«Nomadland» llega este domingo como la favorita e la Gala de los Óscar. Así que, salvo que ocurra una sorpresa dramática, la duda que queda es cuántos Óscar puede ganar la película de Chloé Zhao.
Si obtiene el premio al mejor guión adaptado a primera hora de la noche, podría arrasar en el resto de las categorías.
Y Zhao, que sería la segunda mujer en ganar el premio al mejor director, podría igualar otro notable récord.
Nadie ha ganado más Óscars en una noche que los cuatro de Walt Disney en 1953. Zhao opta a los premios de montaje, guión, dirección y como productora a la mejor película.
Por supuesto, hay una gran diferencia entre conseguir múltiples nominaciones y realmente ganar la estatuilla. Solo hay que preguntarle a Glenn Close.
Desde «El mundo según Garp», de 1983, hasta «La esposa», de 2019, Close ha estado nominada pero no ha ganado en siete ocasiones anteriores.
Si vuelve a quedarse a medio camino el domingo, quedará empatada con el fallecido Peter O’Toole como la subcampeona más fiable de la Academia.
Desgraciadamente, las probabilidades no son muy buenas para Close: mientras que su interpretación de una abuela recia en «Hillbilly, una elegía rural» fue elogiada, la película fue objeto de un desprecio generalizado.
Cuando se anunciaron las nominaciones del año pasado, parecía que los años de activismo y las promesas de reforma impulsadas por la campaña #OscarsSoWhite (Óscars demasiado blancos) habían quedado en nada: 19 de los 20 actores eran blancos.
Pero la selección de estrellas de este año ha establecido nuevos récords de diversidad, incluyendo nueve actores negros o de diversas ascendencias en las listas de candidatos, y el primer estadounidense de origen asiático nominado a mejor actor (Steven Yeun de «Minari»).
Dos mujeres fueron nominadas a mejor director, por primera vez.
Y no se trata sólo de los Óscar: a principios de este mes, el Sindicato de Actores de Hollywood seleccionó a ganadores no blancos en las cuatro categorías.
Ese cuarteto, Chadwick Boseman, Viola Davis, Daniel Kaluuya y Youn Yuh-jung, bien podría repetir el domingo.
Frances McDormand ha sido durante mucho tiempo una de las favoritas de la Academia, y este año es la principal candidata con «Nomadland», un poco glamuroso retrato de una viuda afligida que vive en una vieja furgoneta.
Si el domingo se lleva el premio a la mejor actriz principal, se convertirá en la segunda mujer en la historia de los Óscar que consigue tres victorias en esa categoría, después de la inigualable Katharine Hepburn, que tiene cuatro.
El Óscar la pondría en la cúspide de un club de actrices triplemente ganadoras que incluye también a Meryl Streep e Ingrid Berman, que tienen cada una dos Óscar de actriz principal y un premio de actriz de reparto.
El director Steven Soderbergh y sus coproductores celebraron una rueda de prensa el pasado fin de semana en la que expusieron su visión de una ceremonia que pretende parecerse más a un largometraje que a un programa de televisión, sin decir nada en concreto.
Por ejemplo, ¿las estrellas llevarán mascarillas?
«Las mascarillas van a desempeñar un papel muy importante en la historia de esta noche… Si eso es críptico, es porque así debe ser», dijo Soderbergh.
Con tantas cosas en secreto, una cosa es segura: la noche es la primera gran reunión de Hollywood en más de un año, y sin los molestos periodistas y ejecutivos de los estudios –que no están invitados– muchas estrellas estarán listas para la fiesta.
«Después del espectáculo iremos al post-show, probablemente habrá más alcohol en el post-show, pero será gratis, así que será genial», bromeó el coproductor Jesse Collins.