‘Como en casa’, la película con la que Marta Mészarós expresó sus sentimientos hacia Hungría


  • La tercera sesión del ciclo dedicado que Filmoteca dedica a la cineasta será este jueves 11 en el Espacio La Granja

Filmoteca Canaria ofrece esta semana la tercera sesión del ciclo que dedica a la cineasta húngara Marta Mészarós, en la que se proyecta el filme ‘Como en casa’, con el que en 1978 la realizadora logró la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián. Otra historia con una fuerte carga emocional personal, con la que la cineasta consolidó su posición en la cinematografía europea, y que se podrá ver este jueves 11 en el Espacio La Granja, a partir de las 19.00 horas en VOSE.

‘Como en casa’ parte del personaje de András, interpretado por Jan Nowicki, que vuelve a Hungría desde Estados Unidos tras una temporada viviendo allí, y se encuentra sin mujer, trabajo ni amigos. Ni siquiera es capaz de retomar la relación con su antigua amante, que interpreta la actriz Anna Karina. Totalmente perdido, con una mezcla de sentimientos entre el rechazo y la pertenencia a su lugar de origen, conoce a una niña que toma como hija adoptiva. Ambas almas desarraigadas se apoyan la una a la otra.  Un drama que, de alguna forma, traslada los sentimientos de Mészáros hacia su país en aquel momento.

Este filme supuso la consolidación internacional de Mészarós. Tras llevarse el Oso de Oro de la Berlinale en 1975 por ‘Adopción’, la directora se convirtió en una presencia habitual en festivales, como el de San Sebastián, donde obtuvo la mencionada Concha de Plata a la Mejor Película por ‘Como en casa’.


Marta Mészarós

Calificada por la prestigiosa revista Film Comment como “un arsenal de recursos fílmicos”, en 2021 Márta Mészáros fue galardonada con el Premio de la Academia del Cine Europeo al conjunto de su carrera.  Fue una de las pocas voces femeninas que se hicieron oír, con una cierta continuidad, dentro del prolífico panorama de las cinematografías de Europa del Este durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo XX.

Mészáros estudió cine en Moscú a las órdenes de grandes nombres del cine soviético y pasó por las mismas aulas que Aleksandr Sokúrov o Andrei Tarkovsky. Sin embargo, ha sufrido a ojos de Occidente un doble estigma: el de ser directora del Este y el de ser mujer. Por ello, sus películas son fuertemente personales, políticas, honestas, feministas y auténticas.

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