Madrid (EFE).- El británico Tom Hooper busca con sus películas descubrir «historias que la gente no conoce pero que debería» y eso es lo que encontró en «La chica danesa», en la que Eddie Redmayne interpreta al pintor danés Einar Wegener, el primero en someterse a una operación de cambio de sexo.
Una situación que tanto el director como los protagonistas, Redmayne y la sueca Alicia Vikander, esperan que sirva para dar visibilidad a la comunidad transgénero, que sigue sufriendo graves problemas en el siglo XXI como a comienzos del XX en el que se desarrolla la película.
«Aún queda un enorme trabajo por hacer, un largo camino por recorrer en la aceptación de los transgénero. Se siguen produciendo por la forma en que se les trata en algunas partes del mundo, reciben palizas y sufren todo tipo de humillaciones», lamentó Redmayne en un encuentro con un reducido grupo de periodistas tras la presentación del filme en el último Festival de Venecia.
Redmayne interpreta a Einer, más tarde llamado Lili Elbe, un reconocido pintor danés que en la década de los años veinte del siglo XX empieza a presentarse como mujer y decide someterse a una arriesgada operación para cambiarse el sexo, todo ello mientras estaba casado con la también pintora Gerda Gottlieb, a la que interpreta Vikander.
Con un estilo clásico y esteticista, Hooper narra con delicadeza la transformación de Einer en Lili o, como al director le gusta señalar, la «revelación de la mujer» que el pintor tenía dentro en una película que llega este viernes a las salas españolas.
«Espero que esta película aliente a continuar» la lucha de la comunidad transgénero por sus derechos, señaló Redmayne, una idea compartida por Hooper, que asegura que para Einer fue un proceso «terrible» en un momento en el que la homosexualidad y aún más la transexualidad, no recibían ninguna comprensión.
El pintor tuvo la suerte de encontrarse con Gerda, una «feminista temprana, preparada para aceptar la transformación porque es lo que quiere ser su marido», precisó el realizador.
«Cuando ves el filme, te das cuenta de la personalidad de Gerda, una mujer extremadamente fuerte, una mujer muy adelantada a su tiempo, artista y trabajadora», dijo por su parte Vikander, que también se refirió a lo mucho que queda por hacer «para normalizar la situación de género».
Tanto Vikander como Redmayne han sido nominados a los premios más importantes del cine por sus interpretaciones -incluidos los Globos de Oro, aunque no se hicieron con los galardones-, a la espera de las candidaturas a los Óscar que se dan a conocer mañana.
Redmayne ya se llevó la estatuilla el pasado año por interpretar al científico Stephen Hawking en «La teoría del todo», mientras que Vikander aún no se ha estrenado en los premios de la Academia de Hollywood.
Premios a los que ambos restan importancia y la actriz sueca asegura que el objetivo no es conseguir galardones, aunque reconoce la alegría en el set de rodaje de «La chica danesa» cuando su compañero regresó de recoger su Óscar.
Para Redmayne, su aspiración «es siempre la perfección» y no los premios, por lo que asegura sentirse frustrado cuando acaba el día de rodaje y se da cuenta de que podía haber hecho las cosas mejor.
Pero al mismo tiempo asegura que en el caso de esta película, lo más importante para él fue reunirse con mujeres de las comunidades transexuales y darse cuenta de lo que Lili tuvo que pasar en aquella época porque aún hoy en día es muy difícil para ellas.
«Me quedé absolutamente alucinado cuando conocí la historia de Lili, una historia icónica y me sentí con la obligación de contarla para restaurar su memoria», agregó Hooper.
Y lo hace con una película cuidada hasta el más mínimo detalle y para la que viajó a Velje, el lugar donde Wegener nació y en el que se inspiraba para sus cuadros, para preparar el filme.
«Adoro Copenhague, la paleta de color fue muy inspiradora para este filme, el azul grisáceo, los amarillos que inspiraron la pintura de Einar y que luego caracterizaron el estilo de Lili y también fui a Velje, pero el paisaje ha cambiado mucho respecto al que aparecía en sus cuadros», explicó.
Así que utilizó la imaginación proporcionada por los cuadros para dar con el tono pictórico de una película en la que el vestuario también cobra una importancia especial.
Diseñado por el español Paco Delgado, que ya trabajó con Hooper en «Los miserables» -trabajo por el que fue nominado al Óscar-, los trajes eran tan importantes como la historia en sí misma.
«Ambos personajes estaban obsesionados por la moda» pero además a través de la moda es como «Lili encuentra el canal para expresarse y puede conseguir no solo imitar, si no transformarse en la mujer que siente que es, revelar el hecho de que es una mujer».