El programa contará con la actuación del Coro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, que dirige Luis García Santana.
El concierto, décimo de abono de la temporada 2017-2018, tendrá lugar viernes 9 de febrero en el Auditorio Alfredo Kraus a las 20.00 h., nuevo horario de la programación de abono de la Orquesta del Cabildo de Gran Canaria.
Sebastian Lang-Lessing, que tuvo oportunidad en su juventud de conocer a Leonard Beernstein, guarda grandes recuerdos del maestro norteamericano: “fue una gran fuente de inspiración para mí, es una de las mentes más brillantes que he conocido nunca”. Asimismo, como titular de la Orquesta Sinfónica de San Antonio, los programas de Lang-Lessing tienen siempre presente la música de Bernstein, de la que ama “su profunda honestidad, su sinceridad, pero también su desbordante alegría”. Lang-Lessing ha querido construir “un puente entre el Atlántico con este programa también en referencia a San Antonio, fundada hace 300 años por canarios.”
En esta nueva visita a la OFGC, Lang-Lessing nos propone un repaso a la música para la escena y el cine de Bernstein, donde se condensa lo mejor del arte del genial artista norteamericano, siempre con la ciudad de Nueva York como telón de fondo. Las Tres danzas del musical On the Town retratan las andanzas de tres marineros en una intensa jornada en Nueva York que sería popularizada a través del cine en la película de igual título de Stanley Donen, mientras que la Suite de On the Waterfront (La ley del silencio), única música compuesta expresamente para el cine por Bernstein, elabora su material siguiendo en la medida de lo posible la secuencia dramática de la película dirigida en 1954 por Elia Kazan y ganadora de ocho Oscar.
Sebastian Lang-Lessing propone asimismo una visita a dos grandes trabajos para orquesta de Claude Debussy (1862-1918), un autor que “representa junto a Bernstein una modernidad que siempre ha sido accesible al público”. Si en los Nocturnos (1899), tríptico sinfónico-coral inspirado en pinturas de Whistler, el músico francés dibuja cada cuadro (Nubes, Fiestas y Sirenas) atendiendo, según sus propias palabras, a “las diversas impresiones y a los efectos especiales de luz”, en Iberia (1905-1908), segunda de las Imágenes para orquesta, nos brinda sus impresiones de España en tres secciones tituladas Por las calles y los caminos, Los perfumes de la noche y La mañana de un día de fiesta, a través de los cuales vemos superponerse un sinfín de ritmos y evocaciones instrumentales.