· La muestra, integrada por 39 acrílicos sobre lienzo y lona, puede visitarse hasta el 10 de enero de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas
La Casa-Museo León y Castillo de Telde clausura el día 10 de enero la exposición del artista galdense Cristóbal Guerra compuesta por dos series plásticas enraizadas en su municipio natal, ‘La ciudad superpuesta’ y ‘El palacio de los guanartemes’, que abrió al público el pasado 5 de noviembre.
La muestra puede visitarse en el centro museístico dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas, con entrada gratuita y aforo limitado. Posteriormente podrá contemplarse en el Centro de interpretación La Fortaleza, en Ansite.
Esta exposición individual está integrada por 39 acrílicos sobre lienzo y lona que dan continuidad a su viaje emocional hacia el pasado mítico y a la simbología, sin olvidar el presente y su entorno.
Al mundo apresurado y frenético de la modernidad, Cristóbal Guerra responde con una poética calma, que invita a mirar hacia adentro, a la meditación, a valorar el espacio y la soledad del ser. Son pinturas silentes, las de un mundo vegetal y mineral, donde no hay seres humanos ni ruidos. Es la luz la que dibuja, marca las texturas y talla las formas.
Cristóbal Guerra entra en el corazón de la geometría y nos conecta con el sentido abstracto de la belleza, sin caer en el vacuo formalismo de una excesiva abstracción geométrica.
A juicio de Carlos Díaz-Bertrana, «Cristóbal Guerra, más telúrico que surreal, pinta lo que ve con un lenguaje universal, el de la abstracción geométrica, una voluntad de síntesis y una confianza ciega en el poder emocional del color”.
Enraizado en su territorio natal, el artista profundiza en sus series ‘La ciudad superpuesta’, en la que ha estado trabajando intermitentemente desde 1988, y ‘El Palacio de los Guanartemes’, en la historia de la mítica Agáldar, antigua sede de los Guanartemes de Gran Canaria, de su Palacio Real y su corte. “De sus ruinas y de las excavaciones en el entorno de la Cueva Pintada emergen sus pinturas que recrean e imaginan las estructuras cruciformes de las viviendas aborígenes”, explica Díaz-Bertrana.
Se trata de una pintura enigmática, sutilmente narrativa y metafísica, con rigor histórico y libertad creativa. Un espacio extraño que enaltece las ruinas, lleno de luz, de perspectivas y escalas excitadas, de estructuras de contundente geometría; una arquitectura verosímil e imaginada que atraviesa el espesor del tiempo y que podrá descubrirse en la Casa-Museo León y Castillo de Telde.