- El libro de los autores Emelia Rodríguez, Isabel Francisco y Yurena Naranjo se da a conocer el día 2 de noviembre, a las 19:00 horas
La Biblioteca Insular de Gran Canaria acoge el día 2 de noviembre, a las 19:00 horas, la presentación del volumen cinco de la colección ‘La isla de los canarios’, titulado ‘El regalo de los volcanes. El trabajo de la piedra de la población de Gran Canaria’, de las autoras Emelia Rodríguez, Isabel Francisco y Yurena Naranjo.
El acto de presentación del citado volumen publicado por el Departamento de Ediciones de la consejería de Cultura del Cabildo grancanario, contará con la presencia de la consejera de Cultura del Cabildo, Guacimara Medina y el consejero de Presidencia y de Patrimonio Histórico de la Corporación, Teodoro Sosa, así como de las citadas autoras y del director de la mencionada colección, Javier Velasco.
‘El regalo de los volcanes’ clarifica y explica múltiples aspectos de una de las expresiones culturales menos conocidas de los antiguos habitantes de Gran Canaria, la del uso de las herramientas de piedra que ayudaron a los antiguos canarios a convertir la isla de Gran Canaria en su hogar. Hay que recordar que la investigación sobre estos materiales es una de las líneas más consolidadas en el Archipiélago y en distintas islas ha contribuido de forma decidida a entender mejor el desarrollo histórico de las personas que lo habitaron. Sobre todo, porque nos traslada al día a día, a los procesos de adaptación, a las vivencias cotidianas, a la transformación y preparación de los alimentos, a la construcción de viviendas, a la explotación de materias primas, a las redes de intercambio y a una cuestión tan elemental como los sistemas de aprendizaje y el conocimiento social.
En este sentido, las autoras del citado volumen nos acercan a la vida cotidiana durante siglos, conduciendo a un discurso transversal en el que se reconocen otras materias como la movilidad, la ganadería y la agricultura, los intercambios, la deforestación, el acceso a los recursos, la salud oral, la construcción, el esfuerzo físico, los cambios sociales, etc. “Y todo ello puede ser entendido como conocimiento social”, como señala el director de la mencionada colección, Javier Velasco.
‘El regalo de los volcanes’ se divide en seis capítulos que explican los procesos productivos vinculados a la explotación de los recursos líticos. El primero consiste en un breve acercamiento a la realidad geológica de la isla, para conocer qué rocas estaban disponibles en su territorio y cuáles tenían cualidades para ser aprovechadas. En el segundo se repasa qué métodos de estudio han planteado las autoras en su investigación. Los siguientes abordan las diversas etapas de los procesos de trabajo. Así, el tercero se centra en cómo se obtenían esos recursos, lo que implicaba estrategias extractivas más o menos complejas, que exigían una inversión de tiempo y fuerza acordes a cada caso.
En el cuarto se presentan los diversos métodos de talla o de labrado de la piedra identificados en los materiales arqueológicos, poniéndolos en relación con las características físicas y mecánicas que poseen, así como el destino funcional que se les quería dar. El quinto capítulo indaga precisamente en los contextos de uso de los instrumentos de trabajo. Por último, el sexto muestra las conclusiones a las que llegan las autoras después de muchos años de estudio.
Según Emelia Rodríguez, Isabel Francisco y Yurena Naranjo, es preciso aclarar el marco cronológico de su trabajo. Si la fecha final no necesita explicación, la inicial comienza en el siglo VI, que corresponde al yacimiento más antiguo que hemos analizado hasta el momento, La Cerera, localizado en Arucas. Según las investigadoras, los estratos más profundos de este enclave arqueológico muestran ya unas actividades productivas plenamente desarrolladas en un territorio bien conocido. Según las mismas, no podemos saber todavía cuánto más antiguo fue el fenómeno de colonización y poblamiento, pero señalan que este detalle debe abordarse de manera independiente a la presente entrega editorial.
Otro ejemplo concreto, según Velasco, puede ilustrarnos sobre la importancia histórica de estos materiales. “En el complejo minero de Hogarzales-El Cedro (La Aldea) se obtenía un material de sumo valor para estas poblaciones -la obsidiana- que luego se identifica en yacimientos de toda Gran Canaria a lo largo de varios siglos. Ello implica, además de su compleja extracción, la circulación de un producto a escala insular y, muy posiblemente, la existencia de fórmulas de control social de la materia prima, de su trueque y del valor de cambio que se le atribuía. Pero puede irse un poco más allá. A la vez que circulan materiales, circulan ideas, conocimientos, noticias, etc., lo que termina contribuyendo a la conformación de una identidad social que podemos reconocer en el conjunto de la isla de los canarios”.
“Estudiar cómo se realizó la explotación de los recursos líticos en Gran Canaria, para convertirlos en materiales de construcción, pero sobre todo en objetos de uso e instrumentos de trabajo, es una oportunidad de reconstruir las condiciones materiales de la existencia de la población indígena a lo largo del tiempo. Nuestro equipo de trabajo, persigue reconocer las estrategias relacionadas con los sistemas de adquisición, transformación, distribución y uso de estas materias primas. Eso nos permitiría contrastar hipótesis sobre cómo era la sociedad que las usó. A través del análisis de esas evidencias, elaboradas con piedra, podemos abordar cuestiones como la naturaleza de la división social del trabajo, o si se pueden identificar diferencias en el acceso a las materias primas como medios de producción, o bien, a los productos fabricados”, apuntan las autoras del libro.
Una colección cercana, pero rigurosa
La colección ‘La isla de los canarios’ persigue ofrecer al conjunto de la ciudadanía una información sobre los antiguos habitantes de Gran Canaria que sea, sobre todo, actualizada, rigurosa y con una evidente fundamentación científica. Pero también, como premisa básica, pretende ser cercana, directa y accesible. Por ello se aboga por unos textos en los que desde luego no proliferen los tecnicismos, pero tampoco las vulgarizaciones y, sobre todo, que sean capaces de ofrecer una visión humanizadora de este pasado compartido sobre la base de la investigación arqueológica más actual. Como se indica en la contraportada de la colección, se aspira a ofrecer explicaciones históricas sobre estas poblaciones, desde el inicio del poblamiento hasta el momento de la colonización castellana, “en un intento de ofrecer respuestas veraces a algunos de los interrogantes que todavía ser ciernen sobre ellos”.
Es una colección pensada para un público amplio, que cada vez demanda más información sobre el patrimonio arqueológico insular. También para que los y las docentes cuentes con un material que pueda servirles de apoyo para abordar estas materias en sus actividades formativas. En definitiva, un libro con el que cualquier persona pueda identificar ese pasado como algo propio y evocarlo en el momento de visitar museos o yacimientos arqueológicos.
En los todos los volúmenes publicados hasta la fecha en esta colección se ha conferido especial importancia a las ilustraciones, buscándose ofrecer una imagen cercana, realista y plural de aquellos antiguos habitantes de la isla y de su legado material. Como en los anteriores, el excepcional trabajo de Agustín Casassa convierte a este libro en un referente de edición cuidada, plagada de imágenes estéticamente impecables, a la vez que dotadas de una enorme capacidad explicativa.
En los últimos años la “imagen del antiguo canario” ha sufrido importantes cambios, entre otros gracias al trabajo de creadores como Agustín Casassa, que han ayudado a generalizar una visión de estas poblaciones mucho más normalizada, cotidiana, diversa y, sobre todo, de mayor cercanía.
La difusión constituye uno de los elementos esenciales en el diseño de cualquier modelo de gestión cultural asociado directa o indirectamente con el patrimonio histórico. Así, es ineludible el compromiso por garantizar que las narrativas sobre nuestro pasado lleguen al máximo de personas posible, lo que exige diversificar lenguajes, fórmulas y soportes de comunicación, sin que ello suponga en ningún caso una pérdida de la esencia de sus contenidos. La colección “La isla de los canarios” quiere transitar por ese camino. En este sentido, es inevitable pensar que a estas alturas ya no es suficiente la descripción casi contemplativa de los yacimientos o los restos que allí encontramos, ni su mera exhibición para explotar su “natural atractivo”. No hay duda de que resulta mucho más eficaz que todos estos elementos que conforman el patrimonio arqueológico insular se incorporen a discursos elaborados, comprensibles, pertrechados de datos contrastables, con capacidad explicativa y generadores de cercanía.