Los tuits y canciones por los que el rapero Pablo Hasél ingresó en prisión


Homenajes a condenados por terrorismo, acusaciones de torturas a la policía y de corrupción a la monarquía… estos son algunos de los tuits que condujeron al rapero español Pablo Hasél a prisión el martes, suscitando una serie de violentas manifestaciones.

La justicia española condenó al cantante en 2018 a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo, y a una multa por injurias y calumnias contra la policía y la corona, vertidas en más de 60 tuits publicados entre 2014 y 2016.

«Las manifestaciones son necesarias pero no suficientes, apoyemos a quienes han ido más allá», escribió el rapero en esos mensajes, diciéndose también «orgulloso de quienes respondieron a las agresiones de la policía».

En su cuenta, que contaba por entonces más de 54.000 seguidores, el rapero homenajea a miembros de grupos armados españoles, como los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre), acusados de un millar de acciones violentas entre 1975 y 2003 en España, incluidos 80 asesinatos y tentativas de asesinato y varios secuestros.

Sus homenajes a los GRAPO le valieron una condena a dos años de prisión en 2014 por enaltecimiento del terrorismo, pero entonces no acabó entre rejas porque no tenía antecedentes penales.

Hasél también mencionaba como referentes en sus tuits a algunos miembros de la organización separatista armada vasca ETA, extinta en 2018, y que en cuatro décadas de violencia asesinó a al menos 853 personas con coches bomba y a tiros.

En canciones anteriores su tono era directo y brutal. «Te crees gran empresario fumando habanos, puta colilla. Ojalá vuelvan los GRAPO y te pongan de rodillas», cantaba en 2010.

En sus tuits, Pablo Hasél acusa igualmente a las fuerzas del orden españolas de torturas y asesinatos, con fórmulas como «policía nazi-onal».

«¿50 policías heridos? Estos mercenarios de mierda se muerden la lengua pegando hostias y dicen que están heridos», tuiteó en 2014.

«¿Guardia Civil torturando o disparando a inmigrantes? Democracia. ¿Chistes sobre fascistas? Apología del terrorismo», añade en otro tuit.

Su otro blanco favorito es la monarquía española.

En su sentencia condenatoria, la justicia destaca una fórmula empleada en una canción suya, «Juan Carlos el Bobón», un juego de palabras con el apellido del que fuera rey de España entre 1975 y 2014. Hasél acusa a la familia real de corrupción e incesto y le desea «la guillotina» a una de las hijas de Juan Carlos de Borbón.

El rapero también difundió otra canción titulada «Muerte a los Borbones», aunque ésta no fue señalada por la justicia.

Igualmente tacha a la realeza española de «fascista», califica a Juan Carlos de «mafioso» por su cercanía con la monarquía saudí, y dice que el actual monarca Felipe VI es un «parásito».

¿Todo por canciones y tuits?

Según informa El Confidencial, como recogía el Supremo en su sentencia del pasado junio, Hasél es «reincidente en actos semejantes», pues acumula otra condena en firme a dos años de cárcel por publicar canciones en las que habla de cometer atentados contra políticos. Esta primera sentencia se remonta a abril de 2014 y la firma la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. «Mira a los puercos del PSOE comiéndosela a la monarquía. Los dispararía uno a uno, sería oportuno, algo mejoraría«, proclamaba el rapero en una de las canciones por las que se sentó en el banquillo. Otras frases pasaban por «¡Que alguien clave un piolet en la cabeza a José Bono!» o «¡Merece que explote el coche de Patxi López!».

El rapero defendió en el juicio que se limita a «ejecutar su libertad de expresión» y que «nadie tiene derecho a cambiar sus ideas», pero el argumento cayó en saco roto: «El discurso del odio no está amparado por la libertad de expresión en un Estado democrático», concluyó el tribunal. Un año después, el Supremo confirmó la resolución y subrayó que sus canciones contenían «estrofas claramente laudatorias para condenados por terrorismo o sus acciones».

Al tratarse de la primera condena en firme y no superar los dos años, Hasél pidió que no se ejecutase, solicitud que esta vez sí fue atendida. En estos casos, la condena no se elimina, solo queda en suspenso, por lo que el tribunal estudia ahora si debe sumarse a la de 2018. Sea como sea, el factor de reincidencia ya se ha tenido en cuenta al ordenar su ingreso en prisión.

El historial delictivo de Hasél acumula otras sentencias que van más allá de sus canciones o mensajes en redes sociales. Una de ellas se notificó este jueves, cuando la Audiencia de Lleida confirmó la condena de dos años y medio para el rapero por amenazar a un testigo en un juicio contra unos guardias urbanos del municipio. El tribunal considera probado que el rapero amenazó al testigo e intentó propinarle una patada en una cafetería, a lo que se sumaba el tuit que publicó con una fotografía del mismo «con el ánimo de represalia». Todo ello, sentencia el tribunal, «puesto en relación a la celebración del juicio en el que había testificado».

No es la única condena que va más allá de sus proclamas: en febrero de 2017, fue condenado por un delito de resistencia o desobediencia, y en julio de 2018, por allanamiento. Ambas son firmes.

Un juzgado de Lleida le condenó además el pasado junio a seis meses de cárcel por un delito de lesiones contra un periodista de TV3 durante una protesta en 2016 en la Universitat de Lleida, y tiene pendiente una imputación por un supuesto intento de asalto a la subdelegación del Gobierno en Lleida, hechos que se produjeron en marzo de 2018 durante una protesta contra la detención de Carles Puigdemont en Alemania.

“Con este historial delictivo, resultaría absolutamente discriminador respecto de otros delincuentes, y también una grave excepción individual en la aplicación de la ley, totalmente carente de justificación”, argumentó la Audiencia Nacional al ordenar su ingreso en prisión. También avisaba de que “las campañas” en su favor “no pueden determinar la inaplicación de la ley vigente, sino su eventual modificación por el Parlamento”.

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