- Las muestras colectivas «Palabra expandida» y «Mirada extraviada» y la individual «Por eso siempre hay una luz tintineando en mi ventana» ocuparán las salas 1,2 y 4 de la fortaleza del 10 de abril al 8 de mayo
- El día de la apertura se realizará una visita guiada por las tres exposiciones previa inscripción en el correo info@castillodemata.es
La Fundación Francis Naranjo regresa al Museo Castillo de Mata con tres nuevos proyectos expositivos, dos colectivos y uno individual. La exposición colectiva internacional que reúne la obra de quince artistas «Palabra expandida», la muestra «Mirada extraviada», de la pareja de paraguayos Tessa Rivarola y Juanjo Ivaldi y «Por eso siempre hay una luz tintineando en mi ventana», del tinerfeño Carlos Rivero ocuparán las salas 1, 2 y 4 de la fortaleza del 10 de abril al 8 de mayo.
Las obras expuestas podrán visitarse de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 horas, y sábados y primer domingo de mes, de 11:00 a 14:00 horas. Asimismo, la Fundación ofrecerá visitas guiadas a las tres exposiciones los sábados a las 12:00 horas siendo la primera de ellas el día de la apertura, el 10 de abril, con la presencia de Francis Naranjo y el artista Carlos Rivero. La asistencia está supeditada a control de aforo e inscripción previa a través del correo info@castillodemata.es.
La Fundación Francis Naranjo, proyecto cultural contemporáneo enfocado en la exposición, difusión, mediación artística, investigación y producción, acercará con esta triple exposición tres miradas hacia el universo de la palabra, al diálogo con la fotografía y a un viaje a la memoria y los recuerdos.
Se adjunta texto del catálogo de la exposición.
S1
PALABRA EXPANDIDA
Artistas:
Joseph Beuys (Alemania), Juan Castillo (Chile), María Castrejón (España), Máximo Corvalán-Pincheira (Chile), Laura González (España), Juan Hidalgo (España), Concha Jerez (España), Valcárcel Medina (España), Morquillas (España), Francis Naranjo + Dionisio Cañas (España), M. Nieves Cáceres (España), Osvaldo Salerno (Paraguay), Joaquín Sánchez (Paraguay / Bolivia), ZAJ y Raúl Zurita (Chile) .
«Palabra expandida» tiene sus orígenes en lo que se entiende por arte conceptual, que tuvo su apogeo en los años 60. Un movimiento artístico en el que la conceptualización o la idea es más importante que la obra de arte en tanto objeto físico o material. Las ideas prevalecen sobre aspectos formales o esenciales a modo de que lo artístico sería el concepto favoreciendo la reducción a lo mental y prescindiendo de la realización material, indiferente a la técnica, el material o la forma que se utilice para representarlo. También es común relacionarlo con los ready-mades que el artista francés Marcel Duchamp realizó en las décadas de 1910 y 1920, en los cuales la obra artística ya no es interpretada como un objeto de contemplación fabricado por la mano de su creador, sino como un objeto de pura especulación intelectual.
Sin embargo, en la actualidad el arte es plena libertad de expresión y manifestación. En la historia ha estado en continua evolución y revolución, sin reglas absolutas que lo definan, pero sí prácticas y tendencias que marcan época. Hoy el arte actual enfrenta retos, desafíos, pero también oportunidades y nuevas energías para los próximos tiempos, de manera que la disociación entre palabra e imagen tiene también un contrapunto: la literalidad.
Esta propuesta se construye hacia el público que visita la exposición de manera que éste cierre la obra planteada y se introduzca a través de las diferentes producciones en el universo de la palabra, siendo la idea el eje vehiculador entre el vocablo y la imagen, para desplazarnos a las diferentes construcciones mentales que nos provocarán las producciones presentadas.
S2
MIRADA EXTRAVIADA
Artistas:
Tessa Rivarola / Juanjo Ivaldi (Paraguay / Islandia)
«Mirada extraviada» recoge los trabajos de los artistas paraguayos Juanjo Ivaldi Zaldivar (1984) y Tessa Rivarola (1975), que actualmente residen en Islandia.
través de fotografías y escrituras que buscan dar cabida a lo que le excede.
Juanjo Ivaldi y Tessa Rivarola presentan presentan esta propuesta con un matiz melancólico, intencionadamente marcado por sus experiencias de viajes. Provenientes de un país tropical (Paraguay) y ahora encontrándose atravesados por la experiencia radical de estar –(a)islados- y lejos del ruido de las ciudades y las multitudes, residiendo donde respiran los glaciares, intimando con una naturaleza desbordante, que te atrapa hasta hacerte suya presentan estas resonancias personales de un relato a través de fotografías y escrituras que buscan dar cabida a lo que le excede.
Él comenzó sacando panorámicas en el intento de abarcar. Ella escribiendo como una extensión de su piel. Ambos influenciados por la sumisión que impone la naturaleza extrema de Islandia. Ambos ejercitando la sencillez del ser. Fascinados y melancólicos, desde la conciencia de la destrucción a la que como humanidad nos hemos arrojado: se incendia Amazonas, se extingue el primer glaciar de Islandia, se incendia Australia. Y mientras los paisajes y contrastes de Islandia estremecen, el mundo no está para seguir produciendo “bellos paisajes” o “bellos poemas”, concluyen.
Y es cuando surge la descomposición como vehículo para expresar una interrogación, que es también una profunda angustia, hasta dónde vamos a llegar con la depredación. Las redes están llenas de bellas panorámicas, como si fuera un gran basural de imágenes – cosméticas para no enfrentar lo urgente. La rotura, los fragmentos, aparecen como expresión del caos y el desconsuelo ante los daños irreversibles. Juanjo tritura la panorámica, la hace pedazos: el homo sapiens depredador. Y luego, presenta un detalle ampliado. Cada uno de los detalles son resonancias de algo que ya no está: el homo sapiens estremecido.
Fotografía y poesía dialogan con el silencio y el tiempo suspendido. La palabra intenta dar cuenta de su insuficiencia. Por ello, Tessa ofrece una serie de racimos de palabras con un fruto por descubrirse, la aventura de la explosión interior descuartizada en otro u-topo, nuestro ser.
S4
POR ESO SIEMPRE HAY UNA LUZ TINTINEANDO EN MI VENTANA
Artista:
Carlos Rivero (España)
(…) Cuando yo era un niño solía estar enfermo con bastante frecuencia. En las noches de los años sesenta se iba la luz eléctrica y nos alumbrábamos con una vela. Recuerdo el sudor y hasta casi el delirio porque el cuerpo ardía y mi madre decía que había que cubrirlo de mantas. El tintineo de esa luz amarilla sobre los dibujos en la pared (mis tíos trajeron de Venezuela un rodillo que reproducía un papel pintado con payasos y figuras geométricas) era casi una experiencia psicotrópica que me acercó a lo que 40 años después reproduzco en mis pobres animaciones.
Esa cama, sobre la que aún duermo era una nave de metal y tela en la que mi cuerpo viajaba a algo que era muy real, concreto como un cuadro del Bosco pero también abstracto como la angustia. Nunca el miedo a morir fue tan preciso e imposible de verbalizar. La oscuridad fuera era impenetrable y no existía la posibilidad de la huida. Ahí comprendí que todos los viajes se producen dentro de uno, todos los monstruos son lo que tú sabes que eres, y que el amor no estaba en los planes del viaje.
Los muebles que integran las piezas de esta exposición probablemente sirvieron para que otros cuerpos, otras vidas también descansaran, sufrieran o expiraran. Los desechamos porque están deteriorados o pasados de moda, su presencia nos molesta aunque una vez ese respaldar de una silla permitió que nuestra cabeza se sostuviera sobre una columna de hueso y cartílago, que una boca se alimentara porque en una madera con cuatro piernas había un plato de cristal con un pedazo de carne y pan. Nada de eso nos importa, solamente nos preocupa quienes seríamos ante los demás y ante nosotros mismos si no comiéramos en un objeto (como en el atrezo de una obra de teatro) que encarnara todas las características del nuevo personaje que ahora nos toca representar.