Patrimonio Cultural restaura varias piezas metálicas del yacimiento de El Junquillo


  • Las piezas metálicas se encontraban en mal estado de conservación y corrían riesgo de pérdida
  • Es la primera vez que se restauran y estudian estos elementos de carácter arqueológico datados en el siglo XV

La Dirección General de Patrimonio Cultural desarrolla trabajos de conservación en un conjunto de piezas metálicas custodiadas por el  Museo Arqueológico de Fuerteventura, ubicado en Betancuria, que nunca antes habían sido restauradas ni estudiadas. Se trata de 8 elementos de hierro, cobre y bronce del siglo XV, aproximadamente, hallados durante la campaña de excavaciones de 1945 en el yacimiento de El Junquillo y una figura de un gallo de bronce que coronaba la veleta del campanario de la Iglesia de Sta. María de Betancuria, probablemente del siglo XVII.

La restauradora Sonia Argano es la responsable de esta intervención de urgencia que pretende solventar las malas condiciones de conservación en las que se encontraban las piezas, además de restaurar aquellas que presentan importantes pérdidas por oxidación y corrosión. De hecho, los materiales metálicos corrían el peligro de perderse si no se actuaba de forma inmediata.

Ahora bien, la restauración de los metales se basa primero en la eliminación de la corrosión más activa, después hay que estabilizar la posible corrosión que permanezca y sobre todo, proteger el material de las condiciones ambientales, para finalmente aplicarle una conservación preventiva a largo plazo. Probablemente la fase más importante de este proceso sea esta última “porque todos los metales, exceptuando el oro, desde el minuto uno de su producción o fabricación empiezan el proceso de oxidación dado que todos interactúan con el medio que les rodea, con el oxígeno”, determina la restauradora especializada en Patrimonio Arqueológico.

Según Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural, “los fondos arqueológicos de los museos y cabildos custodian una importante cantidad de materiales que no están debidamente conservados ni se han estudiado, de ahí que sea necesario esta línea de actuación para poder avanzar en el conocimiento sin que para ello tengamos que intervenir en los yacimientos”, aclara.

Cabe destacar que “es la primera vez que se han intervenido y que mínimamente se han estudiado, no desde un punto de vista arqueológico sino desde una punto de vista fisicoquímico, puesto que se han realizado algunos análisis para conocer exactamente el material constituyente”, detalla Argano.


Análisis fisico químico

Las piezas de carácter arqueológico pertenecen al yacimiento de El Junquillo en Antigua, descubiertas en 1945 por Sebastian Jiménez Sánchez, delegado de excavaciones arqueológicas de la provincia de Las Palmas del Ministerio de Cultura. El conjunto de objetos metálicos hallados en esta excavación está compuesto por una pinza, dos hebillas ovaladas, una hebilla rectangular y otra hebilla trapezoidal, un botón, un supuesto puño americano, una pequeña  balanza y un pinjante de caballería.

Debido a las pequeñas dimensiones de la mayoría de los metales, no se ha podido realizar un análisis fisicoquímico de todos ellos, sin embargo, la restauradora ha determinado que las piezas son sobre todo de cobre y también de hierro, que se ha podido corroborar a medida que se intervenían.

Tal y como se ha constatado, el pinjante de caballería estaba inventariado como un “platillo” pero tras los análisis químicos se ha podido determinar que se trata de un elemento decorativo utilizado en los arneses de los caballos y su composición es de cobre con pan de oro. En este sentido, “es una de las únicas piezas de metal arqueológico con pan de oro que se conserva en Fuerteventura”, afirma Argano, “tiene bastante interés histórico”.

En cuanto al gallo de la veleta, que no es de origen estrictamente arqueológico, pero los análisis han podido precisar que se trata de un elemento obtenido a través del reciclaje de diferentes metales, “hecho que cuadra con el factor que hay aquí en la isla en periodo medieval, o sea, no había mucha abundancia de metales y por lo tanto se reaprovechaban otras piezas que se volvían a fundir para obtener una ulterior pieza”, destaca Argano, “es una aleación bastante extraña de cobre, zinc, plomo y alguna traza de estaño”, especifica.

A partir de ahora, las piezas serán almacenadas en las salas de reserva del Museo Arqueológico de Fuerteventura dentro de embalajes individuales que permitan mantener unas condiciones ambientales estables sin que la humedad relativa supere el 45%. Además, la veleta volverá a estar expuesta en una nueva vitrina estanca y hermética para crear un microclima constante dentro del mueble adquirido por el centro museístico.

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