Mover casas de una isla a otra, una tradición que inspira la nueva propuesta teatral en La Granja


  • La compañía Cuerpo Sur trae al Espacio La Granja una performance teatral participativa inspirada en una tradición de la Patagonia chilena
  • ‘Bailar el paisaje’ sitúa al público en el propio escenario para que forme parte de esta pieza que invita a reflexionar sobre el concepto de hogar

Inspirada en la cultura de los habitantes de Chiloé, isla de la Patagonia chilena en la que tienen por tradición mover casas de una isla a otra, llega a Tenerife la obra ‘Bailar el paisaje’, del colectivo Cuerpo Sur. Se trata de una performance teatral participativa que sitúa al público en el propio escenario y que invita a reflexionar sobre la idea de casa y hogar. Se podrá ver mañana, sábado 4 de noviembre, en el Espacio La Granja, a partir de las 20.00 horas.

Esta pieza fue encargada por el Ministerio de Cultura de Chile a la compañía formada por Luis Guenel y Ébana Garín, actores que tienen en común su búsqueda por nuevos lenguajes escénicos para desarrollar temáticas vinculadas a la memoria, el territorio o la identidad. En ella, parten de las tejuelas (tejas) de madera de una antigua casa chilota en ruinas para desarrollar una experiencia colectiva donde, la pregunta en torno a lo que es un hogar y cómo construir comunidad, están en el centro de la investigación.

Con ello invitan a refl­exionar sobre cómo el “capitalismo avanzan globalmente a una velocidad aterradora, homogeneizando las identidades locales, tendiendo a sanear las huellas de los individuos en nombre de un supuesto progreso, eliminando poco a poco la humilde casa rural, y la pequeña tienda de la esquina para dar paso a una arquitectura moderna que sólo sirve al consumo”.

“¿Cómo puede dialogar la arquitectura territorial tradicional con identidades locales con un presente obsesionado por la restauración y el aburguesamiento que pretende convertir nuestros recuerdos en un espectáculo?”, se cuestionan.

En su opinión, “el ser humano no puede vivir solo, necesita lazos, paisajes, encontrarse o perderse en ellos, al fin y al cabo, un hogar se hace con otros, con la comunidad, con los vecinos. ¿Qué futuro estamos construyendo cuando agotamos nuestros recursos naturales, borramos nuestra memoria y nos sometemos a una productividad incansable?”

“En una época obsesionada por el progreso queremos refl­exionar sobre las ideas de casa y hogar, ese espacio al que nos hemos recluido en el último año, y desde el que podemos imaginar los tiempos venideros, cómo construir comunidades y restablecer nuestro tejido social”, añade el colectivo.

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