· El singular espectáculo que clausura el 35 Festival de Música de Canarias está inspirado en cantos y bailes de los esclavos entre 1444 y 1888
· Los conciertos serán esta noche en La Palma, el sábado 9 en Tenerife y domingo 10 en Gran Canaria
El Festival Internacional de Música de Canarias cierra este fin de semana su 35ª edición con una propuesta muy singular: ‘Las Rutas de la Esclavitud 1444-1888’, una obra original de Jordi Savall y su proyecto orquestalHespèrion XXI que se ofrecerá en La Palma, Tenerife y Gran Canaria. Se trata de un recorrido musical a través de cuatro siglos, inspirado en los cantos y bailes de los esclavos que salieron de África hacia América y las colonias europeas, que era la única forma en que podían expresar sus sentimientos durante esta abominable etapa de la historia. Sobre el escenario, unos 40 músicos: junto al director y su grupo, artistas invitados procedentes de México, Mali, Colombia, Madagascar, Venezuela, Marruecos, Brasil, Argentina, Venezuela y España.
La puesta en escena será esta noche en a las 20:30 en el Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma, un día después, el sábado 9, en el Auditorio de Tenerife, clausurándose el domingo, día 10, en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, ambos a las 20.00 horas. Tres conciertos que cuentan con el apoyo de Fundación DISA, que se suma así un festival que da estos días sus últimos compases en las islas, tras una maratoniana agenda de 44 conciertos distribuidos en los ocho territorios insulares, organizado por el Gobierno de Canarias. Las entradas se encuentran disponibles en www.festivaldecanarias.com (sección «Entradas y abonos») y en las plataformas habituales de los tres recintos, así como en sus taquillas.
En la presentación de los conciertos, hoy en La Palma, estuvo presente Jordi Savall, una de las personalidades más sobresalientes en la difusión internacional de la música antigua como investigador, concertino, pedagogo, musicólogo, y creador de nuevos proyectos, que lo sitúan entre los principales artífices de la revalorización de la música histórica, en la que se ha volcado a lo largo de más de cuarenta años. El acto informativo contó también con la participación del presidente del Cabildo de La Palma, Anselmo Pestana, el consejero de Cultura, Primitivo Jerónimo, el alcalde Sergio Matos, el director del festival, Jorge Perdigón, y de la directora de la Fundación DISA, Sara Mateos, empresa que se suma este año al festival con su apoyo para este concierto.
Para Jordi Savall «la música es el único puente que queda entre civilizaciones» y, en este sentido, Canarias representa como ningún otro territorio esta condición de plataforma intercontinental, lugar de encuentro multicultural, de ahí la originalidad de una propuesta que es el resultado del mestizaje de sonidos llegados de diferentes orillas, junto a las canciones nacidas de los esclavos y notas de góspel antiguo.
«La música, a veces, emprende extraños recorridos. Sorprende, por ejemplo, cómo ciertas músicas colonizaron el Nuevo Mundo desde la Hesperia y el trayecto de vuelta de otras muchas», se dice a propósito en musicaantigua.com
Lo cierto es que ese particular y abierto mapamundi que dibujan Jordi Savall y Hespèrion XXI se sostiene en el fundamento de que sólo si conocemos nuestro pasado, seremos capaces de construir un nuevo futuro. Y a partir de esa idea original se ha ido alimentando este proyecto, donde el arte y la música contribuyen a entender y acercarse, a manera de repaso sonoro, a todo aquello que ha venido sucediendo a lo largo de la historia. Y qué mejor vehículo para transmitirlo que el idioma universal de los sonidos.
Afirma Savall que la idea de esta obra le surgió cuando visitaba la llamada Jungla de Calais, un campamento de refugiados, ya desmantelado, que se encontraba situado en el oeste de Francia. Desde esa primera impresión, posicionado contra la explotación económica y la muerte de los semejantes, se aprestó a agitar las conciencias, a ponerle voz al silencio amordazado, al dolor y a la rabia.
«Las rutas de la esclavitud» supone una impagable contribución de carácter histórico, filosófico, sonoro, tradicional y plenamente moderno orientado a proponer un mundo mejor a través del conocimiento, la sensibilidad y la empatía hacia los pueblos oprimidos del mundo, que en este caso aparecen simbolizados por la ignominiosa práctica de la trata de esclavos negros.
La fecunda carrera musical de Jordi Savall ha merecido las más altas distinciones nacionales e internacionales. Entre ellas cabe destacar el título de Doctor Honoris Causa por las universidades de Évora (Portugal), Barcelona (España) y Lovaina (Bélgica), además del prestigioso galardón Léonie Sonning 2012, considerado el Premio Nobel de la Música.
«Jordi Savall pone de manifiesto una herencia cultural común infinitamente diversa. Es un hombre para nuestro tiempo». Pero lo que de verdad lo distingue «son sus incursiones más allá del templo de la alta cultura. Trovador omnívoro, el interés por rescatar tradiciones musicales lo lleva desde las bibliotecas de Manchester hasta las aldeas colombianas, con grabaciones que combinan desde los ritmos bereberes hasta los éxtasis de una raga, desde la serena emoción de un lamento armenio hasta la vivacidad de una gallarda isabelina», decía The Guardian en 2011.
Su labor junto al grupo Hespèrion representa, sin lugar a dudas, uno de los motores del renacimiento de la música antigua en Europa, el Nuevo Mundo y el área mediterránea, razón que los han llevado a ser considerados uno de los referentes de primer orden en el estudio, la interpretación, la dirección y la difusión de un sinfín de tradiciones musicales, a partir de un valioso diálogo intercultural que ha conseguido traspasar los límites impuestos por las fronteras. En el año 2008 fue nombrado, precisamente, Embajador para el diálogo intercultural y tanto él como su compañera Montserrat Figueroa recibieron en 2009 la encomienda de Artistas por la paz, dentro del programa Embajadores de buena voluntad de la Unesco
Así fue como desde nuevas premisas y envueltos por la fascinación de la inmensa riqueza del repertorio musical español y europeo anterior al 1800, Jordi Savall (instrumentos de arco), Montserrat Figueras (canto), Lorenzo Alpert (instrumentos de viento y percusión) y Hopkinson Smith (instrumentos de cuerda pulsada) fundaron en 1974 el conjunto entonces denominado Hespèrion XX, dedicado a la interpretación y a la revalorización de los aspectos esenciales de este repertorio.
A lo largo de sus más de 40 años de vida se han mantenido fieles a la idea original, ejecutando numerosas obras y programas inéditos desde una intensa actividad concertística que los ha llevado a recorres Europa y América.
Hespèrion participa de forma regular como invitado en los principales festivales nacionales e internacionales, con especial relevación en aquellos que programan música antigua.
Con la llegada del nuevo milenio continúan manteniendo vivo el espíritu de ser una herramienta de investigación en directo, de ahí que hayan incorporado los números XXI del nuevo siglo a su nombre, llamándose Hespèrion XXI.
Su originalidad entronca de manera directa con el atrevimiento de sus programaciones, la enorme creatividad individual de los componentes del grupo, el trabajo en equipo y la búsqueda de una síntesis enriquecedora y dinámica entre la expresión musical, los conocimientos estilísticos e históricos y un enorme caudal de imaginación creativa.