Sin embargo, las luces de las mesas de la biblioteca de este centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife permanecerán encendidas y serán los propios usuarios quienes decidan si apagarlas o no de manera voluntaria. Se trata de un gesto simbólico a través del cual se desea concienciar a la población sobre los efectos del cambio climático.
La hora del planeta conseguirá que cientos de millones de personas de pueblos y ciudades de los seis continentes apaguen la luz durante una hora, una iniciativa con la que se pretende alcanzar el compromiso de un cambio global en beneficio del medio ambiente.
La WWF (World Wide Fund for Nature-Fondo Mundial para la Naturaleza), recuerda que La hora del planeta empezó en una sola ciudad de un país el 31 de marzo de 2007, cuando 2,2 millones de personas de Sydney apagaron sus luces durante una hora para reclamar acciones contra el cambio climático. Diez años después, La hora del planeta se ha convertido en la mayor iniciativa mundial en defensa del medio ambiente y una llamada a movilizarse y a actuar de forma constructiva en defensa del planeta. Este año ya son más de 220 las ciudades que se han comprometido a apagar cientos de monumentos y edificios emblemáticos como símbolo de la lucha contra el cambio climático