‘Hay un bebé mirándome’, una exposición sobre el imaginario colectivo


  • Del 1 de julio al 28 de agosto podrá disfrutarse de la propuesta, creada por cinco jóvenes artistas nacidos entre 1990 y 2001

La Sala de Arte Contemporáneo (SAC) acoge la exposición ‘Hay un bebé mirándome’, una propuesta colectiva comisariada por Beatriz Lecuona, en la que participan los jóvenes artistas Eduardo Hodgson, Francisca Rubio Wenk, Javier Caldas y el colectivo Magus. Se trata de un proyecto cuyo nexo común plantea cómo se construye el imaginario colectivo y la toma de conciencia de cada uno de los individuos que integran la sociedad, en un complejo entramado que recuerda al funcionamiento de una matrioska rusa. Para ello, los creadores transitan diversas temáticas como la relación humana con la divinidad, el cuerpo, los roles de género o la memoria. La muestra puede visitarse desde este viernes 1 de julio, hasta el próximo 28 de agosto en este espacio expositivo del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife.

“Los niños, cuando nacen y son pequeños, están liberados de prejuicios y su entendimiento del mundo es totalmente intuido. A través del aprendizaje que reciben de los adultos, estas enseñanzas se adhieren a nuestra forma de entender la realidad”, apunta la comisaria, en relación al título de la muestra. Los artistas participantes comparten generación y son graduados en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, “lo que establece una experiencia común determina una forma colectiva de ver y entender el mundo”, explica la curadora.

La artista Francisca Rubio Wenk se inspira en los roles de género para la producción de una instalación que conjuga el bordado tradicional y la proyección audiovisual, y en la que invita a desarrollar una mirada crítica en torno a la performatividad de las identidades, través de patrones aprendidos desde la infancia.

El colectivo Magus interviene en la SAC a partir de propuestas instalativas y escultóricas, con las que teorizan sobre el acceso al conocimiento más allá de lo racional, mediante estados del ‘yo’ alterados por el contacto con las drogas, lo divino o mediante la conciencia ancestral.

El artista Javier Caldas participa en la muestra con instalaciones que transitan la relación entre velocidad, tiempo, muerte y memoria. Para ello, establece una investigación de archivo, en la que rescata imágenes o piezas de desguace automovilístico que aluden a la fugacidad humana.

Eduardo Hodgson utiliza la metáfora de la circulación para hablar del cuerpo y su relación con el medio. Bien sea a través de cuadros en gran formato o de instalaciones in situ utilizando los conductos del aire acondicionado de la sala de exposiciones.

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