La ucraniana Jamala gana la 61 edición del Festival de Eurovisión


La cantante ucraniana Jamala ha ganado con su canción «1944» la 61 edición del Festival de Eurovisión, celebrado en la noche del pasado sábado en el Globe Arena de Estocolmo. Por su parte, la representante de TVE, Barei, ha teminado en 22ª  posición con la canción «Say yay!».

Se trata del segundo triunfo de Ucrania en el Festival de Eurovisión. La primera vez venció en 2004 con la cantante Ruslana y la canción «Wild dances». En esta ocasión la representante ucraniana, Jamala, ha ganado con una canción que jamás se etiquetaría como «eurovisiva»: melodía no apta para tararear, estribillo con versos en tártaro de Crimea y una puesta en escena con una realización teatral y sin mapping (técnica de proyección de imágenes utilizada por el ganador de Eurovisión 2015, Mans Zermelöw, y que hemos visto en numerosas actuaciones esta noche).

Una balada dramática con tintes étnicos que sirviera como homenaje a su bisabuela. «1944», el tema que ha ganado el festival de Eurovisión, es algo más que una canción. Su creadora e intérprete, Jamala, la compuso como recuerdo a los casi doscientos mil tártaros de Crimea que fueron deportados aquel año por el régimen estalinista. Muchos de ellos, más de cuarenta mil, murieron por las duras condiciones a las que fueron sometidas tras su exilio forzado.

«Yo quería hacer una canción sobre mi bisabuela Nazalkhan y los miles de tártaros de Crimea que nunca han podido regresar a su casa», comentaba la representante ucraniana horas antes de su actuación en la final. Del 18 al 20 mayo de 1944, casi todos los tártaros de Crimea, un pueblo musulmán de origen turco acusado por Stalin de colaborar con los nazis, fueron hacinados en vagones de carga y deportados. La mayoría acabaron en Asia Central.

Entre los deportados se encontraba la bisabuela de Jamala y sus cinco hijos. Su marido, mientras, luchaba contra los nazis en las filas del ejército soviético. «Mi familia estuvo encerrada en un vagón de carga, como animales. Sin agua y sin comida», relata la artista. «El cuerpo de mi abuela fue arrojado desde un camión como si fuera basura».

«1944» es fruto del dolor que la artista siente al recordar este oscuro capítulo. «Cuando los extraños llegan, van a vuestras casas, os matan y dicen: ‘Nosotros no somos culpables’», canta la artista al principio de una composición que incluye también un breve fragmento en el idioma de este grupo étnico. «Necesitaba hacer una canción que liberara mi horror al contar esta historia y rendir homenaje a los miles de tártaros de Crimea que tristemente la protagonizaron».

La nueva ganadora de Eurovisión nació en la república centroasiática de Kirguizistán, donde sus familiares fueron reubicados. Tras la independencia de Ucrania de la URSS en 1991, regresó junto con su familia a la península de Crimea, que hace dos años fue anexionada por Rusia tras un polémico referéndum no reconocido por la comunidad internacional Los tártaros se han opuesto recientemente a esta anexión y han denunciado la conculcación de sus derechos desde que el territorio ya no forma parte de Ucrania.

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