Franco no estaba solo en el Valle de los Caídos, una cripta con 33.000 cadáveres


Franco no estaba solo en el Valle de los Caídos. Con él están enterrados en este gigantesco monumento funerario más de 33.000 cadáveres. Se calcula que unos 28.000 son franquistas y el resto republicanos. Pero no se sabe a ciencia cierta porque muchos restos se trasladaron de forma clandestina, sin comunicarlo a las familias, y a veces fueron extraídos de fosas comunes sin datos precisos.

La historiadora Queralt Solé calcula que entre 5.600 y 5.700 catalanes de ambos bandos están enterrados allí. Y entre ellos muchos combatientes que cayeron en la batalla del Ebro y en poblaciones como Brunete, Teruel o Gandesa.

El Valle de los Caídos se construyó durante 20 años por parte de 20.000 trabajadores, entre obreros y presos

Tras casi veinte años de una construcción que costó 1.159 millones de pesetas (casi 7 millones de euros) y en la que intervinieron unos 20.000 trabajadores, entre obreros y prisioneros políticos, el 1 de abril de 1959 se inauguró el conjunto del Valle de los Caídos (basílica, abadía y la cruz de 150 metros de altura sobre la montaña). De inmediato hubo un traslado masivo de cadáveres en camiones militares que los recogieron de distintas fosas. La mayoría de las veces los trasladaban en cajas de madera de pino preparadas para una quincena de cadáveres donde se mezclaban los huesos haciendo casi imposible la identificación individualizada. Muchos familiares se enteraron a posteriori de estas inhumaciones y en ocasiones hubo incluso una decidida oposición.

Los carlistas catalanes rechazaron el mausoleo del Valle de los Caídos y prefirieron su traslado a una cripta en Montserrat. Justo debajo de la plaza de los Apóstoles, se encuentra aún un discreto mausoleo con los cuerpos de 319 soldados del Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat, unidad formada por dos mil combatientes del bando franquista. Junto al monumento se levanta la estatua de un requeté moribundo con la inscripción: “ Recuerda su ejemplo y sacrificio. Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat. 1936-1939”. En 1961, poco después de su inauguración fue visitada por Francisco Franco. Hace un año, el PSC presentó una resolución en el Parlament para que se estudiase si esa cripta cumplía los requisitos de la ley de la Memoria Històrica. Entonces, el historiador y monje de Monserrat Hilari Raguer precisó que muchos de estos requetés eran jóvenes católicos catalanes contrarios a la guerra que por miedo a la represión combatieron del lado franquista, pero sus familias habían rechazado que los enterrasen en la cripta de Cuelgamuros.

El grueso de quienes están enterrados en el Valle fueron trasladados en 1959, pero en los años siguientes hubo un degoteo constante. En 1981, el año del golpe de Estado de Tejero (un hijo suyo sacerdote interviene en la ceremonia de hoy), se trasladaron 304 cadáveres, una cifra inusitadamente alta. Y según la historiadora Queralt Solé, el último traslado fue el de un exalcalde de Vilafranca del Penedès, Juan Álvarez de Sisternes, fusilado en 1936 por el bando republicano. Este alcalde dio nombre hasta 1980 a lo que ahora es la plaza de la Constitució.

Para ser enterrado en el Valle de los Caídos había dos requisitos: ser español y católico. Por esa razón, no se enterró allí a ningún brigadista internacional ni tampoco ningún miembro de la Guardia mora de Franco, pese a que unos 23.000 marroquíes perecieron en la Guerra Civil.

Otro ilustre enterrado en el Valle de los Caídos es José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Fue fusilado en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936 y enterrado en una fosa común. Al concluir la guerra, Franco ordenó al traslado del cadáver de Alicante al Escorial. El féretro fue trasladado a pie por falangistas que se iban turnando. De noche lo acompañaban con antorchas, de día muchos vecinos salían a saludarlo brazo en alto. Y en el año 1959 Franco decidió llevarlo al Valle de los Caídos. El ministro de Información limitó la presencia de periodistas al diario Arriba . Hubo tensión por la presencia de falangistas y en medio de la ceremonia y en una atmósfera de oscuridad alguien gritó: “ Franco, eres un traidor”.

*Publicado por JOSEP PLAYÀ MASET en La Vanguardia

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