La policía detiene al rapero condenado Pablo Hasél, que ingresa en prisión


Un asedio de 24 horas entre la policía y el rapero Pablo Hasél, atrincherado con una barricada y acompañado por decenas de sus simpatizantes en la Universidad de Lleida, terminó este martes cuando los policías antidisturbios le arrestaron y lo enviaron a prisión, donde cumplirá una sentencia de nueve meses por insultar a la monarquía y hacer apología del terrorismo.

Pablo Hasél fue escoltado por la policía fuera del edificio del rectorado de la Universidad de Lleida, donde él y unos 50 simpatizantes se habían encerrado desde el mediodía del lunes.

Fue el último esfuerzo del rapero por resistirse a la prisión y llamó la atención sobre lo que él califica como una campaña por la libertad de expresión.

«Venceremos no nos van a doblegar con toda la represión, jamás», dijo el rapero de 32 años al pasar frente a cámaras de televisión.

El caso de Hasél, cuyo nombre real es Pablo Rivadulla Duró, ha cobrado notoriedad en España, donde numerosos ciudadanos, artistas y políticos han expresado su apoyo y exigen un cambio en la llamada «Ley Mordaza».

El gobierno español anunció la semana pasada que cambiaría el código penal para eliminar las condenas de prisión por ofensas que involucran libertad de expresión. No mencionó específicamente a Hasél ni fijó una fecha para los cambios.

Con una obra artística que incluye canciones con fuertes críticas al sistema, la fama del rapero se ha ampliado con cada roce con las autoridades españolas.

Tras enfrentar cargos en al menos cuatro ocasiones por agresión y apología de grupos extremistas, entrar en edificios privados o insultar a la monarquía, recibió en 2014 una sentencia dos años en prisión, que fue suspendida.

En el nuevo caso, cuyo juicio se celebró en 2018, los jueces dictaron una sentencia de nueve meses tras las rejas por una canción sobre el rey emérito Juan Carlos I y 64 tuits publicados entre 2014 y 2016.

Los tuits estaban en el límite entre una opinión y llamadas para una insurrección, con varias menciones a ETA y Grapo, grupos terroristas extintos. En la canción Hasél rapeaba sobre la corrupción ligada al antiguo monarca, pero también decía que era un marido golpeador, bebedor y mafioso además de un cliente frecuente de prostitución.

El Tribunal Supremo de España rechazó el lunes la apelación para evitar la cárcel. Los jueces señalaron que la sentencia se decidió tras otra condena suspendida y los delincuentes reincidentes deben cumplir sus penas.

Evitar que Hasél sea encarcelado, dijo el Supremo, sería «discriminatorio» para otros convictos.

«No voy a permitir que me dicten lo que tengo que pensar, lo que tengo que sentir y lo que tengo que decir», dijo Hasél el lunes por la noche. «Así que esto me da aún más motivos y aún más ganas para continuar haciendo las mismas canciones».

Antes de ser detenido por la policía gritó a sus simpatizantes: «¡Muerte al estado fascista!».

Unos 200 artistas, incluyendo al cineasta Pedro Almodóvar y el actor Javier Bardem, firmaron una petición la semana pasada en apoyo al rapero. Amnistía Internacional señaló que el caso de Hasél es el más reciente en una serie de juicios contra artistas y personalidades de las redes sociales bajo la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015.

La iniciativa del gobierno español para cambiar el código penal ha sido rechazada por la oposición conservadora y la de extrema derecha.

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