Varios cuadros de la artista Jane Millares que están expuestos en la Casa Museo Antonio Padrón en Gáldar con motivo de la muestra ‘Maternidades. Jane Millares-Antonio Padrón’, permanecerán hoy cubiertos en señal de apoyo a la movilización del 8 de Marzo y como reivindicación de la visibilidad de las mujeres en el arte.
Autorretrato de madre
Todos la quisieron desde antes de nacer. Pero tanta felicidad viró en una infancia aterradora de persecución, guerra y hambre. Jane y su familia fueron condenados por su conciencia social de búsqueda de justicia y libertad. Mutilados de paz que no dejaron de luchar contra la dictadura.
Jane compartía ése espíritu junto a sus hermanos y hermanas escritores pintores, músicos y a la vez intelectuales que aportaron un gran impulso cultural a una época de aislamiento y una arrolladora iniciativa creativa y artística frente a la opresión. Como mujer y madre no sólo creó un mundo expresivo y de reflexión a través de la pintura y la escultura sino que usó su protagonismo para hacer visible la mirada de mujer del mundo y sus sentimientos. Una realidad que compartió con ‘Mujeres en la isla‘ (1953-1964) un grupo que fue mas allá de una revista, un fenómeno de gran impacto social en contraste con el reducido grupo que la hizo posible. Y son los cuadros de Jane los que muestran a la mujer-isla que se observa o se adentra en la búsqueda de respuestas a una vida que tuvieron que crear bajo vigilancia y la censura, el androcentrismo y la invisibilidad.
Jane elabora el busto de su padre tras su fallecimiento.. |
Por ello es en lo más íntimo y personal donde exhibe el arte como vida, pero también dolor y muerte.
El fallecimiento de su hermano Sixto (1942) marca la apertura de sus heridas que no cicatrizan. Su tercer hijo, Agustín, muere prematuramente y su pintura recordará en cada etapa el duelo inconsolable. La maternidad se expresa en su pintura como nadie lo ha hecho. El amor a los hijos es su inspiración y refugio. Y la herida se agranda con su padre, Juan Millares Carlo, sus hermanos Juan Luis, Manolo, Agustín, Eduardo y José María… Su esposo, Luis Jorge Ramírez… Hasta el fallecimiento de su segundo hijo, Sixto… Entonces deja de pintar por primera vez y definitivamente tras una vida en la que la escuchamos a diario a través de sus obras. Ya no hay cura porque no hay arte que pueda expresar tanta tristeza. No hay voz ni color.
Su obra es una biografía de mujer y madre. Con las incertidumbres, inseguridades y rechazo a la discriminación social y cultural. Su pintura también representa a la mujer. Miles de mujeres. A través de una plástica aparentemente sencilla pero hipnótica, evocadora. Mujeres en imaginarios que sólo podrían crear mujeres. Viviendo la vida de las mujeres. Sintiendo como mujeres: El abrazo, el embarazo, la desnudez, el viento sobre el pelo, la luz de las farolas en la oscura sociedad misógina… Y el abrazo de la vida y de la muerte.
Esta es la aportación de Jane Millares Sall. El autorretrato de una madre artista.