Entrelazamientos


Santiago Gil //

Siempre he dicho que es uno de los escritores más galdosianos que conozco, aunque su apariencia me recuerde más a Chéjov. También tiene mucho del escritor ruso en su manera de contar los pequeños detalles de los personajes, esas pistas que los acaban definiendo más allá de las grandes vivencias, todo lo grandioso que atesora lo cotidiano. Ese escritor de quien hablo se llama Luis Junco.

Es ingeniero aeronáutico y durante muchos años fue profesor de matemáticas. Un hombre de ciencias, como el mismo Chéjov, que demuestra que esa separación de las ciencias y las letras es una gran incongruencia.

Luis Junco tiene novelas fascinantes como Una carta de Santa Teresa y pequeñas historias de ficción y realidad tan recomendables como De amar y andar por casa o La cruz del inglés. Pero creo que Luis sabe que acaba de escribir su gran obra, esa novela que todos los escritores buscamos una y otra vez desde que trazamos el primer renglón o nos aparece el cañamazo del argumento.

La acaba de publicar en Ediciones La Discreta y se titula Entrelazamientos. El escritor se encuentra con el científico y entre los dos pergeñan una historia tan real y tan ficticia como todas las historias que no te dejan separarte de un libro. Todo empieza con una aparición extraña en una casa de la calle Travieso, en Las Palmas de Gran Canaria, cuando Luis Junco era niño.

Esa aparición se entrelaza luego con historias en la Casa de los Coroneles de Fuerteventura, en Tenerife, en Suiza, en Londres o en Madrid. Si Luis me hubiera dado clase de matemáticas o de física creo que mi destino hubiera sido otro. Cuando leas este libro querrás aprender física cuántica para tratar de entender tu propia existencia. Hay referencias históricas a la masonería en Canarias, al caciquismo, a la lucha de poderes, a la situación política o al papel de las islas en las guerras mundiales y en todo lo que tuvo que ver con el espionaje de las grandes potencias de entonces. Se cita a Max Planck, a De Broglie, a Bohr, a Einstein o a Heisenberg.

Lo literario se entiende como un encuentro de lo ficticio y de lo real a partir de la elección de los puntos de vista. Luis Junco parte de un momento de su vida en el que entró a un quirófano sabiendo que había muchas posibilidades de que no saliera vivo. Por suerte fue todo de maravilla y ha podido seguir escribiendo. Esta novela nos servirá a los demás para entendernos un poco mejor más allá del vuelo alicorto de lo que tenemos delante. Eso sí, Luis nos deja claro en todo momento lo que argumentaba el físico norteamericano Richard Feynman: «Si no entendemos lo que está detrás de todo es porque a lo mejor esa es la esencia de la realidad: incomprensible». Creo que por eso mismo leemos y escribimos, para tratar de buscar más allá de ese incomprensible horizonte de las evidencias.

Ciclotimias

Cuando duermes también aquietas el mar de tus adentros.

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