La multipremiada ‘Un día más con vida’, clausura el ciclo de animación polaca de Filmoteca


La sesión será mañana, martes 9, en el Teatro Guiniguada, en Las Palmas de Gran Canaria, con entrada libre.

En Tenerife, la proyección se traslada al lunes 15 de julio en la Granja Espacio de Creación

La multipremiada película ‘Another day of life’ (Un día más con vida), que trata sobre uno de los viajes más peligrosos que realizó el intrépido periodista Ryszard Kapuscinski por Angola en 1975, clausura el ciclo de cine de animación polaca de Filmoteca Canaria. Realizado por Damien Nenow y Raúl de la Fuente en 2018 con imagen real, el largometraje fue galardonado en los Goya, en el Festival de San Sebastián y en el de Cine Europeo, además de obtener el Premio Platino del Cine Iberoamericano.

El film se podrá ver mañana, martes 9 de julio, a las 19.00 horas, en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, con entrada libre. La proyección en Tenerife se traslada al lunes 15 en la Granja Espacio de Creación, al ser seleccionado este escenario para uno de los espectáculos previstos en el mercado cultural MAPAS. Este ciclo ofrecido por la entidad dependiente del Gobierno de Canarias cuenta con la colaboración del Festival Animayo y el Instituto Polaco de Cultura de Madrid.

Kapuściński es un reportero polaco, idealista y amigo de las causas perdidas. En 1975 viaja a Angola, el último campo de batalla de la guerra fría, un lugar donde el saludo equivocado puede costarte la vida. El país africano y las personas que conoce en su inolvidable aventura, como la carismática guerrillera Carlota, lo cambiarán para siempre. El viaje suicida al corazón de las tinieblas transformó al periodista en escritor.

‘Un día más con vida’ es la historia conmovedora del viaje de tres meses que el prestigioso reportero Kapuściński realizó a través de una Angola devastada por la guerra, en la que los frentes cambiaban como un caleidoscopio, de un día para otro. Este largometraje de animación con imagen real está basado en el libro homónimo del escritor polaco.

Del mismo modo que los lectores del original literario, el público iniciará su viaje con Kapuściński en Luanda, la capital de Angola, en 1975. El país está inmerso en la descolonización, desatada tras el triunfo de la Revolución de los Claveles. Los ciudadanos portugueses abandonan a toda prisa los distritos más glamurosos de Luanda.

Aterrorizados por la posibilidad de un ataque a gran escala sobre la capital, empaquetan a toda prisa sus pertenencias en cajas de madera. Las tiendas cierran, el orden público desaparece gradualmente de las calles, los montones de bolsas de basura van invadiendo gradualmente la capital angoleña. Kapuściński sigue enviando cables a diario a la Agencia Polaca de Prensa desde la ciudad que se vacía.

En los últimos meses antes de la declaración de independencia, diferentes facciones del movimiento de liberación angoleño estaban enzarzadas en una lucha prolongada que decidiría quien iba a apoderarse de la república que estaba al caer. Kapuściński decide viajar a las líneas del frente de la guerra. Arriesgar la vida para ser el primer periodista del mundo en enviar reportajes a diario sobre los avatares del conflicto. Kapuściński trabaja bajo una presión inmensa en ese frente de guerra, con el terror y la soledad como materia prima de su rutina diaria. Viajar por la zona en conflicto es como una partida de la ruleta rusa: el saludo equivocado en un puesto de control puede costarte la vida.

Para Kapuściński, la guerra civil de Angola pronto deja de ser una guerra más que cubrir. El conflicto tiene un rostro humano: el de Carlota, la orgullosa luchadora, y del comandante Farrusco, dos de las personas a las que conoce durante sus viajes a las líneas del frente.

El escritor tiene que lidiar con un conflicto interno, porque Kapuściński se ve incapaz de limitarse a ser un observador pasivo y objetivo de los sucesos que tienen lugar a su alrededor. Siente compasión, afinidad, y un gran respeto por las personas cuyas historias quiere contar al mundo. Esto lo lleva a cuestionar el papel del corresponsal de guerra, a cuestionar los límites de la imparcialidad periodística y de la implicación en el conflicto. Para contar la verdadera historia de Angola sufre un gran cambio como ser humano y vuelve a nacer… como escritor.

Con secuencias de imagen real, lo que ofrece al público una oportunidad de conocer a los personajes más de 40 años después de los sucesos de la película. Un planteamiento que permite una profundización adicional y da credibilidad al mundo descrito en la animación.

Premios:

2018: Premios del Cine Europeo: Mejor film de animación

2018: Premios Goya: Mejor película de animación

2018: Festival de San Sebastián: Premio del público

2019: Premios Platino: Mejor película de animación

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