El TEA presenta una muestra que recorre la trayectoria de Óscar Domínguez en Checoslovaquia


La exposición está integrada por más de cuarenta obras realizadas por el pintor tinerfeño entre 1946 y 1949, la mayoría de las cuales se exponen en Canarias por primera vez

TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo Insular, presentó hoy [martes 24] una nueva una nueva exposición del pintor tinerfeño Óscar Domínguez. En esta ocasión, la muestra se centra en su etapa en Checoslovaquia, entre los años 1946 y 1949. La exposición está integrada por más de 40 obras, la mayoría de las cuales se exhiben en Canarias por primera vez. Óscar Domínguez en Checoslovaquia, que se inaugura mañana [miércoles 26] a las 20:00 horas, pretende reconstruir la trayectoria pictórica del Domínguez de aquellos años, a través de un conjunto de obras procedentes de colecciones particulares y de instituciones públicas checas, eslovacas y españolas.

El director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero, fue el encargado de dar a conocer los detalles de esta muestra y lo hizo acompañado de los comisarios de la misma, el historiador del Arte, Pavel Štěpánek, y el conservador de la Colección Óscar Domínguez, Isidro Hernández, así como de la responsable de Asuntos Corporativos y Comunicación de JTI en Canarias, Alejandra Corbera. “Esta exposición descubre una etapa fundamental en la trayectoria artística y vital de Óscar Domínguez”, destacó Rivero quien recordó que es precisamente ésta, “una de las etapas vitales menos conocidas” del creador pese a haber sido objeto de estudio en diversas ocasiones.

“Esta muestra nos recuerda la importancia que tuvo Óscar Domínguez tanto dentro como fuera de nuestras fronteras y revela lo realizado por él durante esta etapa”, agregó José Luis Rivero. Óscar Domínguez en Checoslovaquia se podrá visitar en este espacio hasta el 30 de abril de 2017, de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas. La exposición cuenta con el patrocinio de JTI y la entrada a la misma es gratuita para los residentes canarios. Frutero y revólver (1949), Fertilidad (1947), La Revolución (1947), Composición con gato y mesa (1947), Cuatro variaciones de Minotauro (1948), Cabeza de mujer (1947), Bicicleta (1947) o Retrato de M. Solcova (1947) son algunas de las obras que forman parte de esta muestra.

Isidro Hernández, quien recordó que Domínguez (Tenerife, 1906-París, 1957) ha pasado a la historia del arte moderno como uno de los pintores españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX, detalló que la muestra cuenta con importantes préstamos que es la primera vez que se exhiben en las Islas y que dan buena cuenta de la importancia del trabajo realizado en aquellos años por Domínguez. No obstante, Domínguez participó en nueve exposiciones en Checoslovaquia entre 1946 y 1949.

Pavel Štěpánek recordó por su parte que ésta es la tercera exposición de Óscar Dominguez que comisaría y durante su intervención evocó aquella época en la que él, siendo solo un estudiante, conoció al propio Domínguez. “Óscar Domínguez es una de las pasiones de mi vida”, reconoció el comisario quien subrayó que para él “Domínguez es especial”. “Con él comencé mi vida profesional”, agregó mientras adelantó que una de las cuartas partes de la colección de obras que existe de Domínguez proviene de colecciones checoslovacas aunque muchas de estas obras estén hoy en día dispersas por diferentes partes del mundo. Además de ello, Pavel Štěpánek dijo que “la pintura moderna checa tiene puentes y grandes influencias de los pintores españoles de aquellos años, en especial de Oscar Dominguez”. Alejandra Corbera de JTI señaló que Óscar Domínguez en Checoslovaquia es “una exposición realmente interesante” y recordó que desde su compañía se “apuesta por la promoción del arte y de cultura para preservar el legado cultural y para acercarlo a la sociedad”.

En febrero de 1946, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, se celebró en la Sala de Arte Mánes de Praga, una exposición colectiva titulada El arte de la España republicana. Artistas españoles de la Escuela de París. La muestra logró un éxito fabuloso, y una parte sustancial de las 224 obras expuestas, sobre todo pinturas, dibujos y grabados, se quedaron en colecciones checas y eslovacas. También contribuyó al éxito la presencia física de los pintores Óscar Domínguez, Joaquín Peinado, Pedro Flores, Antoni Clavé y Manuel Viola, así como los escultores Baltazar Lobo, Honorio García Condoy y Apel.les Fenosa. Éstos entablaron contactos artísticos y humanos con artistas checos, algunos de por vida.
Óscar Domínguez despertó una gran atención, no sólo por la cantidad de cuadros que expuso (doce), sino sobre todo por la fuerza de su personalidad atrayente, su originalidad y coherencia artística y vital; influencia incluso ejercida antes de la Guerra, a partir de sus decalcomanías, que tanto motivaron a los surrealistas checos, con el poeta Vítězslav Nezval a la cabeza. Domínguez regresó a Checoslovaquia varias veces más, organizando exposiciones con cada visita, y vivió en aquel país momentos muy intensos no solo desde el punto de vista personal, sino también profesional, tanto en la capital checa, Praga, como en las ciudades de Olomouc y Bratislava. Trabajó tan intensamente que casi un cuarto de sus obras hoy conocidas provienen de colecciones checas y eslovacas, si bien muchas de estas piezas se han dispersado por colecciones de todo el mundo en las últimas décadas.

Aparte de las obras presentadas en sus exposiciones, en general todas vendidas o regaladas, se quedaron en Checoslovaquia otros trabajos ocasionales que Domínguez realizó en Olomouc y Bratislava, donde tuvo a su disposición talleres prestados por sus colegas Jára Šolc y Ján Mudroch. Asimismo, otros coleccionistas checos y eslovacos adquirirían sus obras en visitas a su taller de París.
A partir de los años cuarenta aparecen en los lienzos de Óscar Domínguez rejas obsesionantes de líneas, ruedas, máquinas inventadas y laberintos que se expanden a dimensiones irreales pero también hay ellos algunos objetos reales. Se aprecia como en estas obras la fantasía arbitraria cede el paso a una nueva relación con la realidad. En sus cuadros -destacaba Miroslav Míčko en el año 46- una composición cubistizoide firme, no deja de sonar, sin embargo, el eco de un secreto surrealista.

La estancia de Óscar Domínguez y Maud Bonneau en Olomouc a finales de 1947 se debió a la amistad con el escultor Jaromír Šolc, quien los alojó en su casa y ayudó a organizar la exposición de Domínguez en la Casa de Arte de Olomouc, hoy ya inexistente, donde el pintor canario expuso un total de veinte obras. Šolc además realizó una conocida fotografía Domínguez mientras éste trabajaba. Otra serie de fotografías, tomadas por el también pintor y escenógrafo, Oldřich Šimáček, documenta el ambiente amistoso y alegre de aquel encuentro. También se conocen sus estancias en Praga debido, en parte, a las visitas en grupo de los demás españoles, y en Bratislava sólo se conocen fotografías oficiales o caricaturas en las revistas locales, en cambio en Olomouc si hay testimonios de amistad.

Respecto a la exposición que se celebró en Bratislava en enero de 1949 cabe destacar que ésta se llevó a cabo en medio del debate iniciado por teóricos como Štefan Bednár, quienes defendían como línea general de la creación artística el realismo socialista, rechazando el arte moderno. En defensa de Domínguez salió al paso la revista Bojovník, así como Kulturný život, donde aparecieron elogios a su obra, además de un artículo de la artista Esther Šimerová en defensa del arte abstracto, a modo de resistencia a la introducción de la teoría (y poco después la práctica) del realismo social. Mientras tanto la revista Umenie publicó una entrevista con Domínguez en la que se señalaba que sus obras despertaron merecida atención “y fueron causa de una polémica acerca la misión del arte moderno en la sociedad socialista”.

El frutero come-frutas es el título de una serie de pinturas sobre las que Domínguez volvió varias veces a finales de los años cuarenta y que ahora se puede ver en esta nueva exposición. Se trata de un motivo que alude a su obsesión por dotar de vida propia a los objetos, en una suerte de danza lúdica en la que todo pierde su función esperada y racional. La metamorfosis que transforma cada cosa en otra no es más que una de las manifestaciones posibles de la libertad y la rebelión.

El apoyo al patrimonio cultural es una constante en Japan Tobacco International (JTI), que -por sexto año consecutivo- colabora activamente con TEA Tenerife Espacio de las Artes. JTI es una empresa tabaquera con una larga tradición en las Islas y que apuesta de manera decidida por la promoción de la cultura y el arte moderno en Canarias. Su apoyo a la cultura se basa en dos principios: preservar el legado cultural y hacerlo accesible a toda la sociedad. El compromiso de JTI con la cultura y el arte cuenta con un largo recorrido en todo el mundo y tiene tres ejes de actuación: la conservación del legado cultural, el apoyo al arte en sus diferentes manifestaciones y la promoción de la cultura japonesa. Por ello, no ha querido dejar pasar la oportunidad de contribuir en la muestra sobre este tinerfeño universal.

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