El cronista de Telde y académico Antonio González Padrón aborda en una charla la vida de Isabel II


  • La conferencia tiene lugar en la Casa-Museo León y Castillo de Telde el día 9 de junio, a las 19:00 horas, dentro del ciclo ‘Mujeres que hicieron historia. Reinas de España’

El cronista de Telde y académico correspondiente de la Real de la Historia, Antonio González Padrón, imparte en la Casa-Museo León y Castillo el día 9 de junio, a las 19:00 horas, la conferencia ‘Isabel II, la Reina de los ojos glaucos’, en la que explicará que esta Reina, hija de Fernando VII, “ha sido de todos los Reyes de España, y seguramente de Europa, la más criticada y cruelmente valorada porque cualquier acción que hiciera desembocaba en un juicio machista y patriarcal en el que todo se reducía a su promiscuidad en el sexo, que era real, pero que se exageró”.

Se trata de la segunda conferencia del ciclo ‘Mujeres que hicieron historia. Reinas de España’, en el que González Padrón hace un repaso de la vida y obra de seis monarcas, desde María Cristina de Borbón y Dos Sicilias a Victoria Eugenia de Battemberg. Esta charla es gratuita, con aforo limitado, previa inscripción a través del correo electrónico leonycastillo@grancanaria.com o llamando al teléfono 928 691 377.

El cronista de Telde recordará en esta segunda cita que Isabel II (1830-1904) fue proclamada Reina a la muerte de su padre cuando solo contaba con 3 años de edad, lo que provocó que su madre, María Cristina de Borbón y Dos Sicilias, se convirtiese en regente o gobernadora del reino en nombre de su hija. Ante la existencia de dos opciones de Gobierno en España, los liberales y los absolutistas, se produce una pugna de si en verdad el Rey antes de morir abolió la Ley sálica, que no dejaba reinar a las mujeres, o no lo hizo, y por lo tanto estaba vigente. Esta Ley no es una tradición española, explica González Padrón, sino francesa, que introdujeron los Borbones a su llegada a España.

Este hecho no solo divide la opinión, sino también al Ejército en un momento de crisis profunda, tanto económica, como social, como política, entre otras cosas porque desde el fin de las Guerras Napoleónicas y durante las primeras décadas del siglo XIX se independizaron la mayor parte de naciones de Hispanoamérica y el Imperio quedó reducido a Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas islas del Pacífico, detalla.

González Padrón recuerda que empieza su reinado con las llamadas guerras carlistas, que en total fueron 4, en las que los liberales, llamados isabelinos, apoyaban a la Reina y a su madre, mientras que los absolutistas, más conservadores, apoyaban a su tío, el Infante Carlos María Isidro.

El conferenciante reflejará en esta segunda charla la aparente doble personalidad que mantuvo la Reina durante toda su vida. Fue mal educada tanto por su madre como los aduladores de la Corte que le hacen creer que ella no tiene porqué preocuparse de nada, sino vivir la vida, porque ellla, al principio, creía que su vida era un juego. Además, como tenía una bonita voz se trajo de Italia a las mejores cantantes de ópera para que le dieran clase, y como tenía facilidad para el piano, también trajo a los mejores pianistas de Europa para su formación. Y llegó a ser virtuosa tanto en el piano como en el canto, explica.

La Reina fue también educada con conocimiento de francés, que dominaba a la perfección. “Fue más  una educación de una niña de la alta burguesía que de una Reina, porque era nula en política interior, en administración y en las cosas de gobierno, y más nula aún en política internacional”, detalla González Padrón, al tiempo que agrega que “su madre, por su carácter, mandaba, quitaba y ponía, los ministros hacían lo mismo y los militares todavía más”.

Isabel II, que reinó entre 1833 y 1868, terminó en el exilio en Francia, un exilio que nunca comprendió, explica. Dejó el trono con el estallido de la Revolución de 1868, denominada La Gloriosa. “Ella vió cómo se trajo a un rey extranjero, Amadeo I de Saboya, hijo del rey de Italia, y se le regala el reino de España. No solo le quitan el reino para entregarlo a una dinastía distinta, sino que estalla una revolución y después la República”, agrega González Padrón. “Después tiene que aceptar a duras penas que la Restauración Borbónica no la tiene a ella como protagonista sino al Príncipe de Asturias, Alfonso de Borbón, denominado Alfonso XII”, rememora.

El cronista recuerda también que cuando Benito Pérez Galdós la visitó en su exilio en Francia, país donde murió, para escribir ‘Bodas reales’ y ‘La de los tristes destinos’, ambos de los Episodios Nacionales, se le quejó de que ella era una marioneta en manos de los intereses espurios de toda la Corte, que le hacían tomar decisiones que no quería o simplemente no le consultaban, explica. “Eso le hizo ser excomulgada por la Iglesia Católica porque el ministro Mendizábal dictó la Ley de desamortización, que tenía como base quitar propiedades a la Iglesia para, por subasta pública o por venta,  hacer dinero para las arcas del Estado”, agrega.

Reina en un mundo de deslealtades

González Padrón asegura que esta Reina ha sido las más criticada y peor valorada, y no solo se le criticó en el Parlamento, en los cuarteles y en las embajadas, sino que se publicaron viñetas en donde se le llegó a dar el desonroso título de la ‘prostitución coronada’. Sin embargo, el pueblo llano le tenía un cariño extremo, mientras que las clases altas y medias la utilizaban cuando querían y la criticaban cuando le daba la gana. Ella reinó en un mundo de deslealtades”, resume el conferenciante.  

“Ahora se está revisando toda la historia del siglo XIX español, porque tanto la Segunda República como Franco ahondaron mucho en desprestigiar a los gobernantes del siglo XIX y principios del XX, porque según ellos la monarquía era el germen putrefacto que había estropeado la esencia misma del país. Hoy se demuestra que hubo importantes avances durante el reinado de Isabel II, como el desarrollo de carreteras o de ferrocarriles, además de un cambio en medidas higiénico sanitarias, como la creación de los cementerios en toda España”, detalla.

“El republicanismo la atacó por todos los frentes,  no a la clase política, sino a la reina cuando el mal no era ella sino la clase política, pero perro no come a perro”, asegura González Padrón, al tiempo que recuerda también que durante su reinado hubo un gran desarrollo de las artes, con la creación de premios y el surgimiento de grandes retratistas como la familia Madrazo.

Y en este sentido, el conferenciante explica que cuando Madrazo pintaba a esta Reina, que tenía los ojos muy acuosos, casi celestes, lo hacía como si estuviese a punto de llorar. “Eran tan claros que cuando le daba el sol tenía los ojos glaucos y llorosos”, de ahí el nombre de esta conferencia. Se trata de una época que concincide con el romanticismo y se veía en ese llorar continuo el pesar de una personalidad incomprendida, concluye.

Un ciclo de seis Reinas de España

A través del ciclo ‘Mujeres que hicieron historia. Reinas de España’, que imparte íntegramente Antonio González Padrón, pretende dar una nueva visión de las Reinas españolas, tanto en el caso de Isabel II, que fue Reina titular, como de las que fueron consortes. María Cristina de Borbón y Dos Sicilias fue la protagonista el pasado mes de la primera de las charlas, que le sigue ahora Isabel II para continuar después con María Victoria dal Pozzo della Cisterna, María de las Mercedes de Orleáns y Borbón, María Cristina de Habsburgo y Lorena, y Victoria Eugenia de Battemberg.

Entre las dos consortes reales María Cristina de Borbón y Dos Sicilias y Victoria Eugenia de Battemberg se abre un espacio delimitado por el tiempo y las consecuencias que este lleva aparejado en cualquier sociedad. La España de una no se parecerá en nada a la que le tocó vivir a la otra. Casi un siglo de diferencia separa el inicio del reinado de ambas. Una misma dinastía, la Borbónica, que comienza después de la Guerra de Sucesión ocurrida entre 1701 y 1713. La consolidación de un régimen parlamentario, que todos esperaban tras las Cortes de Cádiz de 1812, no fue posible por la traición del nefasto Fernando VII, explica el cronista.

Los liberales esperaron a su muerte para tímidamente ir consolidando un régimen más abierto y progresista, pero éste tuvo contundentes adversarios en los absolutistas, también llamados Carlistas, lo que supuso para nuestro país el enfrentamiento fratricida a veces en sangrientas acciones bélicas y otras veces en golpes de estado en uno y otro sentido.

Entre regencias y un reinado sin timón aparente como el de Isabel II, se pasa a una nueva dinastía, los Saboya. Y tras ésta, a una República fallida que solo durará unos meses, terminando la centuria decimonónica con una Restauración en la persona de Alfonso XII y ante su muerte prematura otra Regencia de algo más de dieciséis años y el posterior reinado de su hijo Alfonso XIII.

Originarias de diferentes lugares de Europa, con culturas y hasta religiones diferentes, fueron elegidas, que no eligieron, para ser Reinas de un país, que en algunos casos no llegaron a comprender jamás, apunta González Padrón. Una de ella ambiciosa y con muy pocos escrúpulos, otra hubiese sido la hija perfecta de un burgués, pero con escasa dotes de gobierno. También las hubo tenaces y honestas a carta cabal. Hay quien recibió el desamor y el desprecio trocándolo en amor y admiración de sus súbditos y la mayoría conocieron el triste destino del destierro, enumera.

Programa de conferencias hasta septiembre

– Viernes 2 de julio

Victoria, la compañera inseparable de Amadeo I

– Viernes 3 de septiembre

María de las Mercedes de Orleáns y Borbón, el mito y la leyenda necesaria.

– Viernes 15 de octubre

María Cristina de Habsburgo y Lorena, la gran reina constitucional.

– Viernes 5 de noviembre

Victoria Eugenia de Battemberg, blanco y negro de una reina que quiso ser algo más que consorte.

Todas las conferencias son a las 19:00 horas.

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