El director del Instituto Cervantes anuncia la creación del Observatorio del español


  • El director del Instituto Cervantes protagonizó hoy un desayuno informativo presentado por la directora de El País, Pepa Bueno
  • Además, informó de la situación del Cervantes en Moscú tras la invasión de Ucrania por Rusia

El director del Instituto Cervantes anunció hoy la creación del Observatorio del español que ayudará en la estrategia para reforzar la lengua en el mundo y que se enmarcará en el PERTE aprobado ayer por el Consejo de Ministros. Luis García Montero protagonizó el desayuno informativo de la tribuna Foro de la Nueva Comunicación en el que condenó la invasión de Ucrania, explicó la situación del Cervantes de Moscú, aseguró que «el español de ninguna manera está en peligro» en nuestro país y criticó a los gobernantes que falsean la Historia para «intentar legitimar injusticias actuales a costa del pasado».

En un acto presentado por la periodista Pepa Bueno, directora del diario El País, avanzó que «vamos a hacernos cargo» del Observatorio del español que sirva de guía en la estrategia del Cervantes para promocionar la lengua: por ejemplo, la necesidad de profesores de español en África subsahariana, el papel del español en Europa, de qué modo se puede trabajar con los distintos nodos y grupos dedicados a la cultura digital en distintos ámbitos, sobre todo en las ciencias y la cultura, cómo acentuar la difusión del español en el exterior en colaboración con el Ministerio de Educación, o cómo instalar al Instituto Cervantes y a otras instituciones en el nuevo mundo digital.

El Observatorio se inscribirá en el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) relativo a la nueva economía de la lengua, que ayer martes aprobó el Consejo de Ministros. Un proyecto para conseguir una «Inteligencia Artificial que piense en español», y a cuyo frente estará Cristina Gallach, con quien el Cervantes ha trabajado en repetidas ocasiones cuando era secretaria de Estado en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

García Montero celebró que se vayan a movilizar 1.100 millones de euros de inversión pública porque «invertir en cultura es fundamental» y hará que destacadas instituciones (ministerios, RAE, universidades, etc.) «colaboren en un proyecto que haga del español una base de conocimiento fundamental». Esto, agregó, servirá para aumentar la presencia del español y de las lenguas cooficiales «en esta nueva era digital» y reforzar el papel de la lengua en la ciencia y en el conocimiento científico.

El poeta y catedrático de Literatura de la Universidad de Granada hizo un repaso de algunas de las cuestiones más relevantes que afectan al Instituto, en este desayuno de trabajo celebrado en el céntrico Casino Gran Círculo y al que asistieron destacados invitados como el secretario general Iberoamericano, la fiscal general del Estado, el Defensor del Pueblo, el director de la Real Academia Española o los cantantes Miguel Ríos o Víctor Manuel.

En relación con la invasión de Ucrania por Rusia, García Montero descartó a priori el cierre del Instituto Cervantes de Moscú, ya que cualquier decisión al respecto se tomará en coordinación con el Ministerio de Exteriores y la Embajada de España. «Lo peor del siglo XX aparece en el siglo XXI», reflexionó, para apoyar sin fisuras las medidas que está tomando la Unión Europea por esta violación del Derecho Internacional. Desveló que las limitaciones bancarias fruto de las sanciones están generando problemas en las transferencias para el pago de algunas nóminas, y reiteró su plena solidaridad con el Cervantes moscovita.

También abordó el revisionismo histórico y las críticas a la conquista española de América por parte de algunos gobiernos de aquel continente que «falsean la Historia»: «Es ingenuo solucionar problemas del siglo XXI pidiéndole cuentas a Hernán Cortés». En su opinión, «falsificar la Historia es muy propio de culturas populistas que intentan legitimar injusticias actuales a costa del pasado».

En cuanto a la extensión geográfica del Instituto, que hoy cuenta con 94 presencias en 47 países, destacó varios puntos fundamentales. Comenzando con Dakar (Senegal), el primer centro abierto en África subsahariana, cuya reciente apertura responde a la necesidad de estar en el subcontinente, ya que su imparable progresión demográfica reducirá porcentualmente el peso del español en las próximas décadas. «Hay muchas posibilidades de cooperación más allá de las pateras y la inmigración», sentenció.

En Estados Unidos, el segundo país del mundo en número de hispanohablantes nativos, el Cervantes se instalará este año en la ciudad de Los Ángeles, capital del cine y de la música, en una apuesta por divulgar «el prestigio cultural, científico y tecnológico del español». Ya ha firmado un acuerdo con la Universidad de California en Los Ángeles y cuenta con una futura sede en Hollywood.

Por último, Seúl (Corea del Sur), hoy una extensión dependiente del centro de Tokio, se convertirá próximamente en sede, gracias al apoyo de la UNESCO, como respuesta a la importancia económica del país y la notable demanda de aprendizaje de español. El centro de Seúl, además, será una importante fuente de autofinanciación para la institución.

Ante las recurrentes voces de alarma por la situación del castellano en las Comunidades con lenguas cooficiales, el director del Cervantes fue categórico al señalar que «el español de ninguna manera está en peligro». Quien quiera decir que esto ocurre «falsea la realidad», eso es un ataque «como ofender a una madre». Declaró estar muy orgulloso de vivir en un país con tres lenguas cooficiales: «Vamos a celebrar la convivencia respetándonos, y no creemos bulos». E insistió en defender la pluriculturalidad y diversidad de España y de Europa, donde conviven 200 lenguas distintas.

Por otro lado, defendió la cooperación activa entre las dos lenguas ibéricas, española y portuguesa, que suman juntas 850 millones de hablantes, tal como quedó de manifiesto en el reciente congreso celebrado en Brasilia organizado por la OEI (Organización de Estados Americanos). Pero hay una diferencia entre ambas lenguas, puntualizó García Montero: el español mantiene una gran unidad en toda su extensión territorial, «a costa de respetar la diversidad»; en cambio, las diferencias entre el portugués de Portugal y el de Brasil son cada vez más acentuadas. Al constatar esta realidad, dijo, «me alegra ver lo bien que se han hecho cosas con el español».

Dijo que el Cervantes no se plantea la devolución de una de sus dos sedes de París al PNV porque una sentencia del Supremo ratifica que el histórico edificio de Av. Marceau (que pronto reabrirá tras las obras de remodelación) pertenece al Estado español. Lamentó que el español no sea lengua de trabajo en la Unión Europea, pese a estar reconocido en instituciones varias, y mostró como filólogo su admiración por el trabajo de la RAE: ha huido del purismo y da testimonio del uso del idioma por sus hablantes, y ha apostado por el panhispanismo y respetado la diversidad.

Por último, respecto a la polémica por la canción que representará a España en Eurovisión, y que contiene partes en inglés, ironizó con un «yo me quedé con el «La la la» de Massiel: no me alegro pero tampoco lo haría un problema».

García Montero cerró su intervención, largamente aplaudida por los asistentes, con la lectura de unos versos de Federico García Lorca, pocos años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en los que dejaba traslucir su crítica al apoyo del Papa a Benito Mussolini: «Porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos».

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