Se llevará a cabo con carácter gratuito el día 10 de mayo dentro del programa que tiene por finalidad difundir la singularidad de los paisajes culturales de Gran Canaria
Las Palmas de Gran Canaria, 18 de mayo de 2018.- El día 19 de mayo el Cabildo de Gran Canaria desarrolla la última visita guiada al paraje natural de la Caldera de Bandama. La iniciativa requería inscripción previa y todas las plazas están cubiertas.
El mencionado enclave, que se encuentra localizado dentro del Paisaje Protegido de Tafira y está catalogado desde 1994 como Monumento Natural, se trata de una enorme depresión de 1.200 metros de diámetro y 220 metros de profundidad, originada por una explosión freatomagmática. Además, tanto El Pico y la Caldera constituyen un conjunto de gran valor científico, siendo declarados por el Instituto Tecnológico Geominero de España como Punto de Interés Geológico.
La iniciativa, impulsada con motivo del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, se enmarca dentro de la política patrimonial impulsada por la Unidad de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura que busca difundir la singularidad de los distintos paisajes culturales de Gran Canaria, y que ha registrado una notable participación en sus precedentes entregas cursadas a la Mesa de Acusa, Barranco de Guayadeque, Finca de Osorio, La Isleta, El Hornillo de Agaete o a las salinas de Tenefé.
Para el antropólogo y técnico del área de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura, José González, que dirigirá alguna de las visitas previstas a la Caldera de Bandama asistido por la empresa Tibicena. Arqueología y Patrimonio SL, este singular enclave posee tres elementos de interés: el geológico y geomorfológico en relación a la formación de un volcán joven; el que explica su transformación de cono volcánico a unidad de acogida para la explotación agrícola del cultivo del vino durante siglos, y el de su nuevo uso didáctico ambiental y turístico que cobra a principios del siglo XX con el inicio del incipiente desarrollo de la llegada de visitantes extranjeros a la isla.
En los últimos años la Caldera de Bandama se señala como un área natural frecuentada por senderistas, amantes de las caminatas y el trekking. Con motivo de la presión humana, tránsito de guaguas turísticas y vehículos particulares ejercido en la zona, el Cabildo evalúa la capacidad de carga tanto del Pico de Bandama como de la Caldera, así como la implantación de un posible mecanismo de control para limitar la presencia de visitantes en este espacio natural de tanto valor.
Desde el punto de vista del patrimonio cultural, la Caldera de Bandama abriga en el interior de la barriga de su cráter un rico banco de recursos arqueológicos y etnográficos relacionados con las especiales condiciones geomorfológicas del sitio y la capacidad del isleño de hacer productiva la tierra de fuego.
La caldera ha sido objeto de una explotación agrícola con cultivos tradicionales desde el siglo XVIII. El nombre de Bandama proviene del comerciante flamenco del siglo XVI llamado Daniel Van Damme, quien vivió en Gran Canaria y compró los terrenos que ocupan la caldera para destinarlos al cultivo de la vid. En el fondo del cráter se conservan los restos de un interesante lagar del siglo XVIII y otros bienes etnográficos como eras, un conjunto de alpendres o muros de bancales de piedra.
El célebre científico alemán Leopoldo von Buch definió la caldera, en su obra ‘Descripción física de las Islas Canarias’ (París, 1836), como “uno de los ejemplos naturales más notables que existen en la superficie del globo”, cuenta con una yacimiento en su pared norte denominado Cueva de los Canarios, empleado como silo por los antiguos canarios.
Asimismo son destacables sus amplios valores ecológicos. En la zona es frecuente observar la aguililla canaria, el lagarto gigante de Gran Canaria, la lisa, el herrerillo y la alpispa, entre otros animales. La flora endémica es también digna de especial cuidado en este enclave.