El cineasta canario Félix Sabroso estrenará este otoño «El tiempo de los monstruos», primer filme en solitario del director, que rinde homenaje al cine y «habla de donde nacen las historias» en una comedia abstracta e imprevisible dedicada a la que fue su compañera de dirección, Dunia Ayaso.

«El tiempo de los monstruos», que se estrenará en salas comerciales «entre septiembre y octubre» según el director, cuenta la surrealista historia de un grupo de personajes que se juntan en una gran residencia para rodar una película, y acaban reflexionando sobre el sentido de la vida y del cine.

«Esta película pretende reflejar cómo los que escribimos ficción nos nutrimos de la realidad, y cómo la ficción también nos ayuda a construir el mundo real», dijo Sabroso a Efe en la presentación de la película, en el Instituto Cervantes de Nueva York.

El largometraje, dedicado a la directora y compañera de Félix Sabroso, Dunia Ayaso, que falleció en febrero de 2014, es una comedia libre e interpretable, llena de referencias cinematográficas de clásicos de Pedro Almodóvar o de Luis Buñuel, como «El ángel exterminador» (1962).

«Toda la película bebe mucho de mi experiencia teatral», afirmó el cineasta, por lo que durante la cinta «aparecen personajes enclaustrados en una realidad, que no se atreven a dar el paso siguiente para avanzar».

Entre el reparto de la cinta, que se rodó en apenas un mes y en una misma localización, se encuentran actores españoles de la talla de Javier Cámara, Carmen Machi, Candela Peña, Secun de la Rosa, Julián López, Jorge Monje, Pilar Castro o Yael Barnatán.

La película ya se pudo visualizar el pasado otoño en el Festival de Cine Europeo de Sevilla (Noviembre 2015) y forma parte del cartel del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, aunque su estreno en salas comerciales está programado para el próximo otoño.

Barnatán, que acudió esta semana al estreno en Nueva York junto al director, explicó que Félix «no nos explicó el guión y no sabíamos como iba a acabar la película», por lo que reconoció que todo el proceso había sido «muy intuitivo».

Sabroso señaló que con la película quería retratar el cine de hoy en día y «la decadencia de un sistema que, a la vez, está apuntalado y no acaba de desmoronarse», por lo que «nunca sabemos qué es lo siguiente, lo que viene después».

«Por ello, al espectador le pido que se deje llevar y que no se preocupe si no entiende toda la película cuando se termina», insistió el cineasta.

En este sentido, Félix Sabroso se mostró muy crítico con el momento «conservador» que vive la expresión artística, y abogó por recuperar las películas que «el día siguiente aún te rondan por la cabeza y se convierten en algo propio».

Según el cineasta canario, el espectador de hoy en día «está mermado por una especie de dictadura donde las películas tienen que bajar el listón para llegar a más gente, y el cine se centra más en entretener que en reflexionar».

Por eso, Sabroso reconoce que este film es una apuesta arriesgada, aunque se mostró «orgulloso y agradecido» del trabajo de todos los compañeros de rodaje «que han hecho posible esta película».