Miguel Ángel Martín le pone “cinco estrellas” a esta edición del Salón del Cómic de Santa Cruz


Miguel Ángel Martín, uno de los dibujantes más originales y sorprendentes de la escena del cómic nacional, le puso “cinco estrellas” a la actual edición del Salón del Cómic que se celebra hasta el domingo, especialmente en la plaza del Príncipe. El también autor del cartel en el que se ve a uno de sus originales personajes con el Auditorio a sus espaldas, también dispuso de una exposición en el Museo de Bellas Artes. La particularidad, seguramente irónica o para atraer la atención, es que los visitantes deben cruzar unas cortinas negras sobre la que aparecía el cartel “Prohibida la entrada a menores de 18 años”. Advirtiendo de que el contenido no era apto para todas las edades, gustos, creencias e ideologías. 

En su interior se podían ver las viñetas que causan todo tipo de reacción excepto la indiferencia en una sala oscura en la que también se exhibía el corto hecho sobre su obra Snuff 2000 firmado por el cineasta Miguel Ángel Crespo. La opinión de la gente según le confesaron es que se trata de un trabajo visual “que sigue siendo totalmente vigente, no había envejecido”, seguramente por el carácter muy visual de los dibujos del autor, por lo que no se cierra a hacer nuevas incursiones en este mundo.  

Martín calificó a la cita de “fantástica” y resaltó “la hospitalidad” que le han ofrecido los organizadores, aunque señaló que era exactamente lo que se esperaba; “le doy un diez en todos los aspectos”, dijo. Consideró “impecablemente montadas” las diversas muestras que se reparten por la ciudad y está muy satisfecho de la expectación que creó su charla con una salón de actos repleto de apasionados de su obra. 

El autor suele acudir a otros salones pero de Italia con un formato muy diferente por lo que bajo su punto de vista el de Tenerife llama la atención especialmente por ser “muy hospitalario” y más cercano. “En definitiva, resalta de estos días que “ha habido muy buen rollo con todo el mundo, incluso he podido conocer a autores que desconocía o a gente que hacía años que no veía”.
Los asistentes a la charla en el turno de preguntas se interesaron sobre todo por el carácter extremo de su obra aunque él cree que esa es la parte menor y que en su mayoría tiene un carácter social y con mucho sentido del humor, “no todo es la parte extrema”, dijo. Le gustó y llamó también la atención el cuidado que se ha puesto en enmarcar sus obras de la exposición. Fue presentado por la artista majorera, Moño cuyas creaciones también son inusuales, rompedoras y parecen no tener límites y quien también se ha convertido en una de las colaboradoras más habituales de las actividades de la Fundación.

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