El vino «Oro Blanco» de Tirajana que produce la Bodega Tunte de Gran Canaria ha conseguido la única Medalla de Oro para un caldo canario, en el Concurso Mundial de Bruselas, que reconoce y diferencia los productos de calidad y es un referente en competiciones internacionales, celebró el consejero de Soberanía Alimentaria del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo.
Este destacado galardón pone en evidencia el buen momento que atraviesa la viticultura en la Isla y demuestra que los caldos de Gran Canaria compiten ya al máximo nivel mundial gracias a la particularidad que le da el clima, sus variedades y la tierra volcánica.
Bodegas Tunte, creada en 1998, es una empresa familiar que tiene 3,5 hectáreas de viñedos de las variedades de uva malvasía volcánica, verdello y albillo en San Bartolomé de Tirajana a 900 metros de altitud. Tras un cambio generacional en 2015 y la incorporación del enólogo Alberto González ha emprendido un proceso de innovación que le ha permitido sumar en los últimos cuatro años 23 galardones regionales, nacionales e internacionales.
En el International Wine Challenge 2018, la mayor competición de vinos del mundo que tuvo lugar en mayo en Reino Unido, «Berode» y «Valara» de esta bodega obtuvieron Medallas de Bronce, mientras que Oro Blanco de Tirajana fue reconocido también con una mención especial.
La bodega ha obtenido destacadas medallas para sus tres vinos blancos más reconocido, entre ellas el Bacchus de Oro 2018 para el «Oro Blanco» de Tirajana, que también consiguió el máximo galardón en el Concurso Oficial Agrocanarias 2018 y en el Concurso Internacional de Lyon 2018, además del Baco de Bronce en el Internacional Wine Challenge 2016.
Por su parte, el vino «Berode» acumula el Bacchus de Plata 2018, el Baco de Oro 2016 y 2017, la Medalla de Plata en el International Wine Challenge 2016 y la Medalla de Oro en la Cata Insular de Vinos de Gran Canaria en 2017. El «Valara» obtuvo la Medalla de Plata en la reciente edición del Concurso Alhóndiga y la de Oro en la Cata de Gran Canaria en 2016.
El sector vitivinícola grancanario vive un momento de bonanza gracias a su esfuerzo de los últimos años y al aumento de la cosecha del año pasado en 160.000 kilos, debido a un invierno que permitió recoger más uvas y un verano largo y cálido, que propició la concentración de azúcares y sabores más intensos, como pudo comprobarse en el Descorche de Vinos de Gran Canaria semanas atrás.
Los vinos de la Isla han suscitado también la admiración de los sumilleres españoles que esta semana eligieron Gran Canaria para celebrar su Asamblea Anual y que tuvieron la oportunidad de apreciar sus particularidades y descubrir las 35 variedades que existen en el territorio insular.
El Cabildo junto al sector privado trabaja con el firme objetivo de recuperar la seña de identidad del vino isleño, que tras su apogeo en el Siglo XV, sufrió un periodo de declive que puso en riesgo su supervivencia, pero que ha podido ser revertido para producir en la actualidad un caldo de calidad, que compite entre los mejores del mundo.