El MUNA colabora en un estudio que vincula los cambios del nivel del mar con la evolución de la vida marina en las islas


  • La conservadora de Paleontología y Geología del centro museístico Esther Martín-González participa en esta investigación internacional que ofrece nuevas claves sobre la biodiversidad en entornos insulares como Canarias
  • El consejero José Carlos Acha destaca la contribución del MUNA en este nuevo estudio, que refuerza nuestro compromiso con la ciencia de vanguardia y con la participación en investigaciones internacionales sobre la evolución de los ecosistemas insulares

El Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA), del Cabildo de Tenerife, colabora en un destacado estudio internacional liderado por el investigador Sérgio Ávila, de la Universidad de Azores, que revela cómo las fluctuaciones del nivel del mar durante los ciclos glaciales-interglaciales han moldeado la evolución de la biodiversidad marina en las islas, incluidas las islas Canarias.

Esta investigación, que cuenta con la participación de la conservadora de Paleontología y Geología del centro museístico, Esther Martín-González, amplía el modelo de biogeografía insular marina, integrando por primera vez la dinámica de fusión y fisión de islas, es decir, cómo algunas se conectan o separan según el nivel del mar, y su impacto en procesos biológicos esenciales como la especiación, dispersión y extinción.

El consejero de Cultura, Museos y Deportes del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, destaca la importancia del estudio, ya que, a su juicio, “este tipo de investigaciones refuerzan el valor de nuestras colecciones científicas y el trabajo que llevamos a cabo desde el museo”. “Formar parte de estudios internacionales de este calibre demuestra la proyección y el compromiso del museo con la ciencia de vanguardia”, añade.


Una clasificación muy original

El estudio propone una novedosa clasificación de las islas según su comportamiento frente a las variaciones del nivel del mar. Algunas islas, denominadas Solum, permanecen aisladas incluso durante descensos extremos del nivel del mar, sin llegar a conectarse con otras islas vecinas. Otras, llamadas Soror, experimentan ciclos de fusión y separación, conectándose y desconectándose periódicamente conforme el mar sube o baja. Finalmente, las Moliones son islas que permanecen permanentemente conectadas entre sí a través de aguas poco profundas, sin importar las fluctuaciones del nivel del mar.

En total, el análisis abarcó 324 islas situadas en zonas tropicales y templadas del planeta, entre las que se encuentran las iIslas Canarias. De estas, 50 se clasificaron como Solum, 77 se agruparon en 20 conjuntos Soror y 197 pertenecieron a 34 grupos Moliones.

Además, el equipo estudió en detalle el área litoral insular (ILA), la zona costera sumergida donde se concentra gran parte de la biodiversidad marina, identificando cinco patrones generales de cambio en esta zona clave para la vida marina, dependiendo de factores como la edad geológica de las islas, su estructura tectónica, la presencia de terrazas submarinas y arrecifes coralinos.

Este trabajo permite anticipar cómo se fragmentan o reconectan las poblaciones marinas a lo largo del tiempo, con implicaciones directas para la conservación de la biodiversidad en contextos insulares.

Las islas se presentan como sistemas dinámicos cuya historia geológica y comportamiento frente al mar condicionan la vida marina que albergan, abriendo nuevas vías para su estudio y gestión sostenible.

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