Por Noé Ramón //
La ilustradora valenciana, Ana Penyas se encuentra en plena promoción de su nueva novela gráfica titulada En Vela en la que profundiza en los problemas del insomnio para lo que realizó una labor de investigación hablando con profesionales y víctimas de un mal que se ha convertido en crónico en la sociedad actual. El resultado es que la ganadora en 2018 del Premio Nacional del Cómic ha creado una obra coral, muy documentada, que introduce variaciones en los anteriores trabajos, suyos, primero en cuanto a temática, al alejarse de la hasta ahora habitual de Memoria Histórica. Pero además en la forma al introducir algunas novedades y recursos en el estilo con el fin de intentar plasmar el mensaje de la manera más fiel posible. Asegura que ha supuesto un auténtico reto adentrarse en el mundo del sueño con todos sus recovecos, infiernos y escondites incluidos.
-La última vez que nos entrevistamos fue en mayo del año pasado y ya entonces hablabas de este trabajo como un proyecto.
-Por esas fechas ya estaba casi acabado porque lo entregué en julio. Siempre hay que darlo con antelación suficiente para que la editorial tenga tiempo para hacer su trabajo. Al final salió el pasado mes de octubre.
-¿Y cómo fue la evolución de la idea hasta concretarse en la novela? ¿Hubo muchos cambios?
-Más que cambios, lo que en realidad sí hubo fue un desarrollo porque al principio todo se basaba en una frase, una idea. Lo que quería era plasmar el malestar contemporáneo que existe con el insomnio y para ahondar tuve que hacer toda una investigación.
-¿En qué consistió?
-Las entrevistas y lecturas tuvieron un peso muy grande. Hablé con gente, tanto conocida en este campo como con desconocidos. Pasé un mensaje a cada uno de mis contactos para que hablaran con más gente que tuvieran ese problema y así escuchar sus testimonios. Hablé con profesionales de la Unidad del Sueño del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, estuve mucho tiempo escuchando a pacientes. Luego leí informes de expertos que reflexionan sobre este problema y el mundo contemporáneo en general. Mezclando todo eso me inventé un guión del que salió esta novela.
-Como tu dices el resultado ha sido una historia coral con múltiples personajes.
-Sí, tenía que estructurar la historia, definir a los personajes y así con mucho trabajo fui haciendo el guión y de ahí pasé al storyboard y luego al dibujo. El proceso habitual pero de una manera un tanto distinta.
-De los testimonios que escuchastes ¿Hubo alguno que te sorprendiera especialmente?
-No es que alguno en concreto me impactara, fueron experiencias generales pero sí me llamó la atención como la gente se abrió tanto conmigo, aunque no me conocían de nada. Hubo varios testimonios de mujeres que vivían situaciones de violencia de género, de abusos y experiencias muy fuertes que habían hecho que padecieran un insomnio crónico. Esos casos surgieron bastantes veces. Después había historias que estaban más relacionadas con asociaciones que se hacen en la infancia entre la muerte y el sueño o vivencias que tu cerebro no consigue racionalizar, se quedan ahí enquistadas y te impiden conciliar el sueño.
-¿Pero cuál sería la constante que más se repitió?
-En general, la principal dificultad serían las preocupaciones pero depende de cada caso, de cada persona. Lo más habitual eran los problemas laborales, incertidumbres… y luego hubo historias muy dramáticas en el sentido de que se trataba de insomnios crónicos que duraban mucho tiempo, lo que había generado un malestar importante. Había personas que tenían miedo de que llegara la noche. Pero hablamos de una auténtica escala de grises, gente con problemas más graves, que han sufrido un trauma que les impide dormir y otras que no lo padecen tanto.
-Un insomnio total es imposible, claro, aunque algún caso ha habido en el mundo.
-Claro, es imposible porque entonces sí que vivirías al límite. La mala calidad del sueño acaba afectando a la salud mental.
-Cuando hablamos la ocasión anterior ya tenías claro que tu intención era sacar a la luz el malestar social que está en el origen del insomnio.
-En realidad, no llegué a ninguna conclusión concreta. Mi intención era poner en relieve ese malestar, que está en la cabeza de cada uno, iluminarlo y luego plasmarlo. Por eso quería que fuera una historia coral, que se viera como se vive este problema en las distintas clases sociales, géneros, procedencia… Reflejar que vivimos en una sociedad y en un sistema que nos convierte en personas un poco insomnes. Me dio la impresión de que casi todo está en contra nuestra para que no podamos dormir bien. Vives todo eso cada vez con más incertidumbre, con un gran aislamiento social. Hay un montón de factores que al final nos llevan a que cada vez la calidad del sueño sea peor. Debemos tener en cuenta que no se trata de que te lo hayas montado mal, es que el sistema te lleva a dormir cada vez peor. Esa podría ser otra conclusión.
-Entonces el insomnio es más un síntoma que la enfermedad.
-Exacto, no soy médico. A veces hay gente que tiene apnea, síndrome de piernas cansadas, inquietas y otras patologías Yo lo que intenté es responder a la pregunta que me lancé a mi misma de por qué cada vez dormimos peor.
-¿Crees que se trata de un problema generalizado?
-Pues sí, no paran de salir artículos que así lo dicen. Es un problema más generalizado de lo que debería ser, eso desde luego. No es que todo el mundo lo sufra pero sí muchas personas. Hace poco en El País salieron una serie de artículos en los que se reflejaba que efectivamente cada vez son más los que sufren este problema.
-Y luego supongo que estará también la cuestión del creciente consumo de ansiolíticos.
-Sí, en general no es un problema anecdótico, sin duda, sino que afecta a mucha gente y tienes muchas facetas.
-¿Qué lugar dirías que este libro ocupa en tu carrera? ¿Implica algún cambio?
-Sí, ha sido un cambio. En cuanto a temática desde luego porque he conseguido salir de lo relacionado con la memoria histórica, que es lo que quería y abordar otra cuestión más contemporánea. Pero vamos tengo claro que seguiré trabajando sobre historias sociales y la memoria histórica, lo que pasa es que quería tratar casos que sean más de nuestro tiempo.
-¿Y en cuánto a estilo?
-He tenido que buscar nuevas soluciones gráficas para representar lo mejor posible el mundo de la noche, de los sueños porque es una historia con muchos personajes y había que jugar con los colores. La verdad es que ha sido un reto gráfico porque me he visto obligada a utilizar muchos materiales, técnicas nuevas y todo eso ha traído consigo que deba enfrentarme a un desafío muy interesante, la verdad.
-¿Y cómo ha sido hasta ahora la recepción?
-Hasta ahora creo que bastante buena, aunque todavía la publicación es un poco reciente pero lo he notado por la gente que viene a las presentaciones y en las reseñas que he leído. Hasta el momento todo va bastante bien. Vamos, que estoy contenta porque la verdad es que desconfiaba un poco de lo que podía ocurrir, pero tengo la sensación de que efectivamente la gente ha entendido lo que quería transmitir que es lo importante.
-Es que hablar de los sueños es una cuestión muy universal.
-Exactamente, mucha gente se siente identificada, no es tan fácil encontrar a alguien que duerma realmente bien. Casi diría que es algo muy raro y más aún si ya es hacerlo superbien.
-¿Qué piensas de la polémica que ha surgido por la suspensión de la próxima edición del festival de Angouleme al que has estado siempre muy vinculada?
-La verdad es que he estado un poco apartada de esa historia porque ya sabía desde hace tiempo que no iba a poder ir porque estoy embarazada y justo por esas fechas saldré de cuentas. Así que tampoco puedo opinar mucho, la verdad. No he estado muy pendiente porque ahora mismo estoy en otra película.
-¿Tienes en mente el próximo proyecto?
-Estoy acabando un proyecto que hice en una residencia artística en Santiago de Compostela sobre la historia del barrio de Vite que se creó en los setenta y que ya casi lo tengo terminado. Luego pienso dar unas clases en un instituto pero vamos, mi proyecto más inmediato es que en marzo salgo de cuentas así que por eso me encuentro en un período en el que estoy cerrando los trabajos más que planificando otros nuevos. Cuando los retome ya veré en qué me meto pero ahora mismo no lo tengo decidido.
-¿Estás concienciada en compaginar la maternidad con el dibujo? ¿O sabes que lo vas a tener que dejar un poco de lado?
-Evidentemente tendré que hacerlo, claro pero haré lo posible para no dejarlo del todo de lado, aunque los seis meses de permiso tengo asumido que no voy a trabajar.
-¿Sigues todavía pudiendo vivir exclusivamente del dibujo?
-Sí, la verdad es que sí. Tendré mi baja de maternidad como autónoma y luego está la de mi pareja que también trabaja. Así que pienso que voy a poder hacerlo.


