Los expertos descartan que los restos óseos de Fernando Guanarteme estén en la ermita de San Cristóbal de La Laguna


Flora Marimón // La Provincia

Caso cerrado. La búsqueda de los restos óseos del último rey aborigen de Gran Canaria, Tenesor Semidán, bautizado por los castellanos durante la conquista como Fernando Guanarteme, ha finalizado por falta de pruebas documentales que indiquen dónde se halla enterrado. Los investigadores del proyecto encargado por el Gobierno canario concluyen que con las fuentes historiográficas y documentales hoy disponibles «no se puede avanzar un paso más» en el intento de identificar el lugar «donde reposaron de manera definitiva los despojos del guanarteme de Gáldar». No obstante, no descartan que, en el futuro, puedan aflorar documentos relevantes que permanecen desconocidos y aporten luz sobre el paradero del rey aborigen. Lo que sí queda absolutamente descartado, «y no tiene el mayor viso de credibilidad», es que se encuentre en la ermita de San Cristóbal de La laguna, donde supuestamente reposan sus restos.

Por lo tanto, el Gobierno descarta seguir con la búsqueda, en esta o en otras iglesias donde pudiera estar enterrado, mediante excavaciones. «No sería serio ni riguroso», sostiene el director general de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo. «Cuando vas a excavar, vas sobre seguro y no a picotear porque es una responsabilidad enorme» hacer este tipo de intervenciones en el patrimonio cultural, en este caso perteneciente al Obispado de Tenerife que, de hecho, puso una serie de condiciones a las posibles exploraciones, como que hubiera «un mínimo de indicios históricos» de que realmente los huesos de Fernando Guanarteme se encontraban en el subsuelo de la ermita de San Cristóbal de La Laguna.

La creencia de que se hallan en esta iglesia proviene de una iniciativa de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife que, a principios del siglo pasado, colocó una placa en la fachada de la ermita junto a una lápida sepulcral de mármol blanco en los que indicaban que allí descansaban los restos mortales de Guanarteme. Al parecer, esta asociación lo hizo basándose en los textos «del desconcertante quehacer historiográfico del médico teldense Tomás Arias Marín de Cubas, y singularmente de su Historia de las siete yslas de Canaria, acabada de componer en 1694″, que, en opinión de los investigadores, «no son suficientemente fiables».

Nuevas pistas en el futuro

En cualquier caso, Clavijo insiste en que es posible que en el futuro se encuentre alguna pista en documentos antiguos, como testamentos, pleitos o libros de bautismos y defunciones, que puedan «dar alguna sorpresa porque el equipo investigador seguirá trabajando en los archivos canarios».

En esta primera fase del proyecto que la Dirección General de Patrimonio Cultural encargó al arqueólogo Jorge Onrubia y que dirigió el equipo compuesto por profesores universitarios como Juan Francisco Navarro, Roberto González y María del Crísto González, y el investigador independiente Alejandro Larraz, se acometió una intensa labor de recopilación documental en diferentes archivos para intentar localizar cualquier traza textual que permitiera reconstruir, de manera fiable, la suerte que pudieron correr los restos mortales de Fernando de Guanarteme o de Agáldar, desde el mismo momento de su fallecimiento a finales del siglo XV, tras la conquista de Tenerife en 1496, en la que participó junto al adelantado Alonso Fernández de Lugo.

El intento de hallar sus huesos se produjo por un mandato del Parlamento canario, que en mayo del año pasado aprobó una proposición no de ley del PP a petición de la asociación La Solana- El Plátano, para determinar si los restos de Fernando Guanarteme se hallaban, efectivamente, bajo la ermita de San Cristóbal en La Laguna y, en caso de ser cierto, restituirlos a Gáldar, su ciudad natal.

Patrimonio Cultural dio cumplimiento a esta iniciativa parlamentaria y encargó la primera fase del proyecto, con un coste de 34.000 euros. Tras cinco meses de exhaustiva investigación de los fondos documentales de un conjunto de archivos superior al inicialmente previsto, con la revisión de miles de documentos, y después de múltiples consultas con otros expertos en la materia, el equipo de investigación ha concluido su trabajo y da el tema «por agotado», señala Jorge Onrubia, aunque no descarta que pueda aparecer algo con el paso el tiempo.

Fernando Guanarteme fue una controvertida figura, al ser conocido primero como un traidor a su pueblo y posteriormente como un pacificador, pues distintos historiadores exponen que en realidad intentó salvar a los indígenas de una masacre por parte de los conquistadores.

Los investigadores del proyecto para buscar sus restos se centraron en tres posibles ámbitos funerarios: la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo Alto, la primitiva iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna y la ermita de San Cristóbal de La Laguna, por la tradición oral que dio lugar al mandato parlamentario. Tras rastrear numerosos documentos en archivos particulares, de la Diócesis, del Museo Canario o de las bibliotecas de las Islas, establecen que el único hecho que están en condiciones «de dejar sentado, de manera incontrovertible, es que la muerte de Fernando Guanarteme se produce en la isla de Tenerife».

Sin fecha de la muerte

Cuentan con varios datos fiables que permiten establecer el marco temporal de su fallecimiento. Los más valiosos proceden de un documento de excepcional interés: la prueba testifical impulsada entre mayo y junio de 1526 por Margarita Fernández Guanarteme, su hija, para acreditar que, en aquel momento, es la única descendiente viva del rey aborigen. De este documento saben que el guanarteme de Gáldar muere una vez concluida la conquista de Tenerife y en plenos preparativos del que sería, con toda probabilidad, su cuarto viaje a la corte. Pero no se puede precisar si llegó o no a realizarlo por el desgaste físico que sufrió en las acciones bélicas que se saldaron con la incorporación al reino de Castilla de La Palma y Tenerife.

El silencio sobre el personaje en la abundante documentación conservada de los primeros momentos de la colonización y repoblación de Tenerife apunta a pensar a una muerte temprana. Lo más probable, en consecuencia, es que Fernando Guanarteme falleciera a lo largo de 1496. Respecto al lugar de enterramiento del aristócrata galdense no albergan duda alguna acerca de que fue realizado conforme a las convenciones de su nueva fe cristiana y su estatus de conquistador. Por tanto, están seguros de que fue enterrado en suelo sagrado y en un espacio cementerial de cierta relevancia. Si su fallecimiento se produjo hacia mayo de 1496, cuando se aprestaba a acompañar a Fernández de Lugo a la corte de Almazán, todo indica que su inhumación sería en alguna de las capillas de los reales de la conquista. Fernando Guanarteme residía en los Realejos, como otros muchos aborígenes procedentes de Gáldar, tras la conquista de Tenerife.

Este lugar fue elegido por Alonso Fernández de Lugo para poner su hacienda, por ser las tierras más fértiles de la Isla. De hecho, el nombre de Los Realejos proviene del sitio donde los ejércitos castellanos establecen el Real (campamento militar).

Según Onrubia, el adelantado trataba a lo indígenas como a familiares y por ello muchos se asentaron en esta zona. De haberse producido su muerte en los Realejos y en esas fechas resulta lógico pensar que fue enterrado en la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo Alto, probablemente erigida antes del final de las operaciones bélicas.

También es verosímil la hipótesis de un enterramiento en la primitiva iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, en pie desde 1496. Hay constancia documental de que en esta naciente villa se inhumaron los restos de los conquistadores y de los primeros pobladores. Esta iglesia fue derruida por su mal estado de conservación y se construyó una nueva fábrica. Todo apunta a que tras la finalización de las obras del nuevo templo se produjo la exhumación y el traslado de una parte de los restos contenidos en las sepulturas abiertas bajo el suelo de la primera parroquia, para depositarlos en un osario acondicionado en la nueva.

Lo que desde luego no tiene credibilidad es que el destino de este eventual traslado de los huesos del guanarteme de Gáldar fuera a la relativamente cercana ermita de San Cristóbal de La Laguna, cuya construcción no es anterior a las primeras décadas del siglo XVI, aseguran los investigadores. En suma, el trabajo realizado ha puesto de relieve la extrema escasez de datos valiosos y fiables que permitan no sólo determinar lugar donde fue enterrado Fernando Guanarteme, sino, también, reconstruir las circunstancias precisas y el momento exacto en que se produjo su muerte.

Cronología

  • Primera búsqueda. Corresponsales de guerra: El Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme indica que quien primero pidió el traslado a Gran Canaria de los restos de Fernando Guanarteme con la creencia que se hallaban bajo la ermita de san Cristóbal de La Laguna fue la Asociación de Corresponsales de Guerra Españoles con Domingo Navarro al frente, hace más de cincuenta años.
  • 1967. Ayuntamiento de Gáldar: En 1967 el alcalde de Gáldar, Antonio Rosas, junto al arqueólogo galdense Celso Martín de Guzmán lideraron una primera cruzada para levantar la lápida que se halla en la ermita de San Cristóbal de La Laguna, bajo la que supuestamente yacía Fernando Guanarteme. Contaban con el permiso de la diócesis y de Sanidad. Cuando izaron el mármol no había nada. Se esperaban encontrar una tumba con un cuerpo que pudiera ser identificado. Durante el levantamiento apareció por allí Elfidio Alonso, director de Los Sabandeños y posterior alcalde de La Laguna, y al ver que no contenía una tumba compuso días después una canción en la que bromeaba sobre el verdadero paradero de Guanarteme, lo que paralizó el proceso. Tal fue el éxito de la copla interpretada por Los Sabandeños, que sus bromas terminaron por diluir un tema que se había instalado en el debate público y que la diócesis de la época optó por frenar. Desde el estribillo, de su ya popular canción se pregona: «Guanarteme, teme, teme, ta ¿qué demonio tienes Guanarteme que no sabe nadie dónde coño estás?».
  • 2013. Cabildo de Gran Canaria: El Cabildo de Gran Canaria, presidido por el expopular José Miguel Bravo de Laguna, hoy consejero en la oposición de Unidos por Gran Canaria, secundó la petición del Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme para trasladar los restos a Gran Canaria, aunque no se llevó a cabo la apertura de la tumba.
  • 2016. Parlamento de Canarias: En mayo de 2016 el Parlamento canario aprobó una proposición no de ley del PP, a petición de la asociación La Solana- El Plátano, para buscar los restos de Fernando Guanarteme en la ermita de San Cristóbal de La Laguna y, en caso de hallarlos, restituirlos a Gáldar, su ciudad natal.

*Publicado en La Provincia

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