Filmoteca dedica el primer ciclo del año al destacado director ruso Andréi Tarkovski


·        Proyecta ‘La infancia de Iván’ mañana, martes 12, en Gran Canaria, y el jueves 14 Tenerife, ambas a las 19.00 horas

·        El ciclo incluye también ‘El espejo’, la película que ocupa un lugar central en su filmografía, además de ‘Andrei Rublev’, ‘Stalker’ y ‘Nostalgia’

Filmoteca Canaria dedicará su primer ciclo del presente año al cineasta ruso Andréi Tarkovski, uno de los más importantes e influyentes autores del cine soviético y uno de los más grandes de la historia del séptimo arte. Con esta iniciativa, la entidad dependiente del Gobierno, se suma a la corriente reivindicativa de su obra iniciada en los últimos años, que ha dado como resultado la reedición de sus escritos y la restauración de sus películas, así como una amplia y reciente exposición en Madrid

Bajo el título «Andréi Tarkovski. A través del espejo» en este ciclo se ofrecerá una selección de cuatro de sus películas más emblemáticas. Comenzará con su ópera prima, ‘La Infancia de Iván’, un film de 1962 que tiene un relato complejo y visualmente fascinante, caracterizado por una cierta artificiosidad en la narración. Se podrá ver mañana, martes 12, en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, y el jueves 14 en Multicines Tenerife. La proyección comenzará a las 19.00 horas en ambas sesiones, en lugar del horario habitual de estos ciclos, y es en versión original con subtítulos en castellano.

En las siguientes semanas se proyectará también la película ‘El espejo’ (1975), que ocupa un lugar central en su filmografía, además de ‘Andrei Rublev’ (1966), ‘Stalker’ (1979) y ‘Nostalgia’ (1983). Las entradas se pueden adquirir en taquilla al precio de 2 euros (1 euro para mayores de 65 años y desempleados).

Cuando Stendhal definió en el siglo XIX la literatura como «un espejo que se pasea a lo largo de un camino», expresando de esta forma la función testimonial y realista de esta manifestación artística, no sólo estaba definiendo la novela, sino también el cine, que todavía no se había inventado. Si hay un director de cine que hizo de esta imagen el emblema de su cine, ese fue Andréi Tarkovski (1932-1986)

Al repasar parte de la bibliografía en torno al cine de Tarkovski, en forma de críticas, ensayos, entrevistas, lo primero que se constata es que su obra ha sido discutida con más vehemencia que la de cualquier otro cineasta de su generación. Sólo él hubiese podido rodar «La infancia de Iván», «Andrei Rublev» y «El espejo», por citar tres de las películas más emblemáticas de una filmografía en la que todas las películas dialogan entre sí.

Lo más sorprendente de su obra, ligada a la tradición poética, es la capacidad de Tarkovski para sacar fuerza de las evidentes limitaciones técnicas, pues como señaló Eugenio Trías, en De cine: Aventuras y extravíos, el cine de Tarkovski «no tiene su forja creativa en la sala de montaje, […] la creación se realiza en la toma, y tiene en el plano su unidad mínima y material. […] Lo que implica repetir las tomas todas las veces que sea necesario, si es preciso ad infinitum, de manera que la imagen deje brotar la forma que le conviene, la que descubre su verdad».

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