“Con licencia municipal del Ayuntamiento de La Oliva, el propietario empezó a allanar los terrenos para construir un eco camping hasta que una denuncia alertó de la presencia de este yacimiento, que está catalogado en la Carta Arqueológica insular, así que resulta increíble que un ayuntamiento conceda una licencia de obra de este tipo en un terreno catalogado y que aquí no pase nada”, ha asegurado Arnáiz.
Por ello, ha criticado el hecho de que “luego el Gobierno quiera justificar en la nueva Ley de Patrimonio dar más competencias a los ayuntamientos, cuando no pueden ni ejecutar bien las que ya tienen”.
Mirar para otro lado
Sin embargo, la diputada de la formación morada no culpa de la negligencia únicamente al consistorio de La Oliva sino que la ha hecho extensiva al propio Gobierno regional: “Hace unos meses, hicimos una pregunta pidiendo respuesta por escrito para informarnos sobre el destrozo de este yacimiento arqueológico y saber que había hecho el Ayuntamiento, el Cabildo y el Gobierno de Canarias al respecto. Su respuesta literal es que nada podemos hacer ante la voluntad destructiva de la ciudadanía”.
En concreto, el Gobierno dice literalmente en su respuesta por escrito a la diputada Arnáiz que “frente a la voluntad de proteger nos topamos con la voluntad de menospreciar y de destruir propia de algunos individuos que actúan como verdaderos vándalos (por no calificarlos de otra manera). Tales ‘elementos’ –por desgracia, repetimos- si se proponen actuar, actuarán, por muchas salvaguardas que se pongan”.
Por ello, la diputada ha espetado al consejero Isaac Castellano: “¿A quién se refieren con esto? ¿Al dueño de los terrenos? Porque nos consta su total preocupación y colaboración con el problema y además su acción obedecía al permiso que pidió al Ayuntamiento”.
Es más, Arnaiz recuerda que ha sido el propietario del terreno, y no ninguna administración pública, quien “ha tenido que encargar a una empresa de arqueología un estudio de impacto y una excavación que evalúe los posibles daños cometidos en el yacimiento”.
Irresponsabilidad de la Comunidad Autónoma
Para Arnáiz, la contestación oficial del Gobierno “es impropia de una institución con responsabilidad pública a la que la Ley atribuye los suficientes instrumentos para adoptar las medidas de protección necesarias para la salvaguarda del patrimonio y además de un yacimiento que está recogido en la Carta Arqueológica incorporada al Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura”.
“En la contestación por escrito de la Consejería no se daba ni una sola referencia a medidas concretas, ya sea por iniciativa propia, ya sea en coordinación con el Cabildo de Fuerteventura o con el Ayuntamiento de La Oliva. Algo que nos pueda garantizar que está velando por la protección de este yacimiento arqueológico”, ha insistido Arnaiz en sede parlamentaria.
Por ello, ha demandado al consejero de Cultura medidas de protección e investigación sobre todo lo sucedido en el yacimiento de El Cotillo.
“Creemos que no hay que hacer ningún estudio científico para instalar una valla simplemente que impida el acceso de las personas, de la maquinaria y de los vehículos al conchero”, ha concluido.
Patrimonio en malas manos
Con respecto al nuevo ataque contra el patrimonio cultural de Canarias que ha supuesto el suceso de El Cotillo, la secretaria de Ecologismo y Patrimonio de Podemos Canarias, María Antonia Perera, asegura que “el gran problema para la conservación del patrimonio cultural canario es que esté en las manos de quien está”.
"Ayuntamientos, cabildos y Gobierno de Canarias no quieren reconocer la realidad del patrimonio cultural, y mientras tanto estos bienes están desapareciendo”, ha afirmado.
Perera recuerda que actualmente no conocemos casi nada sobre la importancia que pudo haber tenido la pesca entre el pueblo indígena de Fuerteventura y “la excavación en concheros puede darnos datos sobre comidas comunitarias de los antiguos mahos, repertorio de captura de peces, recolección de mariscos, e infinidad de aspectos fundamentales para el conocimiento de nuestras raíces”.
Respecto a lo sucedido en El Cotillo, afirma que “la afectación ha sido muy grave, quedando sólo salvable alguna estratigrafía de las más profundas”.