«Me llamo Suleimán» se presenta en el XXVI del Espal, en el teatro Victor Jara


La obra inspirada en la novela homónima de Antonio Lozano, con Marta Viera como única protagonista, se escenifica en una única función a las 20.00 horas

El día 12 de abril, en el marco de la programación de la XXVI edición del Encuentro de Solidaridad con los Pueblos de África y Latinoamérica, Espal 2016, se presenta sobre el escenario del Teatro Víctor Jara de Santa Lucía la producción teatral canaria, ‘Me llamo Suleimán’, el montaje dirigido por Mario Vega e interpretado por la actriz Marta Viera, inspirado en la novela homónima del escritor Antonio Lozano.

La única función prevista tendrá lugar a las 20.00 horas, aunque el miércoles, día 13, a las 11.00 horas, volverá a escenificarse en una función escolar a la que acudirá cerca de un millar de alumnos y alumnas de Secundaria del municipio.

Las entradas para el citado montaje pueden adquirirse al precio de tres euros en el Ateneo Municipal, de 9.00 a 21.00 horas, de lunes a viernes, así como en la taquilla del propio teatro, una hora antes del comienzo de la función.

‘Me llamo Suleimán’ ha sido uno de los montajes teatrales canarios de la presente temporada que más éxito de crítica han cosechado fuera de las Islas. Tras su paso por el Festival Internacional de Teatro de Manizales, en Colombia, y el FITA de Portugal, ha recorrido distintos espacios escénicos de Canarias y de la península, como el Teatro Colón y el Pazo da Cultura de Narón, en La Coruña, el Teatro Tomás y Valiente de Madrid o el Teatro Principal de San Sebastián. El próximo día 14 se presenta en el Auditorio Municipal de Albacete, en el marco de la Feria de Artes Escénicas de Castilla La Mancha.

La Feria de las Artes Escénicas de Castilla-La Mancha se celebra anualmente en Albacete en el mes de Abril. En ella se exhiben espectáculos de música, danza, ópera, circo y, principalmente, teatro con el fin de propiciar contrataciones. Los espectáculos de Castilla-La Mancha constituyen entre el 30 y 40 por ciento de la programación. El resto suelen ser de otras comunidades autónomas y, esporádicamente, del extranjero. Suele congregar entre 250 y 300 profesionales y tiene una duración de tres días.

El montaje ‘Me llamo Suleimán’ fue representado en una treintena de ocasiones en el marco de varios programas teatrales orientados a escolares durante el pasado año 2015, a los que asistieron unos 13.000 alumnos y alumnas de distintos ciclos docentes de las Islas Canarias y la Península española. Además, la producción canaria también será este año incluida en la programación de importantes festivales internacionales, como el Festival Don Quijote (París), Festival de Teatro de Caracas (Venezuela), Festival Nacional de Teatro de Santo Domingo (República Dominicana) y Festival FIT-BH (Brasil).

Esta adaptación teatral de la obra de Lozano –una cruda historia que relata el tormentoso periplo desde Malí hasta Canarias que afronta un adolescente huyendo de la pobreza y la miseria-, cuenta con música del reconocido artista africano Salif Keita y con un notable soporte audiovisual, basado en las atractivas y sugerentes animaciones que ha diseñado un equipo de cuatro artistas bajo la dirección de Juan Carlos Cruz, director de arte para ‘ShowBiz Zoo’, de David Freedman, entre otros trabajos.

‘Me llamo Suleimán’ se estrena un año después de que Lozano publicara en la editorial Anaya su novela. Suleimán Keita, un joven que, harto de la terrible situación de pobreza que vive en su país, Malí, decide marcharse junto a su amigo Musa a la próspera Europa, es el protagonista de este montaje, aunque su historia la cuenta sobre la escena Marta Viera, que interpreta a Isabel.

En la versión teatral que dirige Mario Vega, una de las voces más privilegiadas e innovadoras de la música moderna africana, el músico y compositor Salif Keita pone sonido a las montañas de arena del desierto que atraviesa el camión en el que viaja Suleimán, a la oscuridad y la espesa humareda que borró para siempre a Idrisa, a los deseos y al sufrimiento del alma.

Vega concilia fuerzas contrarias en ‘Me llamo Suleimán’, diluye el terreno del monólogo y teje un delicado y poético relato que posee una traducción plástica muy efectista y expresiva alrededor de la espiral trágica y vital en la que se ve envuelto Suleimán Keita al contarnos su viaje y explicarnos los motivos que lo impulsaron a emprenderlo.

Este es un viaje que concluye muy lejos de donde se inicia. Un sofocante y penoso viaje, pero lleno de vida. Como dice Suleimán finalizando la novela, “los viajes tienen un principio y un fin, eso es todo. A veces terminan así, de golpe, cuando menos te lo esperas”. Ese dolor latente que nos agita hablándonos desde el escenario es el más incómodo y verdadero interrogante dirigido hacia nuestras acomodadas conciencias.

Según señala el director de ‘Me llamo Suleimán’, Mario Vega, la obra describe el viaje épico de Suleimán, el joven maliense protagonista de la novela de Lozano que cruza un continente en busca de un sueño. El lenguaje audiovisual que el montaje incorpora a través del trabajo de Juan Carlos Cruz, constituye un complemento tanto dramático como escénico más, que ayuda a transformar el espectáculo de un monólogo a una convincente interpretación a dos.

“Este recurso –según explica Mario Vega- dota al espectáculo de un tejido más contemporáneo y moderno, mucho más atractivo para otro tipo de público más familiarizado con el soporte de la imagen y los lenguajes audiovisuales que con el del teatro propiamente”.

Según sostiene Antonio Lozano, ‘Me llamo Suleimán’es una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España, y más concretamente en el viaje que han de realizar quienes emprenden la aventura de realizarlo. “Conocer cómo es el viaje del emigrante –tanto el que se realiza entre África negra y el norte de Marruecos, a través del Sáhara, como el que transcurre entre las costas africanas y las canarias- nos puede ayudar a comprender mejor la decisión que han de tomar miles de personas y plantearnos cuáles son las razones para tomarla, sabiendo que –como por desgracia ocurre con muchísima frecuencia- sus vidas corren peligro”.

“Nuestra sociedad se hace muchas preguntas sobre el fenómeno de la emigración, pero son generalmente preguntas sobre su propia situación. Es sin embargo fundamental que nos hagamos también preguntas sobre el que acomete el gran viaje, para comprender en su globalidad el problema”, añade el escritor. “Tenemos una visión distorsionada de la realidad de la emigración y es importante superar esa situación, porque miles de africanos se están incorporando a nuestra sociedad y no debemos permitir que eso sea un factor de desestabilización social: asumir la diversidad cultural y humana de una sociedad como elemento enriquecedor requiere un esfuerzo por conocer mejor al Otro y aceptar la diversidad como algo positivo”, dice el novelista.

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