La Orquesta del Atlántico interpretará obras de Nino Rota y Mahler en el segundo concierto de temporada de la Sociedad Filarmónica


El segundo programa de la temporada de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria lo protagoniza la Orquesta del Atlántico, que subirá al escenario del Teatro Pérez Galdós el próximo lunes día 10 de octubre a las 20 horas en un concierto patrocinado por el Gobierno de Canarias.

La Orquesta del Atlántico hizo su presentación el 4 de enero de 2006 en el Teatro Atlántida de Arrecife (Lanzarote). Constituida por músicos de gran solvencia profesional y calidad artística, cuenta con miembros de diferentes procedencias del panorama musical canario y nacional. Es una agrupación de carácter polivalente en lo que a plantilla se refiere.

La responsabilidad artística de la Orquesta del Atlántico es asumida desde su inicio por la directora de orquesta Isabel Costes que además de aportar una sólida formación y dilatada experiencia, actúa como elemento unificador entre la variedad de componentes.

La Orquesta del Atlántico y sus diferentes ensembles, se reúnen por períodos de conciertos o giras, nutriéndose de la experiencia, rigor, y vitalidad de sus miembros, aportando al conjunto una sonoridad brillante y una capacidad de reacción, que unidos a unos criterios estilísticos depurados en la interpretación musical, la convierten en una de las orquestas más singulares de nuestro país.

La Orquesta, por sus características, ofrece la posibilidad de dotar de manera ocasional o asidua, a todos aquellos lugares que por sus especificidades no puedan disfrutar de una formación de estas características, de una programación musical amplia: conciertos sinfónicos, camerísticos, y músico-escénicos.

La Orquesta interpretará las siguientes obras.

NONETTO, NINO ROTA

Nacido en Milán en 1911, Nino Rota estudió en Roma con Alfredo Casella e Ildebrando Pizzetti, entre otros. Profesor del Liceo Musical de Bari desde 1939, del que llegaría a ser director, desarrolló una doble carrera como compositor de bandas sonoras de cine y compositor de música clásica. Fue maestro del director Riccardo Muti.

Al margen de su ingente producción musical al servicio del cine y el teatro, Nino Rota fue también un compositor prolífico en otros géneros como la ópera, el ballet, la música incidental, el concierto, la sinfonía y la música de cámara.

El Nonetto para quinteto de viento y cuarteto de cuerda (que prescinde del segundo violín e incorpora el contrabajo a la tradicional formación de cuerda), obra de refinada y de elegante belleza, no podría haber sido escrita por alguien que no tuviera un dominio total de su oficio. Utiliza, Rota, un lenguaje desenfadado y fluido a lo largo de los cinco movimientos que los forman. Particular atención al Andante, que se nos antoja una curiosa e irónica marcha fúnebre. El Allegro con spirito nos pone en órbita para el tiempo con variaciones y nos introduce en el animado y vivificante movimiento final con el aire de una muy libre tarantela.

El Nonetto denota el estilo neorromántico de Rota, que queda inscrito plenamente dentro de la tonalidad, bien acorde con su don innato de melodista.

SINFONÍA Nº4 EN SOL MAYOR, G. MAHLER

(ARR. RIDERELLI)

La cuarta sinfonía, es en sí misma una reducción del estilo sinfonista que cultivaba su autor. Un punto de inflexión respecto a las otras tres sinfonías anteriores, más largas y densas. A su carácter pastoral hay que añadirle un sentido más agudo de las proporciones y en general un acabado más concentrado, con temas y estructuras más simplificadas, pero conservando esa ambigüedad e inestabilidad sentimental que caracteriza la obra de Mahler, entre sereno e irónico. Aspectos que quedan más acentuados en la versión para conjunto de cámara.

La versión de cámara que les ofrecemos, deja aflorar el carácter ingrávido y juguetón de la sinfonía, sin renunciar con ello a la penumbra o la profundidad tan propias de su autor. Cierto es que, su arreglista Andrea Riderelli, tiene a su favor una sinfonía cuya instrumentación original coquetea a menudo con la música de cámara, aligerando texturas, concediendo episodios solistas a algunos instrumentos o dándose a fragmentar la orquesta sinfónica en “orquestinas” que unas veces entrechocan, otras colaboran. El lied Das himmlische Leben (La vida celestial), extraído de la colección Das Knaben Wunderhorn, que sirve de material temático al cuarto movimiento de esta sinfonía, da la pauta de las intenciones de esta obra, retratar la visión inocente que tiene un niño del cielo, el paraíso al que van destinadas las almas puras tras la muerte, obsesión permanente en el artificio musical del autor.

Mahler confesó cierta vez a su amigo Bruno Walter que, al escribirlo, recordaba las estatuas de santos medievales, con sus sonrisas y su actitud contemplativa, ajena a este mundo.

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