La Casa-Museo Antonio Padrón rememora su amistad con Pedro Lezcano


  • El proceso de realización de esta iniciativa de artes plásticas, denominada ‘Centenaria amistad’, puede seguirse durante febrero en el Facebook del centro museístico y de Aislados Conectados Grupo
  • Participan 12 creadores de las artes plásticas, coordinados por el diseñador gráfico Óscar Valido, y el trabajo final será expuesto en marzo

La Casa-Museo Antonio Padrón-Centro de Arte Indigenista de Gáldar impulsa el proyecto ‘Centenaria amistad’, una iniciativa de creación colectiva de artes plásticas para destacar la relación de amistad entre Antonio Padrón y Pedro Lezcano y celebrar así, de forma conjunta y durante tres meses, el centenario del nacimiento del pintor, el 22 de febrero, y del escritor, el 17 de septiembre, que tuvo lugar el pasado año.

En este proyecto, denominado ‘stage de estrategias visuales’, participan 12 artistas de las artes plásticas canarias coordinados y dirigidos por el diseñador gráfico Óscar Valido, que indagarán plásticamente en la relación entre los dos referentes de las artes en Canarias para establecer un diálogo entre ellos.

Esta iniciativa promovida por el mencionado centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario se divide en dos fases. La primera de ellas consiste en un estudio iconográfico y literario de la obra de ambos artistas, que mantuvieron durante muchos años una relación sincera de afectos y de admiración recíproca. Ya en una segunda parte, se pasará a una realización práctica que tiene como objetivo la confección de una obra utilizando estrategias de metáfora visual.

La segunda fase del proyecto contempla también la exposición de los trabajos en el espacio El Voladizo, ubicado en el centro museístico dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario, del 5 al 28 de marzo. El proyecto cuenta con el asesoramiento del escritor Felipe Landín y del director de la Casa-Museo, César Ubierna.

Además, de forma paralela a esta actividad, se desarrollarán una serie de eventos culturales, como recitales, conferencias y debates, que girarán sobre dos amigos que compartieron el amor por el campo y sus gentes, y el compromiso con la tierra y el arte.

El proceso de realización de este proyecto se puede seguir durante el mes de febrero en el perfil de Facebook del centro museístico y en el de Aislados Conectados Grupo, donde el coordinador de la iniciativa expondrá los avances y los pasos que seguirán los artistas durante la confección del boceto hasta llegar a la obra final.

En este ‘stage’ participan los artistas Augusto Vives, Esther Vega, Heriberto Cruz, José Luzardo, Luisa Urréjola, Paco Arana, Paco López, Paco Sánchez Sánchez, Pedro Déniz, Pedro Lezcano Jaén, Pepa Sosa y Raúl Mendoza, además del coordinador, Óscar Valido.

Dos amigos que compartieron sueños

Esta iniciativa celebra así la amistad entre los dos grandes creadores canarios, que compartieron instituto, aula y pupitres. Como explica el profesor de literatura, crítico literario y editor Felipe Landín, todas las personas que se cruzaron en la vida de Antonio Padrón, artista inclasificable por auténtico y único, destacan su bonhomía y su generosidad. Otro tanto sucede con Pedro Lezcano, conversador nato y un natural hacedor de historias, del que resaltan su honestidad y sencillez, así como su sentido de la solidaridad. Dos personas buenas e inteligentes respetadas y queridas.

Los dos se fueron a Madrid, ciudad que los marcó y los saturó de alguna manera, pues los dos después de finalizar los estudios y licenciarse –uno en Bellas Artes, el otro en la vida y en la escritura- regresaron a Gran Canaria donde se establecieron definitivamente. Los dos compartían intereses artísticos y literarios, y los dos poseían un carácter que los hacía coincidir en la ausencia de vanidad, pues no hay en ellos arrogancia o presunción, detalla Landín.

Aunque también las diferencias son evidentes. El temperamento extrovertido de Lezcano contrasta con el carácter introvertido de Padrón. “Antonio fue un artista introvertido“, confirmaba el poeta que añadía: “Vale la pena vivir introvertido cuando dentro se lleva el mundo entero”. Los dos amigos valoraban los oficios y las manos, que son el instrumento de la creación humana o “la herramienta del alma”, como cantara Miguel Hernández. La obra de los dos así lo refleja, concluye el escritor y asesor de este proyecto.

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