Patrimonio Cultural impulsará los trabajos y la puesta en valor de los yacimientos arqueológicos de Telde


La cueva de Tara la entendemos junto a Risco Caído; Cendro es un yacimiento con registro de neonatos único y en Los Melones se procesaba la carne de cabra, oveja y cochino”

La directora de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Nona Perera, realizó una visita a tres yacimientos arqueológicos de Telde con el objetivo de “adquirir una visión general de la situación del Patrimonio Cultural que conserva este municipio”. Se mostró preocupada por el estado de los yacimientos visitados y se comprometió a impulsar Cendro como propiedad del gobierno, la puesta en valor de la Cueva de Tara junto al Cabildo Insular y la continuidad de las excavaciones en Los Melones.

Cendro, propiedad del Gobierno de Canarias, se encuentra “en un alarmante estado de abandono, producido por agentes naturales y antrópicos, además de un edificio que también es propiedad del Gobierno y se encuentra abandonado y azotado por el vandalismo. Es un yacimiento que ha dado elementos claves en las investigaciones de enterramientos de neonatos”.

La directora asegura que su objetivo prioritario es “recuperar los materiales arqueológicos que están en superficie con riesgo de pérdida, contener el avance del desplome de la montaña e intervenir el inmueble existente de alto valor patrimonial”.

La cueva de Tara es un sitio excepcional dentro de la arqueología canaria porque representa otro modelo similar a Risco Caído. “Igual que en el almogarén, en el que se tiene en cuenta los movimientos celestes, en esta cueva ocurre lo mismo. Es un centro de observación astronómico en los que se registran los cambios de estaciones” explicó Perera.

Los Melones es un yacimiento de costa que ha proporcionado importantes registros con materiales arqueológicos únicos. “Se está trabajando en los espacios que han quedado libres en una zona en la que se ha llevado a cabo un tipo de urbanismo muy agresivo”.

La directora general señala que “hay partes del yacimiento que ya no existen, porque el centro comercial que está al lado lo destruyó en su construcción. También se siguen produciendo acciones de vandalismo en el que inciden en el poblado costero aborigen. El otro espacio arqueológico fue ocupado por un parque infantil y una zona de paseo. Sería deseable recuperar ese espacio para la investigación porque estamos ante algo novedoso. Es un recinto en el que se sacrificaban cochinos, cabras y ovejas pero no se consumían allí, sino que se distribuían hacia otras zonas por ahora no determinadas. No tenemos ningún antecedente de procesamiento de carne en el mundo aborigen como éste. Además, disponemos de materiales excepcionales, como los cuernos de cabra trabajados como cuchillos o el adorno de burgados, platos y vasijas, decoradas con pinturas novedosas en el repertorio existente”.

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