Cien años de la Escuela Luján Pérez


LA PROVINCIA / Orlando Hernández 

Arranca este año 2018, sin duda una fecha significativa para la Escuela Luján Pérez, con los actos de celebración de su Centenario (1918- 2018); y en este inicio del año era una visita obligada hacer un reconocimiento a los fundadores y a los artistas destacados de la misma, acudiendo a homenajearles en el emblemático Cementerio de Las Palmas, en el barrio histórico de Vegueta, vecino de la Escuela, y donde descansan sus restos.

Y es que el 6 de enero de 1918 se produjo en la historia del acontecer histórico de nuestra Isla un hecho insólito: En un local de la C/García Tello, en el barrio de Vegueta, abría sus puertas la Escuela Luján Pérez, un lugar de aprendizaje para «decoradores y artistas», según el proyecto inicial de su fundador, Domingo Doreste, «Fray Lesco» junto al pintor Juan Carló, un entusiasta artista, profesor y director, que trajo a la Escuela los aires innovadores del arte que había respirado en Europa. Con el tiempo, también se convertiría en Ateneo cultural de importantes intelectuales y laboratorio experimental de ideas y procedimientos artísticos. Aquel «milagro» fue posible por la confluencia de varios factores, como el impulso de un grupo de intelectuales, o la ayuda económica de miembros de la burguesía y profesionales liberales, coincidiendo además con las reivindicaciones de una división provincial que se veía necesaria.

Pero sin duda, nada de ello hubiera sido posible sin el voluntarismo de personas concretas que, desde el principio, acariciaron esta idea tan fecunda que cumple ahora nada menos que 100 años; a lo largo de su historia, desde sus inicios, los promotores de esta escuela han mostrado el mayor interés y tesón en su mantenimiento, en muchas ocasiones aportando su propio tiempo y renunciando incluso a una remuneración económica, sin contar los problemas serios de una guerra civil y una primera posguerra que obligaron a cerrar la escuela. Con esa única excepción, hay que destacar que nuestra Escuela Luján Pérez ha mantenido ininterrumpidamente sus puertas abiertas al alumnado interesado, manteniéndose incólume a lo largo de estos 100 años, a pesar de la incomprensión, la dejadez o las trabas burocráticas de unas instituciones que muchas veces no han comprendido su necesidad y su trascendencia.

La Escuela de Arte Libre Luján Pérez ya ha cumplido los 100 años, pero sigue gozando de muy buena salud, con el mismo dinamismo y preceptos que la han caracterizado a lo largo de sus distintos periodos históricos; a pesar de todo el tiempo transcurrido, continúa con los mismos e idénticos criterios de libertad instructiva con los que fuera creada, que podrían resumirse en el objetivo de formar a los alumnos y artistas, partiendo de sus talentos propios y respetando la sensibilidad estética de cada cual, propuestas que en 1918 fueron revolucionarias y han sido renovadas desde entonces, pero manteniendo su esencia principal, con esta misma filosofía de expresión plástica libre en todos sus talleres, y sin que los profesores, ni la Escuela, propongan una metodología concreta a impartir, y que deban cumplir los artistas que a ella acuden.

La filosofía educativa de la Escuela ya la había expresado Fray Lesco en el Diario de Las Palmas el 13 de julio de 1917, contestando a la sugerencia hecha en un periódico local de que la Academia Luján Pérez se uniese a la Escuela Industrial, tomando un carácter oficial:

«La Escuela, tal como se la ha concebido, no puede aceptar ni la protección oficial ni el injerto en ningún instituto ya creado, por grande que sea su prestigio. Ha de ser fruto de un acto de espontaneidad y ha de vivir renovando todos los días su espontaneidad originaria. Ha de forjarla la iniciativa privada y ha de medrar gracias a una compenetración íntima entre profesores y alumnos. Un poco difícil es el empeño, pero creo que no será imposible. A bautizarla con este espíritu tienden todos mis esfuerzos. Y con la misma mira trabajan cuantos en ella me ayudan».

La Escuela Luján Pérez, además, ha sido un baluarte del Arte Moderno y Contemporáneo de la Ciudad y de las Islas, ocupando un destacado lugar en la Historia del Arte en Canarias. Y ese mismo propósito continúa hoy, con su formación libre de artistas, en el presente. Tanto desde sus inicio y a lo largo de sucesivos años, como en la actualidad, ha sido cuantioso el número de artistas que en la Escuela se han formado para el logro de sus personales obras de arte. Y es éste, precisamente, uno de los fines que ella sigue ofreciendo en nuestros días: Continuar con su labor de apoyo a la experimentación artística, en su responsabilidad con los artistas, y como testimonio de la ciudad que la vio nacer.

Los talleres que se imparten actualmente en sus aulas son: Dibujo Artístico; Pintura (varios procedimientos y técnicas); Grabado Calcográfico; Serigrafía Artística; Aula de Acuarela; Dibujo del Natural, con modelo; Aula de Teoría de conceptos artísticos; Dibujo y pintura Infantil, Taller de Fotografía, Taller de Arte Digital y otros Talleres experimentales, así como Charlas y Visitas a Exposiciones de Artes Plásticas que conforman la actividad formativa de la Escuela Luján Pérez.

La Escuela apoya a los artistas de la misma a que expongan sus obras cuando éstas han alcanzado la madurez fundamental, estimulándoles a exponer de forma individual, o colectivamente con los grupos de artistas pertenecientes al Centro.

En palabras del siempre recordado Felo Monzón Grau-Bassas: «Es condición indispensable que la práctica del arte sea libertaria. El artista y la obra deben identificarse con el principio eterno de la libertad; caminar sin presiones ni sometimientos. El mayor obstáculo que tiene el arte de la vanguardia actual es que en su entorno existe un amplio complejo económico que limita su autenticidad. En este aspecto concreto, la actitud de nuestra Escuela es aleccionadora. Nunca ha querido penetrar en el mundo confuso de las ambiciones crematísticas. Realiza exposiciones colectivas de sus alumnos en donde lo valioso es mostrar la aplicación de su pedagogía y la especial manera de expresarse.»

Y precisamente siguen siendo estos principios, de Libertad, autenticidad e innovación, los que pretendemos valorar fundamentalmente en nuestro Centro de formación artística.

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*Publicado en La Provincia

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