Lorenzo Márquez, componente austríaco-colombiano de los Niños Cantores de Viena, afirma que cuando canta «está en el cielo» aunque a veces se pone «nervioso», y su maestro director, Manolo Cagnin, asegura que el objetivo de esta formación es «motivar a todos los niños del mundo» a amar la música.
Ambos expresaron su alegría por visitar Canarias en una rueda de prensa con motivo de su participación en la XXXII edición del Festival de Música de Canarias, en la que ofrecerán cuatro conciertos, dos en los auditorios de las capitales del archipiélago y otros dos en las catedrales de La Laguna y de Gran Canaria.
El maestro director de los Niños Cantores de Viena, Manolo Cagnin, señaló que su presencia en el festival es una ocasión no solamente musical sino pedagógica, pues «cuando cantamos con las mejores orquestas» y en teatros de todo el mundo su afán es sensibilizar a todos los niños del mundo a que también pueden actuar, si cuentan con una buena voz.
«No es fácil» dirigir un coro con niños de entre 10 y 14 años aunque «hago mi trabajo con mucho gusto porque estoy al cien por cien con ellos», afirmó Cagnin, quien dijo que no se trata de ser «severo» en su labor sino de actuar casi como un padre, un amigo, porque convive con niños «en un momento muy difícil», de pre-adolescencia.
Por ello su trabajo no es meramente musical sino también contestar a preguntas «sobre la vida», pues es un contacto humano antes que musical, dijo Cagnin, quien detalló que ensayan durante tres horas diarias «y es necesario que sea divertido» aunque, matizó, «son niños que quieren cantar».
Al respecto Lorenzo Márquez, nacido en Salzburgo de padre austríaco y madre colombiana, aseguró que le «encanta» formar parte de los Niños Cantores, con los que «me siento muy bien, estoy en el cielo», y aseveró que del programa que interpretarán en Canarias su pieza preferida es el «Gloria» de Vivaldi.
Pero también cantarán fragmentos menos festivos, como una partitura cumbre de la polifonía renacentista, el «Officium Hebdomadae Santae» que dedicó el español Tomás Luis de Victoria a la Semana Santa y sobre ello Manolo Cagnin indicó que es importante explicarles a los niños «la trama» de lo que van a cantar, en este caso, sobre la crucifixión, pero siempre «en un idioma que puedan entender».
Este es el lado más difícil de su trabajo, apuntó el director del coro, pues hay diferentes personalidades en el coro y al final el propósito es «que canten veintiséis voces diversas con un único objetivo».
La directora del Festival de Música de Canarias, Candelaria Rodríguez, aseguró que los Niños Cantores de Viena traerán «el deleite» al evento y subrayó que trabaja en la idea de «expandir» el festival, que no se quede «para un grupo reducido» sino que sea «de todos» y para ello este coro es el proyecto ideal.
Aurelio González, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, calificó de «enorme acontecimiento» la presencia en las islas del coro y coincidió en que hay que seguir haciendo esfuerzos para que el Festival sea cada año un motivo «esplendoroso» de gran música pero no sólo «para alimento de los melómanos, sino para enganchar nuevas audiencias, sobre todo infantil y juvenil».
Los Niños Cantores de Viena han cantado en la Capilla Imperial de la capital austríaca desde 1296 y compositores como Joseph y Michael Haydn y Franz Schubert fueron integrantes del coro, según la información facilitada por el Festival de Música de Canarias.
En la actualidad está integrado por cien niños divididos en cuatro coros que ofrecen unos 300 conciertos al año y, junto con la Wiener Philarmoniker y el Wiener Staatsoper Chor interpretan la misa del domingo en la Capilla Imperial, como han hecho desde 1498.
En los conciertos previstos para el Festival de Música de Canarias interpretarán obras de Mozart, Purcell, Joseph Haydn, Schubert, Schumann, Johann Strauss, Bizet, las populares «Volare» y «O sole mio», «Over the rainbow» de «El mago de Oz» y concluirán con la composición de Michael Jackson y Lionel Ritchie «We are the world».