Literatura canaria en Polonia, una crónica de lo que parecía un imposible


El departamento de Filología Hispánica de la Universidad de Lodz, junto a la estudiante de Erasmus de la ULPGC, Alicia Espinosa Charry, organizó unas jornadas dedicadas a la literatura escrita en las islas

A las distintas ponencias y talleres asistieron casi cuatrocientos universitarios polacos

Santiago Gil

Cada vez tengo más claro que suelen ser los pequeños pasos los que, con el paso del tiempo, logran recorrer más distancia en el camino. Uno de esos pequeños pasos lo acaban de dar la estudiante de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que en estos momentos está de Erasmus en la universidad polaca de Lodz, Alicia Espinosa Charry, y el departamento de Filología Hispánica de la citada universidad encabezado, en este caso, por la doctora Agnieszka Klosinska Nachin.  Alicia es una rara avis entre los Erasmus. Tiene más de sesenta años y un deseo incesante de aprender y de compartir lo que sabe. La literatura escrita en Canarias que conoce Alicia le debe mucho, como ella reconoce siempre, a la pasión y la capacidad de enseñar de su profesor en la ULPGC, el doctor Yeray Rodríguez.

Cuando Alicia llegó a Lodz, una ciudad de ochocientos mil habitantes situada a dos horas de Varsovia y con una de las más destacadas universidades polacas,  se dio cuenta de que, al margen de Galdós, apenas se conocía nada de literatura escrita en Canarias. Ese desconocimiento pensó que podía ser lógico en otros lugares, pero Lodz cuenta con numerosos doctores especialistas en literatura española y latinoamericana. Ese desconocimiento hizo que la estudiante Erasmus, una colombiana de Santa Marta que lleva más de treinta años residiendo en Gran Canaria, planteara la celebración de unas jornadas en las que dar a conocer la literatura escrita en Canarias. En ese momento, hace ya unos cuantos meses, Alicia me escribe para invitarme a hablar de mis novelas y de la narrativa canaria actual. Igualmente me comenta que ella presentará una ponencia sobre mi novela, Villa Melpómene, que ya había expuesto en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Yo le dije que, en principio, podía contar conmigo, pero en el fondo, como sucede con tantos proyectos, pensé que lo que me contaba era casi imposible que saliera adelante. Y hoy, al regreso de Lodz, puedo decir que me equivoqué de medio a medio. Durante dos días, casi cuatrocientos alumnos y alumnas de Lodz, se acercaron a nuestras charlas. Alicia expuso el trabajo de Villa Melpómene el primer día, y el segundo hizo un repaso a la literatura canaria desde Cairasco, citando previamente las endechas, hasta Alonso Quesada. Fue emocionante escuchar a los estudiantes polacos recitar a viva voz el poema Yo a mi cuerpo de Domingo Rivero. Por mi parte, el primer día me tocó hablar de mi obra y de mi proceso creativo, y el segundo traté de hacer un repaso de la narrativa canaria desde Galdós hasta nuestros días, centrando mi intervención principalmente en don Benito y luego en el gran momento narrativo que viven ahora misma las islas.

Los alumnos tomaban nota de los muchos nombres que fuimos citando y escucharon hablar de lo que se escribe en las islas gracias al empeño de Alicia Espinosa. Igualmente me invitaron a impartir dos pequeños talleres de escritura en español en los que volví a encontrar las mismas ganas por seguir aprendiendo. Todo lo que pueda decir de la acogida, el interés y el cariño de los estudiantes y del profesorado de Lodz se quedaría siempre corto para describir lo que se vivió en esa ciudad polaca entre el 24 y el 25 de mayo de 2016. Muchas Alicias, como escribía Galeano de quienes hacen pequeñas cosas en su entorno, lograrían que lo que se escribe en las islas llegara realmente lejos, tan lejos como llegó hace unos días gracias a las jornadas que comandaron Agnieszka Klosinska Nachin  y Alicia Espinosa Charry.

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Junto a Agnieszka Klosinska, Amán Rosales y Alicia Espinosa.

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