Una investigación resucita la historia del camposanto de San Juan en La Laguna (1814-1983)


Benjamín Reyes sostiene que el primer cementerio de La Laguna cuenta la historia de la ciudad nivariense

El investigador Benjamín Reyes defiende la tesis de que el camposanto de San Juan (1814-1983) cuenta la historia de la ciudad de La Laguna en los siglos XIX y XX. La importancia de esta investigación reside en el hecho de que la documentación sobre la necrópolis lagunera pudo haber desaparecido pasto del fuego a consecuencia de un incendio que se produjo a mediados de los 80.

Se consiguieron salvar 84 cajas con documentación del siglo XX, así como los registros de enterramiento  y expedientes del siglo XIX, que nos revelan cómo era la vida en Aguere en las centurias del XIX y XX, y que se conservan en la actualidad en el Archivo Municipal de La Laguna.

La investigación va de la ciudad de los muertos a la ciudad de los vivos. Primero cuenta la historia del cementerio y luego la historia de la ciudad nivariense desde la Guerra de Independencia (1808-1814) a los accidentes de los Rodeos (1956-1977), pasando por la Guerra Civil Española (1936-1939).
Durante el siglo XVIII la gente de toda condición se enterraba en las iglesias hasta que Carlos III promulga una ley en 1787 para que se construyan recintos funerarios extramuros de las ciudades españolas. En Canarias, como en el resto de España, la ley no se acata hasta bien entrado el siglo XVIII y tras muchas devastadoras epidemias como la gripe de 1807, la fiebre amarilla de 1810 o la viruela de 1812. De tal manera que la primera persona que se enterró en el camposanto de La Laguna fue Juan Rodríguez Toste, el 4 de julio de 1814. Era una persona de orígenes humildes. Se prosigue así la tradición de poner el nombre al cementerio de la primera persona que era enterrada.  

Historias resucitadas

El principal objetivo de esta investigación es resucitar la historia y entre las historias que se han rescatado del olvido destaca la de Santiago Cuadrado Díez, Comandante de la Guardia Civil de la capital tinerfeña, que el mismo día del Alzamiento que da inicio a la Guerra Civil Española, pierde a su hijo Santiago Cuadrado Suárez (un soldado voluntario de 17 años del Regimiento de Infantería de Tenerife) víctima de un disparo, y es designado alcalde.  

Entre los numerosos personajes históricos que allí duermen el sueño de los justos podemos encontrar a Luis Florencio Román y Machado (circa 1755-1841), que participó en la Gesta de 1797 frente al ataque del almirante Horacio Nelson, donde tuvo una destacada actuación; a Alfred Rensonnet y Rensonnet (1868-1921), que fue ingeniero director del primer tranvía de Tenerife, que se inauguró en 1901 y perduró hasta 1956; o a José Rodrigo Vallabriga (1876-1965), que proyectó numerosas obras en Canarias, sobresaliendo, la reforma de la Catedral de La Laguna (1905).

A través de la documentación consultada se puede comprobar el paso de una sociedad agraria a una sociedad urbana. La historia no solo se escribe con alcaldes, militares o el estamento aristocrático sino también con el resto de la sociedad como lo demuestra el caso de las lavanderas de la fuente de Las Negras, lideradas por las hermanas Pérez, que emprendieron una reclamación contra Carlos Vega (juez municipal) al ser vulnerados sus derechos de lavar la ropa en un espacio público. También se hace referencia a aguadores, talabarteros (que elaboraban cinturones de cuero), traperos o boyeros (que conducían bueyes). Reflejando que la sociedad canaria del XIX y primera mitad del XX era eminentemente rural.

La investigación recupera un registro de elefantiásicos de 1853, que pone de manifiesto que La Laguna era una ciudad poco higiénica, donde existían enfermedades hoy consideradas tercermundistas. Asimismo, se rescatan las historias de los cinco accidentes de Los Rodeos vinculados al camposanto como es el caso de la primera víctima mortal que data de 1956: Emilia Amador, que falleció tras estrellarse un avión sobre su casa en Los Baldíos.  

Benjamín Reyes es licenciado en Historia del Arte y Periodismo. Como investigador ha llevado a cabo la documentación, entrevistas y producción del documental Amaro Pargo: entre la leyenda y la historia (2017), que han visto más de 33.000 personas en TV Canaria. En 2016 obtuvo el premio de Periodismo de Investigación Leoncio Rodríguez.

 

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