez, hoy en el ejercicio de la abogacía, comparte idéntica inquietud con Bergasa, añadiendo unas matizaciones.
«El intento serio por celebrar el referéndum no se va a consumar -declara-. Faltan los instrumentos para llevarlo a cabo. No descarto un conflicto de orden público cruento, entre la gente de la CUP y las fuerzas de Seguridad del Estado y los Mossos de Escuadra, si éstos tienen la tentación de abandonar el servicio a la ley, lo que agravaría la situación. Tuvimos una antesala de la misma el 6 de octubre de 1934».

No obstante, aunque fracase la convocatoria del referéndum, Eligio Hernández considera que los independentistas «conseguirán su objetivo de avanzar más fortalecidos. Todo esto se podía haber evitado recurriendo al artículo 155 de la Constitución hace tiempo. Si no se aplicó ahora ¿cuándo se hará?».

Admite que no le resulta fácil criticar la actuación de Rajoy, cuyo exceso de prudencia le ha llevado a volcar la máxima responsabilidad en el poder judicial para afrontar el conflicto, difuminando así la cuota que le corresponde políticamente como presidente del Gobierno.

Sobre el futuro a medio y largo plazo no es optimista: «No veo una solución definitiva al problema. Habrían seguido pidiendo la independencia aunque hubiera salido adelante su Estatuto de autonomía, recurrido por el PP ante los tribunales tras su aprobación por las Cortes».

Tampoco confía en que la necesaria reforma de la Constitución disuelva el sentimiento secesionista: «Pese a ello, la reforma pendiente ha de recobrar el espíritu de las Cortes de Cádiz de 1812. Estoy con Ortega cuando dijo que es una enfermedad incurable la convivencia con Cataluña. Hay que hacer un esfuerzo permanente por conllevarse con ella en un Estado Federal. Y en ese nuevo marco constitucional la educación general básica tiene que ser única para todos los territorios, como en EE.UU, y no transferirse».

Miguel Curbelo Navarro, empresario, prevé que no habrá referéndum «aunque yo soy partidario de que la gente tenga libertad para pronunciarse y votar. Lo contrario creo que incentiva la tendencia del independentismo, especialmente en las nuevas generaciones de jóvenes como se está observando durante los últimos días en universidades catalanas».
A diferencia de otros contertulios, Curbelo descarta choques violentos y víctimas. «No estamos 70 años atrás», remarca.

Margarita Curbelo Araña, farmacéutica, no oculta su decepción y cierto hastío con el curso de los acontecimientos en Cataluña. «Los referéndums los carga el diablo. Lo vimos, por ejemplo, con el Brexit. Es ilegal, además, el que pretende Cataluña. Produce cierto cansancio escuchar cada año siempre lo mismo y su deseo de independencia. Se ha demostrado imposible poder dialogar con el independentismo catalán. Y estoy de acuerdo con que todos los gobiernos españoles han cedido a su chantaje. Pues si quieren marcharse, que se marchen…Lo que no parece de recibo es que sigan aleccionando desde la educación infantil contra todo lo español. No veo al PP como el culpable de lo que allí ocurre. Es una acusación sin fundamento alguno».

Diego Cambreleng, ex senador de las Cortes Constituyentes, abogado y presidente del Club Inglés, confiesa no saber lo que acontecerá hoy, jornada de la consulta popular independentista:
«Habrá algarada quizás, cualquier cosa, menos un referéndum válido -opina-. Confío en que la prudencia de la Guardia Civil y la Policía Nacional puedan controlar la situación para que no ocurran episodios graves. Después del 1-O lo que procede es convocar unas elecciones autonómicas. Los independentistas no conforman un bloque de granito, no es compacto, y corre el riesgo de romperse ante una nueva cita electoral».
Cambreleng propugna que el Gobierno español extraiga paralelamente conclusiones para revisar su política de financiación con Cataluña «porque en el fondo, según las informaciones que yo tengo de amistades en Barcelona, son asuntos fundamentalmente económicos lo que han enconado la relación en los últimos años y culminado en ruptura entre aquella comunidad autónoma y el gobierno del Estado».

Antonio Marrero Bosch, ingeniero industrial y ex consejero del Cabildo de Gran Canaria, en contraste con otros compañeros de mesa, asegura que no hoy no va a suceder nada en Cataluña, salvo «ruidos o alborotos callejeros, pero no votación, ni disparos. El problema grave vendrá después de este día. ¿Qué harán Rajoy y su gobierno? La Justicia no variará, tiene claro su camino. No sé cómo afrontará Rajoy la fuerte polarización en la que ha derivado la sociedad catalana, aunque el independentismo no es mayoría».

Augura también Antonio Marrero Bosch que «los catalanes lo van a pasar muy mal en el futuro con una sociedad rota como la suya. Tampoco pueden proclamar la independencia e ignorar que la viabilidad económica será nula».

La sobremesa en el Club Inglés de Las Palmas no fue menos animada que el debate de los participantes a lo largo del almuerzo. La franqueza espontánea de algunos evocando anécdotas de su dilatada experiencia profesional o política provocarían cierta hilaridad, cuando no incredulidad o sonrisas de complicidad, en los demás presentes.

Eligio Hernández reiteró su fe republicana (hoy es vicepresidente de la Fundación Juan Negrín), pero también su lealtad a la Monarquía constitucional como así se expresó cuando acudió décadas atrás a La Zarzuela a cumplimentar al Rey Juan Carlos, tras jurar como Fiscal General del Estado.

Oscar Bergasa, sin embargo, se declara a favor de una monarquía democrática «sin los Borbones» y reivindica a los Habsburgos. Aunque su esperanza de que ello ocurra es mínima.

No duda en señalar uno de los defectos más serios de la democracia española: «Los parlamentarios son convidados de piedra. Prevalece en las decisiones de mayor alcance la oligarquía de los partidos políticos. Se hace lo que dice la dirección del grupo, sin tener en cuenta la opinión de los diputados».

Confidencias y más cosas se cruzaron en esta ocasión en el Club Inglés, algunas de ellas dignas de de ver la luz un día por interés histórico, pero sin relación con Cataluña, el territorio que hoy acapara la atención no sólo nacional.

NOTA.- Publicado en La Provincia

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