Guillermo García-Alcalde, icono de un periodismo ilustrado, valioso legado para no olvidar


Canarias pierde uno de los pilares de la comunicación tras su muerte a los 82 años

Amado Moreno //

Con el adiós de Guillermo García-Alcalde nos desaparece uno de los pilares básicos del periodismo ilustrado en Canarias durante muchas décadas. Quizás, la figura del oficio más influyente en las Islas desde los años 70 hasta los inicios del siglo XXI. Otro periodista destacado, Juan Cruz, lo ha descrito como “estadista del periodismo”. Comparto la certeza de su definición. No puede ser más justa, ni más precisa.

La privilegiada relación personal y profesional con él durante cuarenta años como compañero y amigo en Editorial Prensa Canaria me permite concluir que, sin demérito de otros colegas inteligentes y creativos, la visión y profunda capacidad de análisis informativos de la actualidad para transmitirla a los lectores por parte de Guillermo, era única, excepcional, enfocado siempre a los cambios exigibles de  un nuevo y mejor futuro. Y así se comportó ya desde los estertores de la dictadura y el final de esta.

Su valiente apuesta entonces como líder del periódico LA PROVINCIA, con otros dueños anteriores, le pasaría una factura y “exilio” temporal interno, por la presión de elementos políticos conservadores que le culparon del batacazo de su partido en las urnas en el año 1977. En realidad Guillermo no había hecho otra cosa que adelantarse a los vientos de libertad que empezaban a soplar con fuerza, impulsando desde la dirección del rotativo un predicamento crítico e independiente frente a los anclados en el inmovilismo del pasado. Su andadura profesional discurrió sin vacilación en años sucesivos por el mismo sendero de miras hacia adelante para avanzar y nunca retroceder. Tampoco le intimidaron las innovaciones tecnológicas cuando tuvo que arrinconar la vieja y romántica máquina de escribir.

Constituyó un ejemplo permanente de vocación y amor por el oficio, dominando particularmente los resortes de la información política y la cultural. Su debilidad era manifiesta por esta segunda. Sus ideas y propuestas no fueron ajenas al exitoso nacimiento y consolidación después del Festival Internacional de Música, independientemente de las controversias en los últimos años.

Los periodistas Francisco de la Iglesia, Amado Moreno, Amado José El-Mir, Guillermo García-Alcalde y Diego Talavera en el Museo Antonio Padrón de Gáldar. Julio de 2015/LP-DLP

Los periodistas Francisco de la Iglesia, Amado Moreno, Amado José El-Mir, Guillermo García-Alcalde y Diego Talavera en el Museo Antonio Padrón de Gáldar. Julio de 2015/LP-DLP

En el capítulo puramente personal, imposible desligar del periodismo, confieso hoy un nivel alto de orfandad con su desaparición, no por previsible menos dolorosa. Conservo en la memoria las demostraciones de amistad, confianza, afecto y respeto mutuo durante tantos años, abarcando a nuestras familias respectivas, sentimiento reforzado por mi lazo conyugal asturiano, común con el suyo de origen.

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