· Se trata de la quinta campaña desarrollada en el lugar desde que fue descubierto en 1962 este pecio, considerado un valioso testimonio de la historia naval y del patrimonio cultural subacuático de Gran Canaria
Las Palmas de Gran Canaria, 12 de enero de 2018.- El Cabildo de Gran Canaria ha dado comienzo a la intervención arqueológica subacuática que se llevará a cabo durante los próximos dos meses en la playa de El Burrero, en la costa del municipio de Ingenio, con la finalidad de delimitar el yacimiento en el que se conservan bajo el agua y a escasos treinta metros de la orilla, los restos de una embarcación histórica.
Desde que en 1962 fuera descubierta por el buceador Tomás Cruz la citada nave, será la quinta ocasión en la que los especialistas desciendan hasta los cinco metros de profundidad en donde se localizan los restos de este valioso testimonio de la historia naval y del patrimonio cultural subacuático de Gran Canaria, según lo consideran los propios arqueólogos de la Consejería de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos, departamento que invertirá 18.000 euros en las distintas tareas que realizará un equipo de tres personas dirigido por el arqueólogo sevillano especializado en intervenciones subacuáticas, Josué Mata Mora.
Levantamiento planimétrico
Los sondeos arqueológicos subacuáticos no solo persiguen documentar la procedencia y la fecha cronológica de la estructura de madera del navío localizado bajo las aguas de El Burrero durante la última intervención realizada en el año 2008 (cuya edad se encuadró entonces de forma indeterminada entre los siglos XVI y XVIII), sino proceder al levantamiento de una planimetría en detalle y georeferenciada general de la distribución de los sondeos y de los restos de materiales arqueológicos localizados que tenga interés especial desde el punto de vista de la arquitectura naval. A la propuesta de delimitación del yacimiento arqueológico se sumará finalmente la operación de cubrimiento de los restos con arena una vez finalizada la intervención para su protección.
Hay que recordar que el citado pecio de la playa de El Burrero figura en la carta arqueológica del municipio de Ingenio con el número de registro 11.032 y que fue el primer yacimiento subacuático de esta naturaleza excavado en Gran Canaria con un permiso administrativo. Según los especialistas posee características únicas en el Archipiélago Canario dado que de momento es el único pecio documentado de época moderna con restos de estructura de madera. Este hecho lo dota de unas características excepcionales, tanto para el estudio de la historia naval durante el antiguo régimen como para la difusión de aspectos relacionados con dicha actividad, con el comercio, el transporte antiguo y el patrimonio cultural subacuático en Gran Canaria.
16 piezas de artillería
Pasado medio siglo desde su descubrimiento y tras cuatro intervenciones arqueológicas desarrolladas en 1962, 1968, 1994 y 2008, el Cabildo vuelve a insistir en los restos de la embarcación sumergida en El Burrero, uno de los sitios arqueológicos subacuáticos más interesantes de Gran Canaria, tanto desde el punto de vista histórico-científico como patrimonial. Hasta la fecha se han extraído del buque una gran cantidad de materiales y fragmentos cerámicos, entre los que destacan dieciséis piezas de artillería naval de distintos calibres, quince de las cuales presentan actualmente un elevado estado de deterioro debido a la carencia de tratamientos de conservación que reciben en el museo particular Castillo de la Fortaleza El Hao de Santa Lucía de Tirajana en donde se exhiben, propiedad del que fuera alcalde, investigador y canariólogo, Vicente Sánchez Araña. Además de las piezas de artillería, de dimensiones y peso variado, se extrajo munición de hierro de distinto calibre.
En los sondeos arqueológicos realizados durante el año 2008 se comprobó la existencia de maderas estructuradas, lo que pone en evidencia la conservación de al menos parte de esta embarcación. Se trataba de maderas de aproximadamente 7 metros de longitud por casi 2 metros de ancho orientadas en la dirección en la que parecen dispuestos los cañones exhumados. En principio y por la documentación gráfica, alguna de estas maderas podría corresponder a las tracas del forro que marcan el eje longitudinal de la nave, aunque habría que esperar a la realización de este nuevo estudio in situ, que podrá aportar datos relevantes sobre las dimensiones definitivas de la embarcación.
La conservación de partes de la embarcación y probablemente parte de su cargamento lo convierten en un yacimiento único para el estudio y difusión de la historia naval de Gran Canaria y, a la par, en un lugar de gran fragilidad al encontrarse expuesto en una zona muy cercana a la costa, en una playa muy concurrida por la ciudadanía.
16 nuevos yacimientos subacuáticos
De los 132 nuevos enclaves que el Cabildo de Gran Canaria ha incorporado a la Carta Arqueológica de la isla que no se actualizaba desde hace 14 años, 16 son de carácter subacuático, lo que constituye algo más del 10 por ciento del total y representa un área delimitada de 819,20 hectáreas. Se pretende con ello proteger uno de los bienes patrimoniales más frágiles y de más compleja tutela como son los restos subacuáticos.
No es la primera vez que el Cabildo realiza este tipo de prospecciones. En 2005 se llevó a cabo un sondeo en aguas de la Bahía de Gando para localizar los restos de los vapores Ville de Pará, Alfonso XII y Monte Isabela. A las campañas ya citadas de El Burrero su suma otra llevada a cabo en la costa de Gáldar, en la zona de la playa de El Agujero, en donde descansa un pecio descubierto en 1970 que podrá tratarse de una fragata o corbeta encallada en la segunda mitad del siglo XVII. Con posterioridad, en 2001 y 2002, se llevaron a cabo otras dos intervenciones subacuáticas de urgencia para documentar los hallazgos localizados entre el Castillo de Romeral y la Punta de Tarajalillo, en San Bartolomé de Tirajana. También en 2012 el Cabildo lleva a cabo otro sondeo para examinar el pecio de Risco Verde, en la Playa de Arinaga, en Agüimes, una embarcación de madera de unos veinte metros de eslora, probablemente utilizada con fines pesqueros o comerciales.
De cualquier manera, según señala el arqueólogo de la Consejería de Cultura del Cabildo, José Guillén Medina, “la carencia de trabajos sistemáticos de arqueología subacuática en nuestras aguas ha imposibilitado realizar una valoración de conjunto del patrimonio histórico sumergido, no sólo a nivel cuantitativo, sino también sobre el estado de conservación y su relevancia como documento histórico”.
Según la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, integran este patrimonio “todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años”.
Por su parte, la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias define el patrimonio arqueológico canario como aquel integrado por los bienes inmuebles y muebles –por ejemplo, los pecios- de carácter histórico susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o en el mar territorial.