Considerada una de las principales orquestas del mundo, la formación germana estará en martes 15 en el Auditorio de Gran Canaria, y el miércoles 16 en el de Tenerife
El 35 Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) programa para el martes, 15 de enero, en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas, y un día después, miércoles 16 en el Auditorio Adán Martín de Tenerife, el concierto de la Filarmónica de Cámara Alemana de Bremen, una de las principales orquestas del mundo. Actuará bajo la batuta de David Afkham, director de la Orquesta y Coro Nacional de España, y con la actuación como solista de la clarinetista Sabine Meyer, que figura entre las más reconocidas intérpretes de este instrumento de viento.
David Afkham señaló hoy en rueda de prensa que la Orquesta de Bremen tiene un sonido «muy flexible. Se adaptan muy rápido a lo que se les pide. Y si hay un problema en la búsqueda de un tipo de sonoridad, se trabaja entre todos para buscar la mejor opción». El gerente de la Orquesta, Hans Otto, destacó el carácter privado de la agrupación. «Los dueños de la orquesta son los propios músicos. Vivimos de los contratos que tenemos. Sólo nos subvencionan en un 20% del presupuesto de la orquesta. El 80% es lo que recaudamos a través de los conciertos que ofrecemos y ello nos hace ser tremendamente exigentes».
El director del Festival de Música, Jorge Perdigón, explicó en la rueda de prensa que hacía tiempo que quería contratar a esta orquesta, «porque es una de las mejores del mundo. Hay otras más conocidas pero esta es una orquesta con un sonido fabuloso».
El programa se inicia con la «Obertura Coriolano», de Ludwig van Beethoven, una obra creada en 1807, pero que no está basada en la homónima de Shakespeare, sino escrita por Heinrich Joseph von Collin; y continuará con el Concierto para Clarinete de Mozart, con la presencia en el escenario de la histórica Sabine Meyer, que lo interpretará con un clarinete di bassetto. Finalizará con otra pieza de este autor: la ‘Sinfonía Júpiter, en Do mayor’. Meyer destacó que el concierto de Mozart que va a interpretar «es de los más bonitos que se han escrito para clarinete», aunque destacó que el concierto fue escrito para un clarinete di basseto, un instrumento más grande que el clarinete y que puede bajar hacia el grave cuatro tonos y medio más
La Filarmónica de Cámara Alemana de Bremen es, según reconoce la crítica internacional especializada, la mejor orquesta de cámara del momento. Sus giras son tan exitosas hoy en día como lo pueden ser las de la Filarmónica de Berlín u otras orquestas de gran renombre internacional. Se desplazan a Canarias para actuar a las órdenes de David Afkahn, titular de la Nacional de España, que es invitado por primera vez al festival.
Cabe recordar que una hora antes del comienzo, a las 19.00 horas, habrá una charla introductoria a cargo del músico y divulgador Ricardo Ducatenzeiler con la finalidad de familiarizar al espectador con las obras y los intérpretes que escucharán a continuación.
Programa
El concierto comienza con el drama del general romano Coriolano, exiliado, que se une al pueblo de los volscos para invadir Roma, luchando así contra su propia gente. Los romanos, desesperados, envían una delegación diplomática, encabezada por su madre y esposa, que consigue reconducir su postura, pero que lo conducirá al posterior suicidio.
El conflicto entre orgullo y amor laten en esta tragedia, y se percibe así en el contraste de los dos temas principales de la obertura, que transita desde lo impetuoso a lo lírico. El espíritu impetuoso queda expuesto de inmediato, cuando las cuerdas tocan una única nota seguida por un breve acorde y un silencio dramático, recurso que Beethoven utiliza para crear tensión, para cambiar de ambiente o simplemente para esperar que el público se olvide de la tonalidad anterior y así modular hacia la siguiente. Mientras, las trompetas y timbales reiteran de forma casi obstinada sus notas del acorde anterior. El final suave de la obertura representa la muerte del héroe.
Un clarinete muy singular
El clarinete representó una de las más bellas conquistas de la orquesta en el siglo XVIII, un genio como el de Mozart adoraba su sonoridad y así lo trasladó en diferentes obras, una de ellas este «Concierto para clarinete», canto a la fraternidad universal y pieza cumbre para todo solista, que se ofrecerá a continuación. Aquí podremos disfrutar del talento de la alemana Sabine Meyer, que regresa al Festival, esta vez para interpretar esta versión diferente adaptada al clarinete di bassetto.
El movimiento más popular en nuestros días es el adagio del segundo movimiento, por el hecho de que el director de cine Sidney Pollack decidió incluirlo en su film «Memorias de África», con el que conquistó el Óscar a la mejor película y a la mejor banda sonora, obra de John Barry. De ahí que esta pieza la identifique cualquier aficionado medio, lo que da idea de la notable influencia que determinadas películas de cine pueden llegar a representar en el imaginario sonoro colectivo.
Esta pieza fue la última obra concertante que compuso Mozart, en el otoño de 1791, pocas semanas antes de su fallecimiento, una obra por tanto de madurez, pero no tanto desde el concepto musical, sino sobre todo por la mirada que el genio deposita sobre el clarinete, del que explotó sus posibilidades sonoras como nunca antes se había hecho.
Por último, la «Sinfonía Júpiter, en Do mayor», la última de Mozart, llamada así porque Júpiter es el padre de los dioses, es la luz (do mayor), el trueno y el águila. También es conocida «Sinfonía con fuga final», debido a la excelencia de su conclusión. Su estructura en cuatro movimientos es puramente haydiana, con los movimientos extremos rápidos, el segundo lento y el tercero un minueto, y aunque dentro del más puro clasicismo, musicalmente ya avanza la llegada de Beethoven.
La obra exhibe una sobreabundancia de temas melódicos que puede considerarse como algo exuberante, pero que responde a su condición de masón y a la importancia del número 3: son tres en el allegro inicial, tres en el cantabile y otros tres en el molto allegro final.
Joseph Haydn decía del genio austriaco: «Si yo pudiera grabar en el alma de todos los aficionados a la música, especialmente de los poderosos, los inalcanzables logros de Mozart, tan a fondo y con esa comprensión musical y ese gran sentimiento que yo mismo experimento, entonces las naciones competirían por poseer semejante tesoro».