Leacock entra en la Económica grancanaria de la mano de Sergio Aguiar


En el transcurso de una charla ofrecida el pasado 29 de septiembre en la Real Sociedad Económica Amigos del País de Gran Canaria, el investigador guiense Sergio Aguiar Castellano hizo una amplia descripción de la historia de la familia Leacock, de origen inglés radicada en Madeira desde el siglo XVIII, donde se relacionó con el comercio del vino, hasta crear una de las empresas exportadoras más importante de la isla portuguesa.

Destacó que los primeros pasos que la familia dio en las Islas Canarias fueron en 1887 cuando John Milberne Leacock comenzó a negociar con vinos de Canarias, especialmente de Lanzarote, instalando unas oficinas en la calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria, y diversificando poco a poco los negocios: venta de abonos, seguros contra incendios, etc.

En 1887 Edward Wathen Fyffe, miembro de una familia exportadora de té, visita las islas Canarias, por problemas de salud de su esposa, ya que ésta tenía tuberculosis. Permanece más de un año en las islas, lo que le da oportunidad de conocer el estado de la agricultura en Canarias, además de conocer a la colonia inglesa que vivía en ella. Al ver el potencial de la exportación de plátanos llegó a acuerdos comerciales con algunos de los británicos establecidos en Gran Canaria y Tenerife: Barkers, Blandys, Wolfson Ossipoff y John Milburn Leacock.

Un año después, en 1888, comenzó a operar la casa comercial “Fyffe’s Ltd”. La iniciativa británica ya no se reduciría a la exportación de la fruta, sino que también se ocuparía de su producción. Arriendan y compran terrenos allí donde había suministro seguro de agua.

John Milberne crea el 7 de febrero de 1903 junto a Francisco Lorenzo Rodríguez vecino de Gáldar, la firma comercial “Leacock & Lorenzo”: “El objeto principal de la Sociedad consiste en el aprovechamiento, alumbramiento, elevación, conducción y explotación de aguas, existentes, ya en terrenos de la Sociedad, ya del Estado, Municipio o particulares, practicando al efecto las obras, adquiriendo e instalando los aparatos y máquinas que se juzguen necesarios, solicitando las oportunas concesiones administrativas, constitución de servidumbres de acueducto, expropiación de terrenos, y todos lo demás que se tiene conveniente al indicado fin”, recordó.

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