TEA Tenerife Espacio de las Artes ha organizado para mañana [miércoles 8], a las 19:00 horas, una visita guiada a la exposición Crisis? What Crisis? (¿tiene forma la catástrofe?), con motivo de su clausura. La muestra, que reúne el trabajo de doce creadores canarios o que han estudiado arte en Canarias y que han realizado en las Islas parte de su obra manteniendo una relación personal o intelectual significativa con artistas canarios, se podrá visitar en este centro de arte contemporáneo del Cabildo hasta este domingo [día 12] de martes a domingo de de 10:00 a 20:00 horas. Los comisarios de la muestra, Ramón Salas y Beatriz Lecuona, serán los encargados de realizar esta visita, que es gratuita y para la que no se requiere inscripción previa.
Chami An, Alejandro Castañeda, David Ferrer, Laura González Cabrera, Alejandro Gopar, Lecuona y Hernández, Ubay Murillo, Fernando Pérez y Ricardo Trigo son los creadores que conforman esta colectiva -que se presenta bajo el epígrafe de Cap.1. Modernismos postmodernos- y lo hacen acompañados de Alby Álamo, Moneiba Lemes y Pérez y Requena, en calidad de artistas invitados.
Los artistas, unidos todos ellos bajo un denominador común -haber nacido después de la muerte de Franco, haber crecido en democracia en una Canarias autónoma y haber eclosionado como artistas en un mundo en crisis- muestran en TEA una serie de obras concebidas específicamente concebidas para este espacio (site specific). Sin embargo, y como antesala de estos nuevos proyectos, hay una sala introductoria con obra anterior. No obstante, todos los proyectos nuevos están en clara continuidad con sus trabajos anteriores.
Gehängt (2012) y La demolición (2012), de Ubay Murillo; Ensayo VII: la serpiente, el neón, la pintura y la antera (2016), de Alejandro Castañeda; Bad Weather for Mechanical Habits, Good Weather for the Drunk (2016), de Ricardo Trigo; Prelude (2016), Laura González Cabrera; Extended mind (2016), de Lecuona y Hernández; Bajo Demanda (2016), de David Ferrer; Seré breve (2012), de Fernando Pérez; Chroma Key (2016), de Alby Álamo o Dèclaration à la suite des attaques à Paris. François Hollande 2015 (2016), de Alejandro Gopar, son algunas de las piezas que forman parte de esta exposición.
La pervivencia del modernismo (sus paradigmas y sus presupuestos) en una época postmoderna es el eje central sobre el que pivota Crisis? What Crisis?. Se trata de una exposición aparentemente bastante clásica, si se entiende por clásica la caracterización del arte moderno como arte abstracto. Las piezas que se exhiben en ella son muy formales y, al mismo tiempo, muy contenidas. Es decir, que son obras que formalmente parecen abstractas pero que vistas más de cerca permiten descubrir un contenido conceptual oculto.
En 1975 moría Franco. Ese mismo año Supertramp, el grupo de moda, publicaba su álbum Crisis? What Crisis?, cuya portada mostraba un relajado bañista en medio de un paisaje industrial apocalíptico. A partir del 2015, los artistas nacidos después de la dictadura comenzarán a cumplir 40 años, los mismos que el dictador ocupó el poder. Habrán dejado de ser artistas emergentes sin dejar de ser artistas en emergencia. A partir de estas efemérides se plantea este ciclo de exposiciones que trata de analizar las líneas de fuerza del trabajo de los artistas canarios que nacieron en democracia y alcanzaron su madurez en el archipiélago de la crisis.
Cabe destacar que la obra de estos creadores, que ahora se dan cita en Crisis? What Crisis?, no puede entenderse al margen del modernismo ni de su crisis. En este primer capítulo se pueden ver obras que, en contra de lo que suele ser habitual en la actualidad, reclaman sin complejos su contemplación. Pero esas formas no son un fin en sí mismas, no son un mero espectáculo, sino que trasladan al visitante hacia contenidos complejos pero nunca por la vía más recta. Y es que -según detalla Ramón Salas- el arte no habla directamente de la realidad, ni tampoco habla solo de las formas (del arte), sino que habla de la realidad a través de las formas.
Salas destaca además que el tema de la pervivencia del modernismo es claramente profesional, eminentemente intraartístico en una época en la que los temas del arte suelen ser de naturaleza política, es decir, heterónoma. Durante el modernismo, desde mediados del XIX hasta los años 70, el prestigio del arte se fundamentó en su inutilidad: en una sociedad funcionalista, pragmática y dominada por la razón de los fines, la "función" del arte era la de promover esos impulsos y cultivar una sensibilidad capaz de apreciar aquellas cosas que tenían en sí mismas su propia finalidad.
Esa sensibilidad terminó convirtiéndose en la estética característica de la burguesía capitalista (basta mirar los cubos de cristal que pueblan nuestras ciudades o las casas minimalistas de las revistas de decoración caras), por lo que hoy ha perdido su prestigio. El arte hoy siente (casi padece) la necesidad de servir para algo, de encontrar alguna función histórica. Unos la perciben a través de la plena integración en las industrias del espectáculo. Otros en el combate en campo abierto contra el capitalismo en la esfera política.