Nino Díaz pide disculpas e invita a la reflexión sobre el futuro del Festival de Música de Canarias


La oficina del Festival Internacional de Música de Canarias ha emitido este lunes un comunicado firmado por Nino Díaz, coordinador del mismo, que transcribimos íntegro a continuación:

«Desde que se anunció la programación de la 33 edición del Festival Internacional de Música de Canarias hemos asistido a un enconado debate.

Un proyecto de esta trascendencia puede y debe ser objeto de reflexión pero no ser utilizado como un elemento para la confrontación. Mi posición, aunque transitoria, me obligaba a mantener una exquisita neutralidad que debo reconocer que no he gestionado con la debida atención. Creo que es imprescindible sosegar este debate abierto y debo empezar dando ejemplo para reconducirlo de manera productiva.

Lo importante del Festival es su función como herramienta cultural y su rentabilidad social. El balance en ese plano, tras 32 años de celebración ininterrumpida, es positivo y no sería justo que no lo destaquemos y con ello la aportación de muchos profesionales, artistas y público que lo han hecho posible, así como al compromiso del Gobierno de Canarias que lo ha respaldado en cada legislatura. Negar esto es ignorar el esfuerzo y la visión de las personas e instituciones que han sostenido su prestigio durante más de tres décadas. La historia del Festival de Música es una historia de éxito, eso no he pretendido ponerlo en duda y es nuestra obligación que lo siga siendo con la participación de todos sin exclusión.

Todos estamos en la obligación de elevar el debate sobre la política cultural en Canarias. Es una exigencia irrenunciable, más exigible aún para quienes como yo tenemos el privilegio de ostentar responsabilidades en el ámbito público. Esta fase transitoria recomendaba sosiego, reflexión y acuerdo.

Debo disculparme públicamente por no haber contribuido decididamente a este objetivo e igualmente, por algunas manifestaciones y acciones desafortunadas que no pretendieron ofender ni a los abonados que traducen su pasión por este proyecto con su fidelidad, a quienes me antecedieron en esta responsabilidad, a quienes mantienen cualquier opinión, sea cual sea, en un proceso en el que todas deben ser respetadas y valoradas y por supuesto, a quienes depositaron su confianza en mí para desarrollar esta tarea.

Confío que esto sirva para serenar este debate y alejarlo de cualquier intención que no contribuya a su fortalecimiento.

El posterior devenir del Festival de Música no es patrimonio de nadie. Desde luego, mío tampoco. Al contrario, debe ser objeto de una serena reflexión colectiva, siempre bajo los criterios de la excelencia intelectual y el mejor destino para los recursos públicos, que siempre serán escasos. Esto pasa también por reconocer el legado del Festival a lo largo de estos 32 años, ya que es un excelente punto de partida a la hora de plantear nuevos objetivos.

Un gran Festival de Música no se construye a partir de etiquetas, un error que debemos corregir y centrarnos en un debate de altura en el que quepan todos que me comprometo a impulsar y en el que me situaré en el discreto lugar que me corresponde como gestor público».

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