· La Casa-Museo Pérez Galdós publica un cómic de cien páginas inspirado en ‘Tristana’ y ‘La loca de la casa’
El ilustrador Alberto Hernández y el escritor Antonio Becerra como guionista son los autores de la novela gráfica ‘1892’, (segunda de sus colaboraciones en común) una ficción que se sitúa en el año en que Galdós publica ‘Tristana’ y ‘La loca de la casa’. Sobre la primera gira la trama de esta entrega, a través de la cual se van mostrando episodios de la biografía del novelista canario y se establece un diálogo con el segundo título.
La obra, editada por la Casa-Museo Pérez Galdós, está ilustrada a lo largo de su centenar de páginas y se completa con un epílogo de acertadas notas propuesto por ambos autores en el que avanzan claves de algunos de los personajes como Saturna, José Echegaray, María Guerrero, Lorenza Cobián, Emilia Pardo Bazán o Concha Morell, entre otros.
Inicialmente el Cabildo propuso a los autores realizar un trabajo que girase alrededor de la biografía de Pérez Galdós, pero la empresa se desechó por la dimensión titánica que suponía y las limitaciones de tiempo que el proyecto presentaba toda vez que la idea era presentarlo en el marco del Centenario del fallecimiento del autor de los ‘Episodios Nacionales’.
“Es cuando a Becerra se le ocurre abordar al personaje a través de sus historias”, señala Hernández, conocido como ilustrar hace diez años ‘Ezequiel Himes, Zombie Hunter’, de Víctor Santos. “Plantear una biografía ilustrada a partir de los trabajos publicados por Armengol y Yolanda Arencibia era imposible. Galdós es un personaje poliédrico, con muchas aristas y perspectivas”, añade el profesor de Literatura Española de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Becerra. “Por ello recurrimos a ‘Tristana’, que posee elementos biográficos de Galdós y titulamos la obra ‘1892’, un año crucial en la vida del célebre novelista canario, que se encuentra en los años de plenitud creativa. ‘Tristana’ acaba como la vida, sin un gran final, como en los cuentos de Cortázar. En 1892 Galdós consigue llevar a cabo su sueño: entrar en el mundo del teatro”, explica Becerra.
Hernández explica que el desarrollo del trabajo de esta novela gráfica se fundamente en la estructura. Un grafismo que, en palabras del ilustrador, “tiene tres tipos de trazos que permitirán al lector un mejor seguimiento de la historia: las referencias a ‘Tristana’ reflejadas en formato de folleto antiguo, la iconografía más minimalista de lo que tiene que ver con ‘La loca de la casa, y el toque de color para las referencias a la vida de Galdós. Trabajamos poco a poco, página a página, día a día… Me senté a desarrollar el grafismo de tal manera que el lector tuviera siempre claros los tres estamentos estancos de la obra: ‘Tristana’, ‘La loca de la casa’, que fue la parte más compleja de acometer, y los elementos biográficos de Galdós. Empleé una paleta digital de pinceles secos. Se recrea el Madrid y Las Palmas de Gran Canaria del siglo XIX a partir de una labor de documentación rigurosa”, explica el ilustrador, que en la actualidad dibuja ‘Shamrock’, un serial de Fantasy Scroll Mag, con guiones de Josh Brown, y los álbumes de corte erótico ‘Roojie Ortjes’, con textos de Ron Harren y Engels para el mercado holandés. “Galdós cuando escribe es muy visual, ves sus imágenes mientras lees. Ello me ha facilitado mucho el trabajo. La metodología me permite trazar bien las fases con la finalidad de no terminar asustándote de la dimensión de la empresa en la que te has comprometido”.
“Teníamos que ser muy cuidadosos. Se trata de una obra de ficción pero que debe transmitir una verdad”, añade Becerra, quien insiste en el trabajo de documentación acometido tras la edición de ‘1892’. “Algunos textos de la novela gráfica son del propio Galdós y nos documentamos con la inestimable ayuda de Yolanda Arencibia”, dice. “Galdós crea un universo poblado de personajes que van saltando de lugares, y ese mundo, a pesar de ser extenso, resulta estar poblado de los mismo personajes”, sostiene Becerra.
“Queremos que el lector de ‘1892’ sienta la urgente necesidad de leer a Galdós”, concluye Hernández.