El Partido Popular recula en la reprobación de Mariate Lorenzo por el Festival y acepta un auditoría


El Parlamento zanjó ayer la crisis en el Festival de Música de Canarias y ordenó a la Audiencia de Cuentas fiscalizar la edición de este año. Coalición Canaria aceptó las condiciones del PP, que dio marcha atrás a la reprobación de la consejera de Cultura, María Teresa Lorenzo, por el fracaso de esta cita. Los nacionalistas admiten rediseñar el festival para conciliar el espíritu tradicional con la innovación «para que tenga futuro» y que tenga el apoyo de un consejo asesor especializado.

De este modo, la Cámara aprobó por unanimidad la moción presentada por el PP consecuencia de la interpelación en el anterior pleno parlamentario y excluye la reprobación de Lorenzo, que ayer no estuvo en el hemiciclo con motivo de su viaje a la Feria Internacional de Turismo de Berlín (ITB). La moción es fruto del acuerdo alcanzado entre el portavoz de CC, José Miguel Ruano, y su homóloga popular, Australia Navarro, para evitar que prosperara la iniciativa contra Lorenzo.

Durante el debate, el diputado nacionalista David de la Hoz se sumó a la petición de Nueva Canarias, Podemos y Agrupación Socialista Gomera (ASG) para solicitar que se auditen los últimos doce años y así comparar los tres modelos del festival, con tres directivas diferentes en ese período, y tener claros las cifras de déficit y espectadores.

El parlamentario lanzaroteño abogó por «replantear» la gestión de este evento cultural y ponerla en manos de una fundación, en lugar de que se encargue la empresa pública Canarias Cultura en Red.

De la Hoz cuestionó que el certamen esté «consolidado», ya que en seis años ha pasado de 48.000 a 24.000 asistentes y de seis a 1,9 millones de euros, además de señalar que «no hay ni un solo dato que avale que este festival tiene repercusión internacional».

Palabras contradichas por Josefa Luzardo, del PP, que reclamó recuperar el prestigio perdido en esta edición, «la más opaca de la historia», en la que la recaudación cayó un 44% y la media de público pasó de 547 en 2016 a 348 este año. El cambio de modelo fue «un capricho injustificado» de la consejera, criticó Luzardo, que, aparte de subrayar el «rotundo fracaso» del festival, indicó que las cuentas estaban «maquilladas».

Gabriel Corujo, del PSOE, opinó que Luzardo reculó en su planteamiento y que el acuerdo entre CC y PP sobre el festival es una prueba de que su «pacto está hecho». «Sigan afinando el dueto, Fernando Clavijo prefiere al barítono que a la soprano», afirmó, en referencia a Asier Antona, del PP, y Patricia Hernández, del PSOE, respectivamente.

Los diputados de ASG y NC, José Ramos Chinea y Luis Campos, se mostraron en contra de reprobar a María Teresa Lorenzo por los resultados de «un solo evento». Es más, el nacionalista estima que «desde el inicio se satanizó y se criminalizó el festival». Anunció que su grupo presentará una proposición no de ley para que se amplíe la auditoría a los últimos seis años».

Juan Márquez, de Podemos, defendió la «democratización» de la cultura y del evento. «La música clásica no tiene nada que ver con el lujo», remarcó el parlamentario, que se quejó porque una enmienda de su partido no fue admitida por la Mesa al no contar con el visto bueno de los servicios jurídicos.

FUENTE.- La Provincia

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