Raffaella Carrà, famosa por temas como Fiesta, Hay que venir el sur y Caliente, caliente, ha fallecido la mañana de este lunes según afirman medios italianos.
En 2016 anunció su retirada de la televisión después de contar que había rechazado una oferta para un trabajo en la pequeña pantalla, decidida a dejar paso a los más jóvenes. “He tenido mucho en la vida. Ahora es el momento de dar paso a las nuevas generaciones”, dijo Carrà en una entrevista en el programa Domenica Live, de Mediaset.
Raffaella Maria Roberta Pelloni (Bolonia, 18 de junio de 1943 – 5 de julio de 2021), conocida por su nombre artístico Raffaella Carrà o La Carrà, fue una cantante, compositora, bailarina, coreógrafa, presentadora de televisión y actriz italiana. Ha presentado diversos programas, la mayor parte en la cadena italiana RAI y en TVE.
Icono gay mucho antes de que llegara Madonna -recibió el Premio World Pride en 2017-, se hizo muy popular en España e Iberoamérica en 1976, cuando grabó para Televisión Española cuatro programas titulados «La hora de Raffaella Carrà».
En Italia, en aquella época inició un largo idilio con la televisión pública, primero al frente del programa «Io, Agata e Tu» y a partir de 1983 con un espacio que marcó historia, «Pronto, Raffaella?».
Tras dos años de audiencias insuperables, cambió de formato a «Buonasera Raffaella» en el que realizaba entrevistas y conversaba con los espectadores telefónicamente.
En 1986, dirigió el programa de entretenimiento «Domenica in», toda una revolución de la pequeña pantalla, y en 1989 fichó por Canale 5, del grupo audiovisual de la familia Berlusconi, donde dirigió «Il principe Azzurro» sin demasiada acogida, por lo que tras una breve experiencia regresó de nuevo a la Rai, donde era la reina absoluta.
En España, Televisión Española la contrató de nuevo para conducir entre 1992 y 1993 el programa en directo «Hola Raffaella», con actuaciones, invitados, concursos; espacio que compaginó entre 1993 y 1994 con «A las 8 con Rafaella».
Y también participó como «coach» en el concurso «La voz», en su versión italiana, una experiencia que le encantó porque el protagonismo no recaía sobre ella sino sobre nuevos talentos.